Noruega vs. Venezuela: de la grandeza al desastre

Noruega cuya capital es Oslo, es una nación del viejo continente enclavada en la parte septentrional de Europa y políticamente es  gobernada por una monarquía parlamentaria con profundas convicciones democráticas. Su población total alcanzó  unos 5 millones 70 mil habitantes de acuerdo al último censo realizado  en el 2013, conviviendo todos ellos  en una extensión territorial de unos 385,156 Km2.
 
Es  una nación altamente pacifista y uno de los países con mayor seguridad y las vidas  de sus habitantes discurre en un ambiente de plena  tranquilidad. Desde la década de los años 40, su desarrollo social y económico ha sido vertiginoso y actualmente es una de las naciones  perteneciente al exclusivo club de las más ricas del planeta, tomándose para ello como parámetro el producto interno bruto (PIB) el cual es uno de lo más alto.
 
Es el centro de muchas grandes y pujantes industrias ligadas al gas y el petróleo, lo que indudablemente le ha generado muchas riquezas. Pero, hay algo que la ha hecho diferente en relación a naciones con iguales riquezas naturales, como es el caso de la Venezuela socialista: No hay un nivel de vida y de gasto ostentoso, ni de lujo de sus funcionarios públicos,  ni de derroche ni mucho menos de corrupción gubernamental. 
 
 Mientras otras naciones han derrochado los ingresos generados por la venta del gas o petróleo, Noruega ha invertido sus ganancias en un inmenso fondo monetario, cuyo valor actualmente se estima en unos US$800,000 mil millones de dólares; es dueña del 1% de las acciones a nivel global y sus reservas son tan inmensamente grande,  que son suficientes para hacer millonario en su moneda local (la Corona) a todos los ciudadanos de su país.
 
 Toda su población está conforme a esa política de ahorro de su gobierno, confían en el y saben que esos ahorros son redistribuídos con creces a la ciudadanía. Es por ello que, de acuerdo a un estudio elaborado por la Universidad Columbia de la ciudad de New York,  los habitantes noruegos son los más felices del mundo y junto a Finlandia,  se cataloga como una nación de un alto índice de educación integral en sus ciudadanos y disfrutan a plenitud de muchas comodidades que anhelarían los habitantes de  otros países.
 
La economía noruega sí realmente está blindada frente a la crisis petrolera actual en relación a los precios en baja de los hidrocarburos y por muchos años pueden resistir sin problemas, debido a sus ahorros. Esta nación no  ha despilfarrado  sus recursos naturales ni  sus beneficios económicos. Ha  diversificado sus inversiones e industrias y muchos menos ha  regalado  sus ingresos a otras naciones para comprar conciencias y adhesiones  de tipo políticas.  Es la razón por la cual por eso lares nunca han aparecido ni tampoco lo van a permitir,  a utópicos idealistas , mentirosos y corruptos como los Hugo Chávez, los Fidel Castro, los Daniel Ortega y muchos menos sicofante como el Autubusero Colombiano.
 
VENEZUELA
   
 Esta nación suramericana, que en la década de los años 70 con una cesta petrolera a US$8.00 dólares el barril,  se convirtió para los ciudadanos de la América Latina como la meca para obtener trabajo y lograr ciertos beneficios económico y estabilidad para su existencia,  en virtud de  la bonanza que se derivaba de la venta del petróleo.  Desde hace  tres lustros  la patria de José Antonio Páez  Herrera vive una odisea infernal de gobierno socialista al estilo castrista. Tiene una superficie terrestre de unos 916,445 Km2 con una población actual de unos 31 millones 648 mil habitantes. Es decir que Noruega cabe dos veces en su área y la población venezolana es 6 veces superior a la nación nórdica de europa.
 
 Hoy, con la  cesta de petróleo a US$100 dólares el barril, un gobierno con tres lustros y  todos los poderes al servicio del ejecutivo,  teniendo la 4ta. reserva de petróleo y  la 9na. de gas más grande  del mundo y la decimosexta en producción de oro, atraviesa una crisis económica sin precendentes y comparada  solo con una nación  paupérrima de la más recóndita del Cuerno de Africa.
 
