MADRID: Prisión para un dominicano abusó menor

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Ya llevaban un tiempo practicando «sexting», es decir, enviándose fotografías de contenido erótico-sexual a través de la aplicación WhatsApp, y acabaron quedando para llevar a cabo algo más que una amistad. El problema es que ella es menor (12 años) y él tiene 28.
Se trata de María (nombre ficticio) y Juio César, de origen dominicano. Cualquier relación de índole sexual entre ellos ya es delictiva por parte de él aunque argumente, como ha ocurrido también en este caso, que desconocía la edad de ella o que le engañó. Ambos viven en Alcorcón y al parecer se conocieron en la calle de forma casual, momento en el que inetercambiaron sus teléfonos móviles. Se cruzaban por la calle a diario, según explicó la niña, comenzaron a mantener contacto telefónico y el tono de las conversaciones fue subiendo cada vez más hasta que se intercambiaron fotografías eróticas.
Los compañeros de instituto de María supieron de estas prácticas y, bien porque lo consideraron peligroso o por tratar de fastidiar a la niña, se «chivaron» a los profesores del centro escolar, quienes pusieron en conociemiento de los progenitores de la menor que ésta mantenía contactos por internet con hombres mayores.
Para tratar de darle un escarmiento y, sobre todo, para que desistiera de su actitud, su madre la castigó sin ordenador en casa.
Sin embargo, sí conseguía acceso a la red desde su teléfono móvil. Como María seguía contactando con hombres mayores que ella y manteniendo la misma actitud, su madre terminó por confiscarle también el móvil pero la muchacha se buscó la vida para quedar a escondidas con Julio César.
Se desconoce qué tipo de cosas prometía el individuo a la menor o la fórmula que utilizó para persuadirla pero parece evidente que, aunque ya se haya podido desarrollar físicamente, una niña de 12 años es, a todas luces, menor de edad y él sabría que estaba incurriendo en un delito de índole sexual.
En cualquier caso, María se inventó (o quizás era cierto) que tenía que quedar con sus compañeros de clase para hacer un trabajo y así, el pasado 2 de abril, salió por la tarde de su casa dirección al instituto.
Pero pidió a un compañero que la encubriera en su mentira y quedó con Julio César. Fueron a un parque cercano a su instituto y allí comenzaron a besarse.
El dominicano parece que tenía claro su objetivo. Sin embargo, para planear un abuso sobre una persona sin ningún tipo de criterio dado su edad, tampoco se escondió mucho y no le importó ponerse a practicar el actos sexuales en plena calle.
El hombre, lejos de cejar en su actitud, pasó de los besos a los tocamientos y cogió a la joven de la mano para llevársela a un rincón más apartado. Allí, pidió a María que se tumbara encima de él y mantuvieron relaciones sexuales con penetración hasta que ella le pidió que parara.
Mientras tanto, en casa de María ya estaban al corriente del engaño de su hija. Sabían que no había ido a hacer nigún trabajo con sus compañeras porque quien hacía de encubridor, supuestamente preocupado por lo que podrí apasarla, se lo contó a su madre, y llamaron a casa de la menor para advertir de lo que ocurría. El hermano de María y su cuñado estaban esperando cerca de su casa la llegada de ella y su sorpresa fue verla llegar al barrio con un hombre mucho mayor que ella, concretamente 16 años mayor. Eran alrededor de las 18:30 horas de la tarde cuando salieron a buscarla y les vieron aparecer.
Retenido por su hermano
Después de mandar a María a casa y evitarla presenciar una situación desagradable, los familiares de la menor mantuvieron retenido al presunto agresor de su hermana y llamaron a la Policía.
Los primeros en llegar fueron los agentes de la Policía Municipal de Alcorcón. A su llegada, el dominicano asegura que había conocido esa misma tarde a la joven y primero niega haber mantenido ningún contacto sexual con ella. Sin embargo, después manifestó textualmente: «Yo no sabía que tenía esa edad, pensaba que era mayor. Me ha engañado».
La joven, que bajó de su casa acompañada de su madre, también negó en un primer momento la relación que supuestamente mantenía con Julio César, aunque al final acabó asintiendo levemente con la cabeza ante las preguntas de los agentes.
La Policía la trasladó, acompañada en todo momento de su madre, primero a un centro de salud y después al hospital de la localidad para que fuera sometida a una exploración pediátrica en profundidad.
Hasta el módulo de urgencias del Hospital Fundación de Alcorcón también acudieron el forense de guardia ese miércoles 2 de abril para proceder a la exploración. También acudieron agentes de la Policía Científica de la comisaría del municipio.
Las diligencias practicadas por los municipales fueron trasladadas al Servicio de Atención a la Familia (SAF) de la Policía Nacional, perteneciente a la Jefatura Superior de Policía de Madrid, quien se hizo cargo de la investigación del caso e investigaba si podría haber otras víctimas.
Aquella tarde, los agentes de la Policía Municipal que llegaron al lugar donde el dominicano fue retenido por los familiares de la menor, procedieron a la detención del hombre y lo pasaron a disposición del Cuerpo Nacional de Policía.
Se trata de Julio César Núñez Disla, vecino de Alcorcón de 28 años y con siete reseñas policiales, la mayoría de ellas por malos tratos y alguna por robo. De hecho, tiene en vigor una órden de alejamiento de una mujer dictada por un juzgado de Alcobendas.
Fue puesto a disposición judicial ante el titular del Juzgado de Instrucción número 7 de la localidad en función de guardia de detenidos, quien dictó un auto de prisión provisional para el detenido por un delito de abuso sexual.
Fuente: LARAZON.es
jt/am

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