Lucha contra la corrupción (OPINION)
En años recientes, la ética de las acciones realizadas por ciertas instituciones ha captado una mayor atención de los medios de comunicación y público en general.
Muchos han sido los hechos escandalosos que se han generado en los sectores: privado, público y tercer sector en los ámbitos: nacional e internacional, reñidos con la moral, la ética y la integridad en la actuación de sus funcionarios y empleados.
Hoy cursan muchos casos en los tribunales que han afectado, han ofendido la ética, la moral y la integridad de personas que han desempeñado labores públicas y privadas que se han servido de ellas para hacer uso indebido de los recursos que se les ha puesto bajo administración o simplemente han estafado al erario.
Evidentemente, estas y otras acciones similares han planteado la cuestión de la ética, es decir, normas de conducta o juicio moral.
En la actualidad, la comunidad empresarial internacional en general y comunidad financiera en particular desarrollan y vigilan el cumplimiento de las normas éticas.
La meta de estas normas éticas, es motivar a los participantes en las instituciones a apegarse tanto a la letra como al espíritu de las leyes y regulaciones relacionadas con la práctica institucional y profesional. La mayoría de los empresarios y funcionarios públicos honestos creen que las instituciones realmente fortalecen sus posiciones competitivas y credibilidad al mantener altos estándares éticos.
En la actualidad, un número cada vez mayor de instituciones abordan el asunto de la ética mediante el establecimiento de políticas éticas institucionales y la exigencia a los empleados de apegarse a ellas.
Un estímulo importante hacia el desarrollo de políticas éticas en los Estados Unidos de Norteamérica es la Ley Sarbanes-Oxley del año 2002, la cual consiste en eliminar los problemas de revelación de información corporativa y conflictos de intereses. Contiene disposiciones sobre revelaciones financieras corporativas y las relaciones entre corporaciones, analistas, auditores, abogados, directores, funcionarios y accionistas.
Con frecuencia, se pide a los empleados firmar un documento formal en el que se comprometen a apoyar las políticas éticas de las instituciones.
Estas políticas se aplican comúnmente a las acciones o actuaciones de los empleados que tratan con todas las partes interesadas o Stakeholders de las instituciones, incluyendo al público en general.
Muchas instituciones también requieren que los empleados participen en seminarios y programas de capacitación en ética.
Para facilitar la comprensión de los dilemas y asuntos éticos que a veces enfrenta el administrador financiero.
En el plano empresarial o corporativo, se cree que un programa eficaz de ética aumenta el valor de la institución.
Un programa de ética produce varios beneficios positivos: reduce los litigios potenciales y los costos legales, mantiene una imagen empresarial positiva, estimula la confianza de los accionistas y gana la lealtad, el compromiso y el respeto de las partes interesadas (Stakeholders) de la institución.
Estas acciones, al mantener y mejorar el flujo de efectivo y reducir el riesgo percibido, afectan positivamente el precio de las acciones de la empresa. Por lo tanto, el comportamiento ético es considerado necesario para lograr la meta de la empresa de incrementar al máximo la riqueza de los propietarios.
El Banco Mundial, actualmente proporciona a los países, herramientas para aumentar la transparencia y perseguir el dinero sucio como forma de reforzar la fortaleza, seguridad e integridad del sistema financiero.
Dinero sucio que fluye a través del sistema financiero global, imponiendo un costo significativo a la seguridad nacional, las oportunidades económicas y el estado de derecho en los países en desarrollo.
A medida que los delincuentes adquieren nuevas capacidades para mover fondos a través de fronteras sin ser detectados, se está trabajando para reforzar la capacidad de las sociedades para descubrir, procesar y prevenir tales movimientos en el futuro, así como para restituir a las arcas públicas los fondos oficiales robados en casos de corrupción.
La lucha es larga y dura contra la corrupción administrativa, es un flagelo que corroe los cimientos mismos de la sociedad en general, ya que la corrupción es un mal entronizado en el seno mismo de la sociedad.
Es un mal enraizado en la humanidad, se podría decir que es parte de su ADN, se diría que se encuentra en el tuétano mismo de los huesos de los seres humanos con muy pocas y raras excepciones.
El filósofo liberal inglés, John Locke (1632-1704) popularizó la teoría de la tabula rasa, es decir, que el ser humano al nacer, tiene su mente como una pizarra en blanco o tabula rasa o mente vacía, es decir, sin cualidades innatas.
De modo que todos los conocimientos y habilidades de cada ser humano provienen exclusivamente del aprendizaje a través de sus experiencias y sus percepciones sensoriales lo que luego lo hace bueno o malo.
De ahí que, muchos seres humanos copian o imprimen en sus cerebros las malas acciones, copiadas del medio donde se desarrollan.
El hombre y la mujer, nacen buenos y la sociedad los corrompe, conforme esa teoría.
La administración gubernamental que regentea el presidente, Luis Rodolfo Abinader Corona, libra una lucha denodada contra el flagelo de la corrupción, escuchándole decir en varios escenarios, que en su gobierno no habrá corrupción.
El presidente Abinader actuando cónsono con los principios éticos, morales y de integridad no se encuentra solo, pues son muchos los funcionarios que actúan en esa dirección, aunque el cáncer sea terminal o la lucha sea dura.
Se sabe, que persisten rasgos de una cultura de corrupción proveniente de gobiernos anteriores pero desde la Contraloría General de la República, institución del control interno del Estado Dominicano y, la Dirección General de Ética e Integridad, se lucha día a día para garantizar una gestión sin máculas, apegadas a las normas básicas del control interno nacional, la ética, moral e integridad.
Con dicha actuación se busca paliar los intentos o ápices de corrupción que pudiesen surgir, pues el diablo siempre está al acecho para actuar e influir sobre las mentes débiles que se dejan corromper.
De ahí que, el ciudadano presidente, Luis Rodolfo Abinader Corona, actúa en lo inmediato, hasta por el más mínimo rumor contra cualquier conato de corrupción, apartando de su gobierno cualquier colaborador que intente o haya infringido la ley.
La bandera del presidente Abinader, es la de la lucha contra la corrupción, por eso hoy, es él es un referente o ejemplo de gobernante honrado para la región de América y el resto del mundo, considerándose que es uno de los presidentes mejor valorados.
Definitivamente y a pesar de las tantas sepas que presenta y sus tantas manifestaciones, ha de imponerse la ética, moral e integridad contra la corrupción.
felix.felixsantana.