Luis Abinader: carta de triunfo 2016
En estos días está creciendo en República Dominicana lo que hemos considerado una esperanza. Una fuerza que se mueve por todos los rincones del país y que ha tomado un nombre, un liderazgo, para representar y llevar el mensaje de un gran número de dominicanos y dominicanas.
No estamos aquí para dividir y vencer. ¡Estamos aquí para unir y liderar! Liderar un proceso hacia la democratización de la sociedad dominicana y abonar el camino hacia el poder político.
El Partido Revolucionario Moderno, ese instrumento para liderar la oposición ha marcado la hora del encuentro de la sociedad dominicana con su presente, para llevar a cada casa un futuro promisorio.
El partido de turno tiene una guerra deshonesta contra la sociedad dominicana. Es un partido que ha perdido toda brújula moral; y cualquier buena intención que pueda tener se ve mediatizada por su propia falta de escrúpulos. Ante el atolladero que quiere prolongar un partido sediento de poder, con hambre de seguir desangrando el erario público, la figura de Luis Abinader, puede plantear una respuesta para unir a la gente seria y responsable de este país, que somos más.
Luis Abinader es la carta de la oposición para no repetir derrotas pasadas, para ganar efectivamente la convención, cuidando la unidad y alcanzar el poder en las elecciones del próximo año 2016. Esto es lo que nos promete Luis Abinader. Un canal, un espacio, para que la sociedad dominicana hable consigo misma de los temas que le interesan y le duelen. Para que los dominicanos nos miremos a la cara y enfrentemos cada uno de los problemas que nos limitan.
El Partido Revolucionario Moderno, la herramienta que el pueblo ha elegido para sacar al PLD del poder y llevar a las grandes mayorías la esperanza y las ganas de mejorar sus condiciones de vida, ha marcado la ruta del espacio político que lidera la convergencia y la oposición.
Un liderazgo que cuenta con los mejores hombres y mujeres y que construye sus propuestas desde la conexión con los sectores populares y la juventud, mayoría relegada por la administración indolente que no cree en el futuro. El Partido Revolucionario Moderno ha combinado la esencia de las mejores tradiciones democráticas de nuestro país.
Ha hecho encontrar en su seno a los hombres y mujeres que desde hace años vienen aportando a que nuestro país sea mejor en el PRD y las personas que han entrado a la política asqueadas por el atolladero de corrupción y desgobierno a que nos somete el PLD. Dentro de este espacio político, la figura de Luís Abinader se consagra como la única capaz de aglutinar a ambos sectores por igual, agregando su capacidad de diálogo con los importantes sectores sociales.
Sin tachas, con Luís se avanza hacia una concentración de fuerzas extraordinaria que tiene como objetivo lograr la voluntad política suficiente para que cambie República Dominicana. El compromiso con los valores democráticos y de justicia que hemos llevado adelante a través de este instrumento nuevo y al mismo tiempo colmado de experiencia, nos obliga.
Y vamos a llevar a cada casa la esperanza que anuncia Luís Abinader para el 2016. Solo con él se gana. Porque sólo él puede al mismo tiempo renovar el liderazgo político, retomar la labor opositora y conectar con los sectores medios y la sociedad civil que tan cerca nuestra estuvo cuando Peña Gómez perfilaba su gobierno compartido.
Y como nos debemos a la voluntad democrática y a los ciudadanos, en nuestro partido, recién nacido, vamos camino a consagrar la democracia interna. En solo días celebraremos una fiesta democrática donde daremos un ejemplo de unidad y consenso.
La elección del candidato presidencial, que será marcada como una hora histórica, es la mayor muestra de que el PRM es una estructura política de este tiempo, preparada para el futuro.
Las dinámicas internas de un partido definen el curso de su comportamiento en el poder.
¿El objetivo? La renovación de la política dominicana. Renovarla no es reproducir las prácticas que nos han llevado al presente de desesperanza. Significa inyectarla de sentido de futuro. Significa ofrecerle a la sociedad una mirada cercana, firme, que no tiembla, que no pierde tiempo para conocer sus problemas.
Respetando a los ciudadanos y ciudadanas, entendiendo que es de ellos el destino de este país y que nosotros somos sus representantes, los portadores de la tarea de construir un país mejor.
República Dominicana ha ido perdiendo la fe en la política. A fuerza de desencantos, los hombres y mujeres que deberían empujar para hacer posible una opción que detenga la ambición de poder y plantee un cambio de rumbo positivo se encuentran inmovilizados.
Ese descrédito de la política y de lo político plantea importantes retos. Supone, además, la gran tarea de reivindicar, desde el terreno social y ciudadano, la posibilidad de volver a la política como instrumento transformador.
Esto parece ser una ilusión, sin embargo, es la única garantía de mantener y mejorar la democracia esclerótica que nos ofrece pocas posibilidades de expresión y que permite que el Estado dominicano se haya convertido en una piñata. Rehabilitar la política supone dotar de sentido crítico a un grupo de personas que hoy sólo tienen desazón y la voluntad adormecida.
Recomponer espacios de pensamiento que proyectaron en el pasado la esperanza, descontinuar las malas prácticas que llevaron al proyecto liberal dominicano a la ruina son puntos necesarios para un quiebre con el modelo actual.
El esfuerzo opositor debe encontrar el camino de la unificación. Somos el principal partido de oposición. Pero no somos el único. Hay una gran cantidad de hombres y mujeres agrupadas en movimientos sociales y políticos que merecen un espacio y que tienen grandes cosas que aportar a nuestro país.
La capacidad que tengamos para unificar la oposición es el esfuerzo que hace falta para colocar la candidatura en el posicionamiento necesario para alcanzar el poder. Es así, como vamos a lograrlo. Unificando a lo mejor de la República Dominicana para cambiarla y hacerla mejor. Logrando que el partido, los movimientos sociales, el país en general se pongan a una con la respuesta mayoritaria.
Desde hace años se han venido dando esfuerzos en esa dirección para lograr ese espacio colectivo y ciudadano que permita combatir los males que nos aquejan.
Si logramos mostrar a la República Dominicana quién es Luís Abinader, quiénes son los hombres y mujeres que lo acompañan, estaremos al frente de un nuevo fenómeno político.
Una candidatura potable, capaz de reconstruir la oposición y ganar las elecciones.
Con Luís Abinader ganamos todos, ganamos por el bien de todos. Es la verdadera carta de triunfo del partido y del país. Con Luis se gana!