Nueva coyuntura
Indiscutiblemente que el anuncio del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos genera un nuevo panorama en todo el continente. Las dos naciones que se habían mantenido en una enemistad y distanciadas por más de cincuenta años, luego del triunfo de la revolución cubana en 1959, anunciaron esta pasada semana su deseo de superar las contradicciones que le generaron fuertes tensiones en toda este deambular histórico.
Sin embargo, la rehabilitación de las relaciones cubano-estadounidense, en la cual el Papa Francisco tuvo una participación de primer orden, plantea un nuevo escenario político, económico y social en la geopolítica, y principalmente en el área del Caribe. Lo primero es que Cuba y República Dominicana tienen una similitud de exportación de productos, lo que hace que la patria de José Martí sea un fuerte competidor nuestro en la búsqueda de mercados internacionales.
Entre Cuba y República Dominicana ha existido una gran hermandad, al extremo de que hasta en la historia de ambas naciones ha habido mucha similitud. Mas, es una realidad que tendremos que competir con nuestros hermanos y hermanas cubanos en varios renglones económicos y sociales, y en la búsqueda de nuevos mercados.
Es el caso de nuestro turismo, el cual tiene una fuerte competencia del que se hace en Cuba. Aunque nuestras playas son mil veces más bonitas y atractivas que las cubanas, las de allá se ofertan como caribeñas, y esa corona de reyes del Caribe en turismo, no podemos dejar que no la quite. La ciudad de Santo Domingo tiene un millón de veces más encantadores lugares que La Habana, y a pesar de que nos persigue un hándicap que nos hace vulnerable, como lo es la delincuencia, que ha hecho que mucha gente se haya olvidado de la vida nocturna, y también como lo es la basura que no recogen los alcaldes, la curiosidad por lo nuevo puede generar algún tipo de deseo de conocer la capital cubana.
La población cubana exhibe mejor nivel educativo que la nuestra, pero con las millonarias inversiones en educación realizadas por el gobierno del presidente Danilo Medina, muy pronto estaremos a la misma altura.
La zona colonial cubana es más grande en tamaño que la nuestra, pero la de Santo Domingo posee inconmensurables tesoros históricos y arquitectónicos que la hacen un imán para las personas amantes de las edificaciones de esa época. Cuba cuenta con una línea aérea estatal, que le permite ventajas comparativas; en el caso nuestro, un grupito de dominicanos perversos destruyó la línea bandera nacional Dominicana de Aviación, lo que ha generado que aerolíneas extranjeras tengan un monopolio en el mercado de pasajeros, imponiendo los precios de los boletos a su antojo.
Pero el tesoro más preciado para el mantenimiento del reinado del turismo en el Caribe es nuestra gente. El trato afable y esa sonrisa congénita que el dominicano y la dominicana tienen para quien nos visita hacen del país el mejor lugar del mundo para cualquier huésped, y eso no se aprende en universidades ni se compra en la farmacia.
En cuanto al béisbol, estoy seguro que seguiremos siendo la Meca de nuestro deporte rey, pues a pesar de todos los Puig, Céspedes, y otras luminarias cubanas en Grandes Ligas, a Cuba le falta mucho para contar con un Juan Marichal, Pedro Martínez, David Ortíz, Gregory Polanco, Johnny Cueto,Héctor Cruz, etc., agregando a esto que en varias oportunidades la República Dominicana ha vencido a los cubanos en diferentes torneos.