No nos dejemos engañar nos sugiere la CDEEE

 
 
            Arturo Cuyas, autor del libro ¨Hace falta un Muchacho, alguna vez dijo, que en la vida la mayor de las veces hay que olvidarse de los sueños y de las fantasías, porque en su momento hay que volver a la cálida y triste realidad, en donde verdaderamente acontece nuestro destino.
 
La frase es alusiva a lo que sucede con nuestro pasatiempo favorito nacional, que creo no está ni discusión ni en duda, es el beisbol. Porque la Pelota es la que despierta nuestras más profundas pasiones, incluso por sobre nuestra selección nacional de baloncesto. De ahí que los dominicanos seguimos muy de cerca las actuaciones de nuestros jugadores tanto en las grandes ligas como en la pelota invernal.
 
De hecho, cuando nuestro equipo nacional (la selección dominicana de beisbol) participa en el evento del clásico mundial de beisbol, no solo provoca el vuelco total de la atención dominicana a los partidos en los que participa nuestra equipo nacional, sino que esa actividad nos ayuda a olvidar y disipar, así sea momentáneamente, parte de los problemas que más agobian al pueblo dominicano. Se convierte esto en una especie de válvula de escape con la que disipamos por unos días, partes de nuestras frustraciones como sociedad.
 
Sin embargo, lo que menos esperábamos durante la celebración de los partidos de nuestra selección en este último clásico mundial de beisbol, del que ya fuimos eliminados, era que el Gobierno, en su desesperación por defender su obra cumbre llamada Punta Catalina, se atreviera a obstruir momentáneamente la felicidad de tanta gente, haciéndonos el llamado de que no nos dejáramos engañar.
 
Es decir, el mismo que fue objeto de un engaño (deliberadamente o no) por parte de una empresa que ha confesado el delito de haber sobornado en varios países de América Latina, incluyendo el nuestro, para adjudicarse obras y sobrevaluarlas, y que aún continua construyendo, en nuestro caso, Punta Catalina, ahora nos está prescribiendo (indicando)  la medicina que no supo tomar para evitar el engaño.  
 
Que no nos dejemos engañar, nos sugiere la CDEEE acerca de Punta Catalina, y Yo le pregunto ¿De quién? ¿De la confesa empresa delincuente? ¿De los generadores que se oponen a Punta Catalina? ¿O de quién?
 
Lo primero que nos sugiere la CDEEE, para que no nos engañen, es que el carbón que se utilizará en la producción de energía eléctrica en Punta Catalina, como si todos lo que recibíamos ese bombardeo insultante y sistemático publicitario en defensa de Punta Catalina, por la transmisión de TV durante los partidos de nuestro equipo nacional de beisbol, fuéramos todos unos tarados, no es el carbón de cocinar, sino carbón mineral. Es decir, que si acaso nosotros estábamos pensando que era ese tipo de carbón, que no nos dejemos engañar, que es mineral.
 
El engañado por Odebrecht también nos sugiere no caer en el engaño sobre los apagones, pues con Punta Catalina estos desaparecerán por arte de magia. Es decir, después de Punta Catalina, ni un solo apagón. ¿A caso no son financieros los apagones por falta o atraso del pago a los generadores privados, y no por un déficit de la oferta de la producción de energía?
 
Que no nos dejemos engañar, porque con Punta Catalina, el costo de la energía se reducirá en un 28%. Y Yo le pregunto al que fue engañado por Odebrecht, y que ahora me sugiere a mí que no me deje engañar: ¿Cómo se reducirá la tarifa eléctrica, si las distribuidoras continúan perdiendo alrededor del 30% de la energía que comercializan por la deficiencia de las redes de trasmisión? ¿Subsidiándola? Es decir, la energía que producirá Punta Catalina, a diferencia de las demás, ¿No se va a perder ni un uno por ciento por la mala trasmisión de las redes?
 
Lo que quiere decir el que nos sugiere que no nos dejemos engañar, es que la energía que producirá Punta Catalina, a diferencia de los demás generadores, no será servida por las mismas redes de transmisión, sino que utilizarán otras, para evitar la pérdida que se producen por las malas líneas de trasmisión.
 
Que no nos dejemos engañar sugiere el engañado, pues la energía que producirá Punta Catalina será energía 100% dominicana. O, y acaso las otras energías producidas por los generadores privados (sin importar la naturaleza de su matrix y el combustible que usan), ¿Son extranjeras? ¿Son traídas desde el exterior (por cables submarinos) o son producidas aquí?
 
Finalmente, que no nos dejemos engañar, nos sugiere la CDEEE, pero viendo todo lo anterior Yo y cualquier persona se preguntaría: ¿No dejarnos engañar de quién? ¿De Odebrecht, como lo hizo con el que sugiere evitar nuestro engaño? ¿De los generadores privados, por estar (según algunos) apostando al fracaso de Punta Catalina? ¿O de ustedes?, que no terminan por convencernos, pues aún sabiendo que una empresa como Odebrecht, que ha confesado haber delinquido en nuestro país y otros de América Latina, aún así le permiten seguir no solo construyendo la fase final de Punta Catalina, sino que pretenden permitirle que continúe licitando y ganando más concursos de obras, del pendejo Estado, para que nos siga engañando.
 
¿De cuál engaño, entonces, es que debemos cuidarnos?  
jpm
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