No basta rezar

La llegada de un nuevo año, es motivo de alegría, parabienes, deseos, anhelos y ruegos a Dios para que nuestras metas se hagan realidad. Pero no basta rezar. Hacen faltas muchas cosas para conseguir la paz, dice una canción de protesta, popularizada en los años de 60-70 por el grupo Los Guaraguao.

Este primero de enero del 2017 repercutieron en mis oídos los continuos deseos y parabienes de mi difunto padre: ¡Que Dios te depare dicha, felicidad y progreso! Deseos cargados de optimismo y esperanza!.

 

Ya no está entre los vivos. Partió hace dos años al descanso eterno y esos parabienes repercutieron en mis oídos como si los estuviera pronunciando a la hora de felicitarme, y esta vez reflexioné como debí hacerlo tantos años.

Y es que en mi y en todos nosotros los anhelos, deseos parabienes y esperanzas no deben estar centrados en ruegos, en rezar, están en los hechos, en cómo nosotros entendamos que las cosas nos deben venir y no aferrarse en la esperanza de que desde el cielo nos lleguen. El mismo Dios, nos aconseja: Ayúdate que yo te ayudaré.

 

Este año entendí todo eso que debí entender hace muchos años cuando escuchaba los buenos deseos de mis padres, porque en nosotros está que las metas se nos hagan realidad. El progreso, el futuro, el bienestar son cosas que hay que trabajar cada día de nuestra existencia, pues las cosas no nos bajarán del cielo.

Sin dejar de reconocer que desde lo alto tenemos a alguien que intercede por nosotros, pero la realidad es que debemos trabajar esas cosas que nos harían ser poseedores de cambios, de progresos.

Desconocer estas realidades provoca que muchos cada día sean más pobres, un concepto que se ha enquistado en nuestra psiquis.  “Somos pobre” es como una sentencia que nos ha acompañado de por vida.

“Somos pobres”, cuando en realidad estamos rodeados de un gran potencial que la naturaleza nos ha obsequiado, pero nuestro concepto de pobreza nos ha impedido salir de ese marasmo de insatisfacciones.

“Somos pobres” es un concepto que debe ser borrado de nuestras cabezas pues nadie aferrado a los buenos deseos y anhelos de progresos es pobre. Cllaro, hay que rogar, rezar, pero debemos añadir el concepto divino ¡ayúdate, que yo te ayudaré. Si así lo hacemos, entendiendo que no basta rezar y aplicándonos también el concepto de que hacen falta muchas cosas para conseguir la paz.

La paz, porque ella viene con ver realizados todos nuestros anhelos, deseos y parabienes.

Entendámoslo por nuestro bien, por el bien de nuestra región, que no solo debemos rezar, que debemos trabajar para que las cosas se hagan realidad. Si así lo hacemos este año tendremos menos ciudadanos detrás de una cajita navideña, menos lamentaciones y más satisfacciones.

Recuerden, no basta rezar!

jpm

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