Maduro con carburo: ¡Fuera de Venezuela!
Venezuela duele, duele en el alma, porque resulta profundamente lastimero ver y sentir un pueblo llorar a gritos de hambre su democracia. Ciertamente, las imágenes de una nación que marcha por sus calles con pancartas que denuncian la represión, lacera la sensibilidad de todos. Y más cuando policías y militares disparan en contra de ciudadanos indefensos. ¡Ya basta señor Maduro!
Venezuela se desangra gota a gota como una llave de agua en desperfecto, evitemos que esas gotas de sangre persistan en el tiempo porque podrían abrir un hoyo en el corazón a esta nación. La crisis se ha prolongado rompiendo el límite de la tolerancia, y hasta una cuerda de acero se puede romper con una presión que aumenta cada día. Repetimos, ¡ya basta seño Maduro! Venezuela no es su manicomio.
El presidente del hermano país parece haber llegado al poder madurado con carburo, pues no tenía la formación, ni la capacidad para gobernar un país como Venezuela. Su incapacidad está verde y sin condiciones de madurar por un proceso natural. ¡Lárguese ya señor Maduro! ¿O pretende podrirse en la presidencia?
Oiga bien señor Maduro, coja un avión y váyase de Venezuela. Tome un automóvil y acelere su partida y márchese de Venezuela. Súbase a una moto y olvídese del casco protector, pero salga ya de Venezuela. Y si no aparecen ningunos de estos medios de transporte, incluyendo un caballo, entonces hágalo a pie, ahora mismo y váyase de Venezuela.
Deje atrás a Venezuela, aléjese como una estrella apagada que cae del cielo. Deje en paz a esta nación. De igual modo también se los demandan los millones de niños, niñas, adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos venezolanos, que están en espera de que usted señor Maduro termine de salir de Venezuela.
Este más que un llamado es un grito, un grito ronco salido de una garganta sedienta de solidaridad a favor de un pueblo que ansía libertad. Ojalá el señor Maduro escuche este grito, porque sino, pido a los pueblos de América sumar y multiplicar sus voces en un solo grito continental que estremezca el mundo, como un trueno redentor, que se repite en el eco cada vez más duro: ¡De Venezuela, fuera Maduro!
JPM
https://www.youtube.com/watch?v=-X6NY2jjOeE&feature=youtu.be