No reelegir a Danilo sería una irresponsabilidad del PLD
l discurso del Presidente Danilo Medina dejó claro que el gobierno realiza una gestión antropocéntrica centrada en la gente. El balance de las realizaciones de su gobierno no deja dudas de que el compromiso hecho en campaña se pretende cumplir, dentro de las posibilidades, pero sobretodo, que marca una diferencia que no se está logrando desde un escritorio o desde una computadora en la ciudad capital, sino que es el fruto de consultas y de ajustes permanentes, tomando en cuenta a los actores llamados a ejecutar los proyectos y sus necesidades en cada sector.
Se ha demostrado que las cosas han cambiado en el Estado dominicano, o como decía mi extinto padre, que ya “la pava no pone donde ponía”. Antes unas pocas firmas constructoras lo hacían todo, Un ejemplo de esto es que en el INAPA en el gobierno anterior, solo habían tres contratistas que hacían la totalidad de sus obras. Hoy son más de 1,000 los que tienen pequeños proyectos en ejecución.
La democratización de la asignación de obras mediante rifas y concursos, ha permitido derramar en muchas manos la inversión pública e impactar la calidad de vida y el nivel de bienestar de muchos maestros y profesionales de la construcción.
Las ejecutorias narradas en el discurso del presidente dicen que ha habido un antes y un después de Danilo Medina en el país, que existen conquistas con la participación de la gente y en las tomas de decisiones, que ya no pueden ser impuestas por quienes planifican desde arriba, que de aquí en adelante, el gobernante dominicano tendrá que asumirse ser un mortal, al cual las personas simples pueden tener acceso, y no un semidios que se encuentra en las alturas para que solo los que disponen de poder y de abolengo, puedan llegarle.
Lo he dicho antes, el país aprendió con este hombre, que un presidente puede saltar charcos y pararse a orinar en un destacamento policial de camino, que es un ser humano, no un dios.
Es por eso que, el pueblo plantea como una necesidad, que los destinos del país, continúen en las manos de un hombre, que como dijera en su discurso trabaja “por el pueblo, para el pueblo y con el pueblo”.
El deseo de los ciudadanos no es por capricho o por vocinglería generada por manipulación mediática, es el resultado de una conexión efectiva entre las necesidades sentidas de la población y una inversión pública que se convierte en suplidor de esas necesidades. Es la concreción de una visión que cree que el desarrollo debe y tiene que ser a escala humana.
El presidente Medina ha demostrado con hechos que un mejor país es posible, construyendo hospitales y quitando la mal llamada cuota de recuperación que hacía más ricos a los que manejan los negocios de la salud, pero más pobre a los ciudadanos que se enferman. Construyendo grandes vías, pero reparando caminos vecinales, cuidando la macro-economía, pero desarrollando y financiando la micro.
El sistema del 911 no pregunta el color o partido, ni el nivel económico del ciudadano al que auxilia, es un servicio que salva vidas de pobres y ricos. En las rifas de las obras, tampoco se toma en cuenta ideologías o membrecías partidarias.
La revolución educativa transforma las economía familiar de los pobres. Hace unos días conversaba con un amigo y este me dijo que la inscripción de sus dos hijos en una escuela de la tanda extendida ha significado más de RD$ 20,000 pesos de ahorro para su familia. Antes pagaba RD$10,000 de colegio y ahora hacen una sola comida en la noche. Su esposa puede trabajar y la calidad de vida de ellos se ha incrementado sustancialmente. ¿ No se estará repitiendo esto en muchos hogares dominicanos?
Ante esa realidad, resultaría una irresponsabilidad del PLD no hacer posible la reelección, porque no se reelige a Danilo Medina, se reelige la esperanza de un pueblo que ha encontrado en la gestión de su gobernante, una vía para que el crecimiento económico se convierta en desarrollo económico y bienestar para su gente.