Los pueblos y los tropezones
Consciente de que San Cristóbal no es la excepción de la regla, y de que seguro hay otras comunidades padeciendo nuestras mismas dificultades, carencias y frustraciones, y en vista de que ya casi estamos a la puerta de un nuevo proceso electoral, entendemos oportuno hacer acopio de una expresión popular , que todos conocemos, en procura de mejor suerte para los años venideros: “Los tropezones nos hacen levantar los pies”. ¡Y qué bueno que así sea! Quizás así estos infortunios políticos del momento lo convirtamos, con nuestros votos a partir del 2016, en infelices e ingratos recuerdos, pero gracias a estos sinsabores vividos aprenderemos la lección de no elegir a senadores, diputados, alcaldes y regidores, solo porque sean señalados por los partidos de nuestras preferencias, sino porque veamos en estos las condiciones morales y éticas que sumadas a sus propuestas de trabajo y hojas de servicios para con la población, nos inviten a sufragar por ellos. Porque no olvidemos que “los tropezones nos hacen levantar los pies”. ¡Y qué bueno que así sea!. Para que aprendamos a ser cautos y lo suficientemente precavidos, para no dejarnos embaucar por hermosas y falsas promesas, y que aprendamos a leer entre líneas y veamos el rostro interior de quienes nos ofertan soluciones a los problemas de nuestras comunidades y no elijamos simplemente porque sí, y hagamos que nuestro voto sea un ejercicio pensado y depurado, para que no nos convierta en los edificadores de nuestra propia desgracia. Porque para algo, “los tropezones nos hacen levantar los pies”. ¡Y qué bueno que así sea! Porque si para optar por un simple empleo, se nos exige una serie de documentos que avalen la probidad e integridad de nuestra persona, mayores deben ser las condiciones requeridas con las que tiene que cumplir todo aquel que aspire a una posición electiva, en la que va a representar y administrar, los bienes , los recursos y sobre todo las esperanzas de bienestar, desarrollo y progreso de la población. Por ello, toda candidatura debe estar sustentada en un papel de buena conducta y no antecedentes penales provisto y sellado por todas las instituciones que tienen que combatir el delito en todas sus formas y manifestaciones. Un certificado médico-siquiátrico que dé garantías de que quien sustente una candidatura, goza de buena salud, tanto física como mental, por lo que cuyas acciones, en caso de ser elegido, no se contravenga a los buenos principios, normas y valores conductuales de todo hombre ante la sociedad, y podamos transitar tranquilos, porque “los tropezones nos hayan hecho levantar los pies” ¡ y qué bueno!, es hora de que lo hagamos.