Los valores que debemos preservar

Se exalta a lo más alto del firmamento el valor y el patriotismo que adornó  nuestro Padre y patriota Juan Pablo Duarte y Diez. Este hombre de origen español de descendencia acaudalada sirvió a la patria sin  esperar recibir ninguna recompensa más que la de  construir un país libre, democrático, soberano e independiente. La enseña tricolor que enarboló  en nombre de la patria representan hoy nuestro estandarte: “Dios, Patria y Libertad”.
Quiero traer a la memoria de los jóvenes de hoy el mensaje del pensamiento innovador  de Duarte, del resurgir de los valores que dieron origen a la República Dominicana y que surgió como un compromiso entre los fundadores de nuestra nacionalidad, que fue la de construir un país donde reine la democracia, la libertad del hombre, con un estado soberano e independiente. 

El 4 de febrero, Duarte había dado prueba de su pureza como patriota y ahora la daba de su pulcritud como administrador. El 12 de abril de 1844, Duarte devolvió al Tesorero Nacional, Miguel Lavastida, $827 pesos de los $1,000 pesos que había recibido e hizo entrega de un informe pormenorizado de $173 pesos gastados en la tropa. Durante la campaña militar anotó cuidadosamente los gastos desde su salida, como eficiente Contador. Con su actitud, Duarte demostró tres valores fundamentales que se necesitaban para ser funcionario público: Honradez, Honestidad y Transparencia.

 He aquí el paradigma de honradez, honestidad y transparencia, para todo dominicano que participe en la política pública. Esta rendición de cuentas constituye un permanente ejemplo y estímulo para los gobernantes y ministros que manejan fondos públicos o administran dinero ajeno, teniendo a su disposición, hoy, tantos medios sofisticados para una rápida y exacta rendición de cuentas, que acredite su honorabilidad. 

Establece como fin último del Estado el principio del Bien Común: «Puesto que el gobierno se establece para bien general de la asociación y de los asociados, el de la Nación Dominicana es y deberá ser siempre ante todo, propio y jamás de imposición extraña.». Pero, más que nada define el carácter del gobierno: debe de ser propio, no impuesto; popular, procedente de la voluntad del pueblo; electivo, fruto de un proceso electoral; representativo, de las voluntades e intereses de sus electores; republicano, elegido y alternativo; y sobre todo, responsable de sus actos.

 Y para la mejor y más pronta expedición de los negocios públicos se distribuye en poder Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Hoy también disfrutamos del Poder Municipal, este último delegado del Poder Ejecutivo en forma de descentralización para participación de la mayor cantidad de los ciudadanos y ciudadanas en la planeación del desarrollo y la supervisión del uso de los fondos públicos, y bienestar de todos.

  Juan Pablo Duarte también representó el significado a las palabras gratitud y sentido de justicia, para que ningún dominicano sea maltratado injustamente por quienes detenten el poder: «Me habéis dado una prueba inequívoca de vuestro amor, y mi corazón agradecido debe dárosla de gratitud. Ella es ardiente como los votos que formo por vuestra felicidad.

Sed felices, hijos, y mi corazón estará satisfecho aún exonerado del mando que queréis que obtenga; pero sed justos lo primero, si queréis ser felices. Ése es el primer deber del hombre; y sed unidos, y así apagaréis la tea de la discordia y venceréis a vuestros enemigos, y la Patria será libre y salva. Yo obtendré la mayor recompensa, la única a que aspiro: el veros libres, felices, independientes y tranquilos». Juan Pablo Duarte.

La sociedad dominicana siempre ha tenido un sueño, ese sueño que le regalo Duarte y a 171 años de la Independencia y 153 de la Restauración aún estamos esperando que haya un salto entre los gobernantes nuestros y ellos puedan lograr que sus funcionarios entiendan que el sueño por el que murieron los Padres de la Patria y nuestros restauradores no ha sido posible alcanzarlo.

Volvamos a la autocrítica y retomemos el camino, ese que nos lleva a construir una nación más humana, más unida y sobre todo más consciente del deber que como dominicanos nos incumbe para lograr disminuir la desigualdad social, la pobreza y el desempleo, que son los males que están de manera permanente golpeando a todos.

Escribo este artículo con el propósito de que recapacitemos en la promesa que nos legaron nuestros fundadores de salvar a la patria y mantenerla sana, y que al conmemorarse en el mes de febrero un año más de nuestra Independencia, tratar de sensibilizar a gobernantes y gobernados para rendirle un tributo a Duarte, como ejemplo de nuestras conductas, sintiéndonos orgullosos por servir en la manera en que él lo previó.

 

Compártelo en tus redes:
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
7 Comments
Nuevos
Viejos Mas votados
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios