Mi gratitud para Danilo
Aunque me considero contestatario y pesimista -más que eso derrotista con respecto al futuro de la mayoría de mis coterráneos en República Dominicana- suelo reconocer las buenas obras, y si lo considero razonable, manifestar agradecimiento.
Sin que todavía nadie me haya convencido de tener fe en los políticos tradicionales, en esta ocasión, y pese a no ser peledeísta, quiero expresar mi gratitud al presidente Danilo Medina.
Con el perdón de los lectores me voy abrogar el derecho de los que como yo-eso entiendo- se sienten complacidos y agradecidos con el mandatario por haber reubicado en el complejo habitacional de la Nueva Barquita, a familias que vivían en las orillas de la río Ozama del sector “La Ciénaga”, donde, en otra etapa, residieron algunos de mis amigos.
Realmente me sentí emocionado cuando, a la distancia, pude observar los pormenores de un reportaje donde dos damas de una familia, una tía y una sobrina de apellido Merán, lloraban y vibraban jubilosas, emocionadas de agradecimiento luego de trasladar sus escasos ajuares a su recién estrenado apartamento.
Quiero manifestar que, pese a no sentirme plenamente identificado con las políticas públicas del gobierno, esta vez, sentí la sensación de alguien agradecido; como si hubiese sido yo el beneficiado.
Sentidas gracias por los que como yo, trabajando sin ningún tipo de máculas, nunca tuvieron vivienda propia y pasaron por los avatares de no tener un lugar donde cobijarse y bien descansar.
Por los que como yo, en un aciago período, hubieron de observar cómo se atomizaba y dispersaban, por carencias elementales, los miembros de su hogar materno.
Por los que como yo, alguna vez, tuvieron como techo el interior de una guagua de concho (banderita), o cualquier otro inhóspito lugar. En ese caso, teniendo como cama desvencijados asientos para, por la mañana, adormitados y sin probar bocado alguno tener que dirigirse a la universidad con el fastidio propio de un autoestopista, es decir, tomando “bolas”.
Por los que como yo, en ocasiones, se acostaron tarde y “despertaron” temprano por dormir incómodamente en un angosto espacio que, como en mi caso, alojaba un taller de zapatería o cualquier otro cuchitril.
Por los que como yo, al margen de cualquier formación profesional, carecían y carecen del “talento” y las “habilidades” para agenciarse viviendas construidas por uno o varios gobiernos de turno.
Por los que como yo, se convirtieron en dipsómanos inveterados por no tener donde amanecer; irse de juergas y dar serenatas en las madrugadas a beneficio de otros, todo “para matar el tiempo”, obtener algunos favores, y hacer menos doloroso un deambular con obligado desvelo.
En fin, por los que como yo, provenientes de nuestros barrios y aun no creyendo en el sistema político imperante en República Dominicana, son solidarios con los nuestros. Doy gracias a Danilo Medina por ir en auxilio de los sin techos.
Sin embargo soy tajante en decir que, este gesto no me hace partidario o compromisario de su gobierno ni ningún otro que se corresponda con el actual estado de cosas; empero, entiendo que debo mostrar mi solidaridad y estimular esas acciones. MI satisfacción de ahora, se corresponde con el alivio y bienestar de nuestros desarrapados hermanos; muchos todavía hacinados en los cordones de miseria que conforman los barrios marginales de República Dominicana.
jpm
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
Suscribir
10 Comments
Nuevos