Nuestra Madre Tierra agoniza
A propósito de la celebración del Día Mundial de nuestra Madre Tierra este pasado 22 de abril, como cada año. Esta fecha fue propuesta y promovida por el senador estadounidense Gaylord Nelson y el 26 de febrero de 1971, el secretario general Maha U Thant firmó una proclamación a este efecto. Es urgente e ineludible que reflexionemos y dediquemos tiempo de calidad o sea, cada segundo a la protección y defensa de nuestro planeta Tierra, salvaguardando su medio ambiente, única garantía de subsistencia y supervivencia de la humanidad con todos sus ecosistemas. Resaltamos con mayor empeño las aguas potables, dulces y los mares. En lo que toca a República Dominicana tenemos el reto de cambiar nuestra cultura de anomia, inmediatismo e improvisación para enfrentar o evitar ser afectados o recibir el mínimo de daños por los fenómenos naturales, cada vez más poderosos o amenazantes y que hacen más vulnerables las islas. Nuestro país urge de un manejo preventivo a través de la planificación y las orientaciones ciudadanas para lograr estar lo más preparados y consientes en manejar adecuadamente toda amenaza natural o provocada. “Deberemos transformarnos en una sociedad que se desarrolle en comunidad con el medio ambiente sano.” Muchas organizaciones se unen cada año para celebrar uno de los cumpleaños más importantes de todos. Campañas de reforestaciones, documentales, conciertos especiales, son parte de las miles de actividades que se realizan por estas fechas cada año. La edad de la tierra no se tiene calculada, pero se estiman dos teorías, la bíblica, indicando que tiene no más de 6 mil años y la científica que sobre pone la edad en 4,500 millones de años aproximadamente. La historia registra que el ser humano siempre se ha preocupado llevar una vida más cómoda y hasta descubrir la inmortalidad, creando nuevos inventos, luego nuevas tecnologías, no han hecho más que destruir y depredar el planeta. Ahora bien, cuando los recursos naturales se han venido agotando de manera alarmante, entonces se pretende revertir el daño realizado a nuestra casa global, La Tierra. ¿Pero se puede revertir el daño? ¿O se pueden crear y aplicar las medidas necesarias para evitar que continúe en decadencia el medio ambiente? Parecería una película de ficción, “la película” de Al Gore, “Una verdad incómoda” que por lo visto, no ha incomodado a nadie, pero que está basada en datos científicos confirmados. ¿Cómo va a ser mentira algo con pruebas reales de un cambio drástico e inminente alrededor de todo el planeta y que se evidencia con los impredecibles y cada vez más catastróficos fenómenos naturales? Así como en la vida, como en el cuerpo humano y como en las demás cosas, existe un equilibrio en el planeta, como en el universo también. Albert Einstein creía firmemente en la armonía inherente en toda la naturaleza. Si comparamos La Tierra con el funcionamiento del cuerpo humano, como sistema perfecto, en donde cada célula tiene una función o sea una razón de ser, todo lo que se altera en ese sistema celular humano se refleja en discapacidad, enfermedades o ineficiencias que poco a poco va deteriorándolo. Esta situación que todos sufrimos y sentimos pasa en todos los demás seres vivos. La Tierra, que es un sistema conformado por sus células, todos los seres vivos que la habitamos, cada uno por ágil, bueno o mordaz que sea, tiene una función; será que los árboles son los pulmones, los seres humanos la sangre y los animales son corazones, riñones y demás órganos vitales, sin los que el cuerpo de nuestro planeta Tierra, no puede vivir. Es por eso que la conservación del ambiente y la protección de las especies en extinción, más que un deber es una cuestión de supervivencia, no solo de dichas especies, sino de la raza humana, como parte del sistema funcional del planeta y que sin duda alguna es el depredador más salvaje. ¿Qué vamos a hacer por nuestro planeta? No es cuestión de motivar con escritos, es cuestión de hacer, de hechos, de acciones, de esas pequeñas cosas, que aunque las veamos pocas y sencillas, unidas podrán ser acciones determinantes y sostenibles para proteger La Tierra y por ende mejorar la calidad de vida. Muchas pequeñas acciones forman grandes acciones y más, cambian actitudes que se convierten en hábitos, necesarios para salvaguardar La Tierra. Recordemos que todo es un equilibrio, por lo que debemos proteger y defender ese equilibrio. !Reflexionemos! Nuestro Planeta Tierra agoniza y cada vez más ponemos en riesgo nuestra oportunidad de subsistencia. Infoseguridad007@gmail.com