Luis Abinader, el desconocido
La información se la escuché recientemente al amigo Freddy Díaz, coronel retirado y estudiante de término de Ingeniería Eléctrica. Desde entonces lo he pensado una y otra vez. Para no apresurarme en el juicio al que inevitablemente habré de llegar, he buscado y rebuscado en la web alguna nota que me sugiera por lo menos, que la afirmación de mi amigo es errada; pero todo ha sido en vano. No hay una sola reseña periodística, científica o social, que haya sido firmada por Luis Abinader Corona.
Por lo menos no aparece en las primeras 100 entradas, tanto de Google como de Yahoo. Mas luego y para ratificar mi sospecha de que el Coronel pudiera tener razón, le he preguntado a por lo menos 50 personas residentes en Nueva York, acerca de la singular y sorprendente afirmación de mi amigo, de que Luis. Abinader no ha escrito jamás nada que haya sido publicado. Porque desde luego que ha escrito alguna vez, pues estudió Economía y según pude leer en su página oficial, logró una licenciatura en la prestigiosa universidad INTEC. Pero al parecer, al candidato del PRM no le gusta dejar constancia de lo que piensa.
Ya con estas evidencias, he de aceptar -siempre de mala gana- que realmente el candidato en cuestión es un político cuando menos inédito, o sea, desconocido, que nadie lo ha leído o quizás que nunca ha escrito nada. En cualquier caso y antes de pasar a sopesar las implicaciones de esta aparente e inexplicable cautela comunicacional en un candidato tan joven y “moderno”, quiero pedir a mis amigos lectores, que si conocen algún texto publicado, y que sea de la autoría de Luis Abinader, me lo dejen saber; para presentar mis disculpas públicas. Su tesis de grado, desde luego que no es admisible.
Este tema me preocupa sobremanera, porque la comunicación y discusión entre candidatos, es la punta de lanza de una oposición que clama por un debate público de último momento; como se apela al intercambio de golpes en las peleas de boxeo, cuando se conoce que se está perdiendo ampliamente y por decisión unánime. Se reconoce de antemano que un intercambio con el campeón, que ya ha “noqueó” en 2012 a un boxeador de mas cartel y resistencia, es un pésimo precedente, ¿pero qué mas da?, si de todas formas se va a perder.
Buscar el “knot-out” es una decisión entendible, y hasta de gran contenido humano, porque es la resistencia del hombre mismo a lo inevitable. Es que a fin de cuentas, como dice el eterno Vargas Vila: “cuando la vida es un martirio, el suicidio es un deber”. Las encuestas anuncian una derrota escandalosa, pero claro, eso no es necesario, basta con el 50% de los votos depositados; y la media de todas las encuestas publicadas -unas y otras- apuntan a un 55% Danilo Medina, contra 35% de la oposición.
Veamos ahora lo que implica no haber escrito ni defendido una sola tesis de carácter económico por parte de un candidato que promete un manejo súper eficiente de las finanzas públicas. Nadie en sano juicio puede creerle que su peritaje es de confiar, si no lo ha propuesto por escrito y de manera pública. Sabemos que todos los candidatos son capaces de elaborar una lista de necesidades, y mas si se cuenta con un equipo ٖansioso de volver a la administración de la cosa pública; lo dificultoso es concebir y vender un plan razonablemente creíble, para corregir los pocos entuertos existentes.
Nadie afirma que en Quisqueya exista ya un estado de bienestar general que llegue a toda la población, pero se ha logrado traducir buena parte del crecimiento económico en desarrollo, que es la premisa para convertir el progreso en instrumento del avance y mejoría de la calidad de vida del pueblo. El asunto es relativamente sencillo de entender: “solo los que crean riquezas son capaces de repartirla”. Los demás, solo la disfrutan y dilapidan, como ya lo hicieron durante el periodo 2000-2004.
¿Cómo puede la gente creer que Abinader será capaz de concebir y ejecutar un buen Programa de Gobierno, si de lo que mas sabe él, de lo que estudió y se graduó que es Economía, no nos ha podido decir nada en mas de veinte años de “ejercicio”?
A la mente me vienen dos nombres que jamás escribieron nada y tienen un sitial de honor en la historia de la humanidad: Sócrates y Jesucristo. Ambos tuvieron una destacadísima vida pública, en la que se distinguieron por su prédica y su apostolado, algo que ni lejanamente nos ha brindado Luis Abinader. De modo que lo establezco por adelantado, para dejar sentado que lo único que nuestro joven candidato nos ha ofrecido es: “un cambio”.
Claro, no nos dice qué clase de “cambio” será, pero sabemos que la reversa implica un cambio, solo que no es para avanzar sino, para retroceder. Sin embargo, admitamos que Luis Abinader está bien intencionado -a pesar de venir de una familia que practica un capitalismo salvaje- pero no olvidemos que, como dice la sabiduría popular: “de buenas intenciones está empedrado el camino del infierno”.
¡Vivimos, seguiremos disparando!
jpm