Sumida en un caos total y una anarquía nunca antes vista, Venezuela vive sumergida en un desastre social, político y económico. Una inflación galopante, una escasez como terrible;   una delincuencia apocalíptica y peor aún, respaldada y aupada por la misma cúpula gubernamental. Gobernada por un grupo que ha hecho de la corrupción un modus vivendi, en donde las fortunas de unos pocos (llamados por el pueblo «Los Enchufados»), emerge de manera escandalosa y sin el menor pudor,   teniendo la misma su mayor representación y esplendor  en  la familia  imperial  del fenecido traidor  Hugo Chávez, la cual,  como sabemos, eran unos pobres campesinos  y su padre un simple maestro en Barinas.
 
 Las colas madrugadoras frente a los pocos negocios que ya quedan y administrados por el propio gobierno, son enormes, de muchos sacrificios y humillaciones. A tal grado a llegado ese lastre socio-político del chavismo, que los humildes venezolanos son marcados como reses ( profecías bíblicas) en sus brazos o manos para poder tener derecho a pasar y la suerte de encontrar algo para comer en los mercados.
 
Toda esta triste realidad que supera la ficción, no ha sido más que la causa de un díscolo, resentido y ególatra coronel, que lleno de un idealismo utópico y malsano, quiso emular a Simón Bolívar desde una óptica muy diferente a la del Libertador.  Mezcló todo ello con la idolatría hacia un personaje que más bien hoy  es  un dinosaurio de la política internacional  y que, en una ocasión reciente y sin el menor rubor despué de cinco décadas de engaños, terror y sangre, admitió frente a los periodistas norteamericanos  Jeffrey  Goldberg y la experta en política internacional  Julia Sweig,  ambos de la revista «The Atlantic», que «El modelo Cubano ya no funciona ni siquiera para nosotros» . 
 
 Noruega a diferencia de Venezuela, ha sido extremadamente celosa con los recursos generados por la ventas de sus hidrocarburos, al considerar que esos beneficios son  exclusivos  para el bienestar de su pueblo, el cual, al fin y al cabo,  es el dueño de esa riquezas,  y no el gobierno que en realidad es su adminitrador para el bienestar colectivo de la nación. En otras palabras: lo que los mentirosos y corruptos socialistas comunistas pregonan en sus metodologías propagandísticas, los noruegos lo llevan a cabo sin menoscabar la libertad de sus ciudadanos,  sin tener un gobierno de terror y de imposiciones, ni dictadura y sin coaccionar ningunas de las libertades que debe tener todo ente viviente.
Esa manera de gobernar  es la razón  por la cual no son miembros de la Comunidad Económica Europea (CEE), pues no aceptan imposiciones económicas de nadie, no quieren poner en riesgo los beneficios obtenidos para su nación. Por eso,  Noruega  no tiene que rendirles cuenta a otros países  de sus logros y la manera de manejarlos;  y mucho menos gastarlos en políticas fútiles o baladíes como lo ha hecho Venezuela para proyectar un proceso revolucionario que se forjó «natimuerto» por lo expresado por uno de sus principales mentores: Fidel (Hipólito) Alejandro Castro Ruz como lo señalé más arriba.
 
Ante la triste realidad que hoy sacude a la pobre Venezuela, por haber caído ante esta vorágines de lobos rapaces y sedientos de riquezas y atiborrados de resentimientos  y odios enfermizos, pero llenos de hipocresías disimuladas, siempre recuerdo el pensamiento de Sir Wisnton Churchill,  mediante el cual podemos entender de manera simple, el porqué de estos fracasos en quienes lo buscan,  lo aplican y  los que tienen la desgracia de padecerlos:
 
 «El socialismo es la filosofía del fracaso, el credo de la ignorancia y la prédica de la envidia. Su virtud inherente es la distribución de la miseria».
 

 

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