Museo del Sexo en N. York, una exposición estival muy caliente
Un castillo inflable para saltar en medio de enormes senos, un muro de escalada donde las agarraderas son penes, un laberinto para llegar al punto G: el verano será muy caliente en el Museo del Sexo en Nueva York.
Con gritos, risas y 'selfies', el castillo inflable «Saltar por placer» es la principal atracción de su exposición de verano, una producción del dúo londinense Bompas & Parr, inspirado en los bromistas de las antiguas ferias británicas o francesas.
En un rincón poco iluminado del museo, los visitantes saltan alegres en una ambientación de senos de todos los tamaños y colores. «Esto es muy divertido», confiesa Michelle Allen, una educadora de Nueva Jersey que se dice encantada con estos «juegos de adultos». «Es mejor de lo que pensaba», coincide Alissa, una enfermera de 25 años que prefiere no dar su apellido y que disfruta de un día de vacaciones en Nueva York con dos amigos.
El texto de presentación de la exposición no ha dudado en prometer «una producción de endorfinas, comparable a las liberadas después de un orgasmo».
¿Se atreve Alissa a confirmar este resultado? Ella estalla en risas. «No. Tengo dolor de cabeza y empiezo a sentir calambres. Y estoy deshidratada».
Bompas & Parr, del nombre de sus creadores Sam Bompas y Harry, es el estudio londinense que realizó cinco atracciones para la exposición «Funland, placeres y peligros del parque de atracciones erótico», que estará abierto hasta la primavera boreal en Nueva York. Su siguiente parada será Londres.
Entre las atracciones, «la Montaña de manosear», un muro de escalada donde las agarraderas son nalgas, penes u otras partes de la anatomía, y un «túnel del amor», un laberinto de espejos que se termina con una escultura de un insaciable punto G.
Otra atracción es el «Derby de los preliminares», donde se lanzan pelotas para hacer avanzar un pene de bronce hacia una línea de meta. Para Sam Bompas, lo más importante no es la obra en sí sino la alegría y las sonrisas que genera. «Todo parece grosero, pero es también muy satisfactorio», dijo a la AFP desde Londres, contactado telefónicamente. «La sexualidad se aborda con humor inglés, es alegre», añadió. Y se dijo sorprendido con las reacciones, pues pensó que la exposición sería más polémica.
Bompas cruzó el Atlántico con su escultura del punto G, y su vecino pensaba que se trataba de cajas de vino. «En pocos minutos, estábamos hablando de su punto G, una conversación bastante extraordinaria. Y la gente alrededor estiraba el cuello para escuchar todos los detalles lujuriosos», contó.
Según Mark Snyder, director de exposiciones del museo ubicado en la 5a Avenida, unas 10.000 personas han llegado a visitar «Funland» desde su inauguración el 26 de junio. «Lo mejor es la gente que dice: 'No sé si quiero hacer esto', el castillo de senos o el laberinto de espejos, y después, pasan realmente un buen rato», señaló Snyder.
Fuente: EL DIARIO VASCO
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