Los números en nuestras vidas

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LA AUTORA.

Por VIOLETA SAINT-HILAIRE

 

Durante nuestra existencia, nos toca manejar muchos números,  unos serán más importantes que otros. Desde que nacemos ocupamos números: El orden que como hijo o hija nos corresponde, la fecha de nacimiento (día, mes y año), cuanto medimos y pesamos, entre otros datos.

Otros serán asignados por sistemas o algún orden establecido como la Cédula de identidad y electoral, la cuenta de ahorro o corriente u otro producto que procuremos en un banco, los que ocupamos en los diferentes niveles de la educación, el de la matrícula en la universidad, etc.

Muchos de esos números, no los podremos elegir, otros sí y estos serán muy importantes pues estarán en consonancia con nuestros objetivos y metas y por tanto, con el éxito que proyectemos en nuestras vidas, como por ejemplo: ¿Cuántos días a la semana quiero nadar o caminar? ¿Cuánto dinero tener en mi cartera? ¿Cuántos vasos de agua tomare en el día?

Asimismo también somos responsables de asignar el número al tiempo que podríamos sostenernos económicamente sin recibir ingresos ya sea por salarios y/o inversiones. Podría averiguar cuál sería ese número al día de hoy,  nos basta con sumar nuestros Ingresos mensuales más los ahorros que tenemos y lo dividimos entre el gasto mensual; este ejercicio nos arrojara un número que será el tiempo que podríamos durar consumiendo sin producir.

¿Pero, qué pasaría si realmente perdiéramos nuestro empleo o quebrara alguna empresa donde hemos hecho alguna inversión? Si tuviéramos ahorros destinados para esas contingencias, mientras se resuelve la situación, muy bien podríamos seguir sosteniéndonos económicamente y nuestro ritmo de vida no se alteraría por ese periodo de tiempo.

Para preparar los ahorros que se destinaran para las contingencias, primero debemos determinar otro número, posiblemente uno de los más importantes en nuestra vida, y aunque no será completamente nuestra responsabilidad, podemos adaptarlo a nuestro objetivo manteniéndolo en un rango estable, adaptándolo a mi costo básico mensual.

Es importante que hagamos conciencia de lo que realmente es básico,  en estos tiempos, donde nos han hecho creer que para estar bien se requieren muchas “cosas” y que todas son vitales; esto es parte de la tendencia desenfrenada de adquirir, gastar y/o consumir en bienes superfluos.

Para calcular ese costo básico mensual debemos anotar durante un mes consecutivo cada centavo que gastamos, y en que lo gastamos; al final del mes separaremos lo que es básico para nuestro diario vivir y lo que no es básico.

Sera básico todo lo que sea imprescindible para nuestro bienestar, como alimentación, transporte, medicamentos, entretenimiento “básico”, educación, higiene y cuidado personal, así como agua, electricidad y comunicación,  y cualquier otro gasto ordinario para la cotidianidad. Lo que no esté dentro de esas partidas básicas, será objeto de atención, análisis y gestión.

Calcular, descubrir y construir esos números nos permitirá iniciar un proceso de empoderamiento que nos llevara a manejar con eficiencia nuestras finanzas personales y de ese modo lograr un estado de bienestar en el que debemos permanecer el mayor tiempo posible.

vsainthilaire@gmail.com

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