Monumentos a criminales, delincuentes y corruptos
Desde los tiempos de la gran Babilonia, pasando por el imperio egipcio, la ciudad de la Roma y de igual manera, por la ciudad de Grecia, a quien merecidamente se le conoció como «la cuna de la civilización occidental», se han esculpido estatuas y bustos para agradecer y enaltecer personajes que se han destacado y cuya labor ha sido beneficiosa. Dichos monumentos siempre eran dedicados en su mayoría a «dioses», emperadores, reyes, príncipes y otras figuras que se destacaban.
El terreno más fértil para ese tipo de reconocimiento, sin lugar a dudas, ha sido el político. Es donde más ha proliferado tratar de perpetuar a un personaje. Nada ha cambiado. El problema es que ese tipo de reconocimiento obviamente es subjetivo, caprichoso, veleidoso y producto de una visión parcializada al escoger la figura. Como dijera el célebre poeta español Ramón María de las Mercedes de Campoamor y Campoosorio: «En este mundo traidor/ nada es verdad ni mentira/ todo es según el color/ del cristal con que se mira».
Es indudable de que la visión con la cual se «escogen» a los «homenajeados» sufre de miopía o de una ceguera total. La mayoría de las veces resulta indignante y una bofetada a la ética, a la moral y a la decencia. Podemos decir que está tan relajado este tipo de homenaje, que se parece mucho a los doctorados llamados «Honoris Causas», los cuales ya los obtiene cualquier pelafustán populista que esté regenteando un poder político. El mayor ejemplo de esto ha sido el presidente cocalero de Bolivia, Juan Evo Morales Ayma, al cual ya se le ha dado también su «Doctor Honoris Causa». Es el mismo que dijo a la prensa boliviana que él pensaba que el ébola era un «bicho».
Como una muestra palpable de lo que sustento más arriba, hagamos una revisión ligera, breve y concisa de algunas de estas aberraciones hechas «monumentos» para la historia en las que se ha incurrido en algunos países, a instancia obviamente, de aquellos que detentan el poder político.
Venezuela: la estatua a Raúl Reyes
El inefable Hugo Rafael Chávez Frías dispuso en Venezuela el levantamiento de una estatua en honor a Luis Edgar Devia Silva, mejor conocido por su alias de guerrillero como «Raúl Reyes», el cual fue abatido por en Santa Rosa de Yanamaru, Ecuador. Veamos las «prendas» morales, de conducta y actividad política de este sujeto, las cuales motivaron al «Comandante Eterno y Galáctico» a plasmar su figura en una estatua en su honor: acusado y buscado por la justicia colombiana por narcotráfico, asalto, secuestro, homicidio y terrorismo. De igual manera, requerido por la INTERPOL y los Estados Unidos por enviar cocaína hacia esta nación. Entre sus «méritos» más notorios podemos señalar: planificación, secuestro y terrorismo en Colombia que ocasionaron la muerte de 18 secuestrados, 13 policías, 18 militares y la ex ministra de Cultura, Consuelo Araújo Noguera. De igual manera, asesinó al congresista Diego Turbay Cote y al monseñor católico Isaías Duarte Cancino. Fue quien planificó también la muerte del gobernador de Antioquia, Guillermo Gaviria. De la misma manera, la justicia lo encontró culpable de haber asesinado al ex ministro Gilberto Echeverri y 11 diputados del Valle del Cauca; culpable de la «Masacre de Bojayá, en la que perecieron 119 personas, y del atentado al club El Nogal, en Bogotá, donde murieron 36.
Ecuador: la estatua de Néstor Kirchner
Al finalizar el pasado año, fue inaugurada la sede de UNASUR con el nombre y una estatua en honor del fenecido presidente argentino Néstor Carlos Kirchner Ostoic, en la ciudad de Quito, Ecuador, cuyo costo fue cubierto por su viuda alegre, Cristina Elisabet Fernández Vda. Kirchner, por un valor de un millón de pesos argentinos. Mientras eso sucedía, Argentina pasa bajo las dos administraciones de la pareja Kirchner por una crisis económica sin precedentes, con enormes deudas y una estela de corrupción como ninguna otra. El mayor distintivo de las Administraciones Kirchner ha sido la inmoralidad política y la corrupción permanente. Durante la malvada gestión de Néstor se contabilizaron más de 150 actos dolosos que envolvieron altas sumas de dinero. Por falta de espacio solo citaré los más sonados: el caso Antonini Wilson, con un maletín desde Venezuela para Kirchner con $790,550; los «Fondos de Santa Cruz» en la crisis del 2011, que fueron a parar a la cuenta personal de Kirchner; la compra de las tierras del Calafate, en la Patagonia, a precios irrisorios y luego vendidas a precio de mercado (compró a US$50,000 y vendió a $2,400.000).
En estas tierras construyó un lujoso hotel de 103 habitaciones llamado «El Calafate»; su declaración patrimonial se triplicó sin justificación y su chofer, Rudy Ulloa Igor, se convirtió en millonario de la noche a la mañana y de conducir el auto de Néstor Kirchner pasó a tener un diario, una radio FM, un canal de TV (C5N), una mansión en Buenos Aires de US$700 mil dólares, otra en Río Gallegos, 9 lujosos autos y 200 empleados en sus empresas. Es obvio que fue beneficiado en lo que en Argentina se conoce como «La ruta del dinero K». A pesar de todo esto, a Néstor le hicieron su «estatua» que adorna a «UNASUR».
Rep. Dominicana: El monumento a «Los Palmeros»
Como era de esperarse, nuestro país no podía quedarse fuera en ese tipo de mezquindad de rendir honores a quien no lo merece. En ese tenor podemos señalar la «genialidad» de un Alcalde al cual se le ocurrió hacer una plaza con los bustos de un grupo de guerrrilleros urbanos que se entrenaron en Cuba para venir a derrocar a un gobierno surgido de las urnas. Y obviamente, a matar a soldados y policías para consolidar sus propósitos. Tuvieron el tupé de asaltar dos veces al The Royal Bank of Canada. Primero lo hicieron el 29 de junio de 1970, llevándose RD$83,000.00 y no conformes con la osadía, volvieron a robar la misma sucursal bancaria el 8 de noviembre de 1971 y esta vez sustrajeron RD$70,000.00, totalizando dicho robo bancario RD$153,000.00, suma que para la época era cuantiosa.
Sus defensores -con risibles argumentos- justifican dicho accionar diciendo que era para «su causa revolucionaria» y poder «salir de la dictadura balaguerista». Lo que yo quisiera que alguien me explicara, ante un argumento tan pueril e insolente: ¿desde cuándo el delito de robar tiene justificación?. Si así fuese, todos los maleantes, ladrones y corruptos tuvieran la suya, para poder delinquir con licencia.
Es innegable que la sociedad deliberante está putrefacta de pensamiento y necesitada de tomar decisiones sabias, decentes, honorables, que constituyan un mensaje de ejemplo para las futuras generaciones que van subiendo para el relevo social y político.
!Caramba!, se me olvidada que plaza como la dedicada a Los Palmeros es posible porque nuestro país está rodeado de agua por todas partes, hay escuálidos en el agua y fuera de ella; al peso le llaman «caña», en muchos hogares hay un «pan» viejo detrás de la puerta para «que abunde la comida» y le llaman «desayuno» a un plato lleno de plátanos con espaguetis.
sp-am