¿Nacemos para servir?

Una de las responsabilidades del ser humano es servir a los demás. Sin embargo, muchas personas piensan que su rol es servirse de los demás. Algunos no sirven por ignorancia, pensando que es más ventajoso recibir que dar. Otros, piensan que servirse de los otros, es una habilidad  de sabiduría. Ambos pensamientos son malos y demuestran que el ser humano, es un ser que debe enderezar sus pensamientos.

Lo que más se necesitan en el mundo son buenos servidores, donde  se puedan manifestar esas cualidades que suplan las necesidades de los demás. Si no se cambian las etiquetas de interés, prepotencia, egoísmo, haraganería y materialismo será imposible que nuestro mundo pueda salir de la crisis moral, social y económica en que se encuentra.

Jesucristo nos enseña que el servicio engrandece a la persona, y que dicho servicio debe hacerse entre todos. Si alguien quiere ser el principal, debe ser servidor de todos. Eso fue lo que Jesucristo hizo en su vida terrenal, servir a los necesitados, a los enfermos, a los errados religiosos todo fue para ayudar a superar situaciones. Lo último y significativo que hizo fue morir en la cruz para perdonar y salvar a la humanidad creyente en él. Su vida fue de servicio a todos sin distinción.

Las instituciones que se reconocen como de servicios, deben cumplir con su rol. Pero, todo ser humano debe hacer lo mismo. La solidaridad voluntaria se requiere como una expresión fraternal, que haga posible aliviar la mala situación en que muchos se encuentran. Existen en el mundo más de mil millones de personas indigentes, más de tres mil millones de pobres, que en esencia, son superados en número en  relación a los incultos.

Un servicio indispensable es educar a la familia, a la sociedad, y al mundo. Educar para vivir en sociedad; las calles reflejan la ausencia de esta educación. Conductores violando las leyes de tránsito, como si fueran animales en la selva.  Delincuencia, que refleja que no ha habido la menor consideración de la vida humana; y sobretodo, los ruidos que enferman a las personas, porque cada quien quiere vocear sus mercancías comerciales, conceptuales y fanáticas.

Las iglesias deben ser luz, que reflejen el amor al prójimo. Cuando se ama, se sirve en la búsqueda del bien de los demás. El amor hace manifestar la misericordia y la justicia como forma de vida. Este perfecciona a las personas y les muestra la mejor forma de comportamiento social y espiritual. Servir unos a otros, mediante el amor, entonces sí, podremos construir un mundo mejor.

De nada sirven los bienes materiales, si estos no sirven para servir al prójimo. Todo bien material, debe tener como propósito servir a la mayoría posible. Sirva a su familia, y a los necesitados cualesquiera que sean éstos. Trabaje para servir, pues el servir liberta al hombre de la mezquindad y proyecta al ser humano hacía una vida social fértil. Lo que tengo es para servir, debe ser la expresión de todos.

El servicio desinteresado, pero firme hará posible un nuevo mundo. Nacemos para servirnos unos a otros; necesitamos  servirnos unos a otros. Además, debemos servir a Dios, quien es la causa de nuestra existencia, y quien nos exige que nos sirvamos con amor unos a otros. El servicio de amor es más importante que el conocimiento, que la fe y que el sacrificio interesado. Nacimos para servir a los demás, entonces sirvamos unos para con los otros. Dios le bendiga.

JPM

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