Médicos forenses dominicanos
Mucha gente es llevada a creer que la muestra más evidente de riqueza de un país lo constituye su poderío tecnológico. Pocas personas se detienen a pensar en que el crecimiento científico y el de la nanotecnología descansan sobre una base esencial de adquisición y desarrollo de los recursos humanos. El presente y el futuro de una nación dependen de su capital humano.
De nada sirve poseer costosos equipos modernos si no contamos con técnicos y profesionales capacitados en el uso apropiado, interpretación y cuidado de los mismos. Son las necesidades sociales las que crean las condiciones para que se requiera de determinada maquinaria o programa de informática. De ahí la importancia de capacitar al personal competente para el uso provechoso de los grandes avances en el campo de la ciencia del siglo XXI.
En República Dominicana es común ver equipos médicos obsoletos y abandonados que fueron adquiridos a través de préstamos.
Uno piensa retrospectivamente cuál sería la situación si esos recursos financieros hubiesen sido invertidos en apoyar la capacitación y entrenamiento de técnicos y profesionales científicos del área sanitaria y de la investigación forense nacional. Sin embargo, a pesar de esa dolorosa reflexión, tenemos razones de peso para sentirnos optimistas.
Cada año le entregamos a la sociedad una pléyade de mujeres y hombres entrenados adecuadamente para el ejercicio de la práctica médico legal. Al finalizar el ciclo académico 2012-2016 entregamos nueve especialistas médico forenses dispuestos a reforzar el campo de investigación de lesiones y de muertes violentas que se generan en todo el territorio nacional.
Aspiramos a que estos abnegados galenos especializados sean designados con salarios decentes y provistos de las herramientas indispensables para que ejerzan una fructífera labor que ayude en la investigación de los hechos de violencia que se generan en las ciudades y campos dominicanos. Hace tiempo que la cantidad de víctimas mortales que a diario caen abatidas por la mano criminal ha sobrepasado la capacidad de respuesta de nuestros órganos investigativos. Para el beneficio de los delincuentes son más los crímenes que terminan sin solución final que aquellos que concluyen con resultados positivos.
Desde el momento que la República Dominicana cuente con el personal forense capacitado y disponible en cada uno de los municipios que la componen entonces se le haría muy cuesta arriba a los asesinos perpetrar sus fechorías sin que las mismas puedan ser evidenciadas y los culpables llevados a los tribunales y condenados acorde con el grado de culpabilidad.
De nuestra parte hemos aportado al país serios y aptos especialistas, es tarea gubernamental ocupar esa mano de obra intelectual en beneficio de toda la nación. Hagamos aquí y ahora lo que las circunstancias demandan que hay hacer para que los indicadores de violencia y criminalidad puedan descender a niveles tolerables para la sociedad dominicana.
Sabemos que son muchos y diversos los factores que contribuyen a la alta tasa de delito, pero es una verdad de Perogrullo que si no recogemos las evidencias de la violencia y la traducimos al campo jurídico, los culpables serán absueltos por falta de prueba.
Esperamos que el Ministerio Público pueda acoger estos nuevos médicos forenses, lo que sería una muestra palpable del esfuerzo sincero por reducir la violencia criminal en el país.
jpm