Los jeques electorales «socialistas»
La palabra humildad <humilitas> es una locución latina que denota en los seres humanos que la tienen y la practican, una virtud moral que se traduce en la ausencia de soberbia y en entender sus debilidades, cualidades y capacidades, las cuales aprovechan para actuar en bien de los demás, sin decirlo.
No cabe duda de que, esa virtud que pueden manifestar sin mucho esfuerzos algunas personas que están en la cima social, política o económica, es uno de los valores humanos más productivo y beneficioso en la interrelación con los demás y que mayor afectos y agradecimientos genera en otra personas en relación a quien la practica.
En el lado opuesto a estas personas que tienen el valor humano de la humildad, están los soberbios, engreídos, avaros , altaneros, egoístas y los ambiciosos desmedidos, que sólo tienen como metas en sus vidas, hacerse rico no importa la forma inmoral de hacerlo. En ese aspecto, si hay un ámbito en donde estas bajezas humanas tienen un caldo de cultivo, ese lugar sin dudas algunas lo ha sido en el ejercicio político.
En ese tenor, vamos a tratar el caso de dos personajes oscuros de la política «socialista» en la América Latina, que han trazado el rol de sus funciones públicas bajo el manto de la putrefacción moral y la filosofía maquiavélica para lograr sus objetivos en pos del beneficio pecuniario a costa de los demás.
Roberto Rivas: el buitre de Nicaragua
El señor Roberto Rivas ostenta en la patria del poeta Félix Rubén García Sarmiento, mejor conocido como Rubén Darío, el puesto de Presidente del Consejo Electoral de Nicaragua y es conocido como un gran amigo, solidario y compañero partidista (aunque lo disimula por su posición) del presidente nicaraguense José Daniel Ortega y Saavedra (El Pedófilo).
Esta figura es tan llamativa en Nicaragua – no por el cargo que desempeña ni por la labor que realiza- sino más bien, por ser uno de los funcionarios gubernamentales más rico y poderoso del gobierno de la dinastía Ortega y porque desde su posición, siempre ha favorecido con artimañas y fraudes electorales al «eterno» presidente sandinista Daniel Ortega.
Tanto el magistrado Roberto Rivas como su familia, llevan una vida de lujos, boato y confort en Nicaragua y fuera de ella, de la que hacen alardes sin el menor de los escrúpulos y es por eso que el pueblo de esa nación se pregunta, al igual que la canción del desaparecido Frankie Ruiz: «Y cómo lo hacen».
Al magistrado Rivas le encanta viajar a Madrid y no lo hace como usted o como yo cuando he viajado a Europa en clase económica, sino que se desplaza en un vuelo chárter cuyo costo oscila en unos E$130,000 euros. Tiene no una casa, sino un palacete en alquiler por el cual paga una renta de unos E$12,000 euros en un residencial de una zona exclusiva de Madrid llamado «Residencial Conde Orgaz», sector que tuve la oportunidad de ver y el cual es considerado uno de los lugares más privilegiados para vivir de la capital española.
Es propietario de tres jets privados que están a nombre de una de sus hijas, un yate, varios autos de lujos, una mansión en Costa Rica, casas veraniegas en Nicaragua, una finca cafetalera, un solar en un sector exclusivo en Costa Rica de 3,514 Mt2 valuado en unos US$193,000 dólares. Es propietario de la empresa Chibulú del Oeste, S.A en la cual tiene registrada cuatro residencias en un mismo sector en Costa Rica.
Fue acusado por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos de corrupción, fraude electoral y violaciones a los Derechos Humanos, por lo cual su nombre está en la lista negra de la Oficina de Control de Activos Extranjeros, basado en la Ley Global Magnitsky. Es tan notoria su fama de corrupto, que en Nicaragua el pueblo jocosamente lo llaman como «El señor de los fraudes electorales» porque no solamente aumenta el caudal de votos de los sandinistas en cada proceso electoral, sino que con su sueldo de US$5,000 dólares mensuales se las ingenia para vivir como un jeque y tener tantos bienes de lujos dentro y fuera de su país.
El descaro de Roberto Rivas ha sido tan grave en Nicaragua, que en las elecciones celebradas en el 2016, le dio el triunfo a Daniel Ortega con un 72% de los votos a pesar de que hubo una abstención electoral superior a un 60%.
Tibisay Lucena: la piraña chavista
Estoy seguro que, al igual que yo y millones de seres más en el mundo, los amables lectores se habrán preguntado alguna vez: cómo es que el chavismo siempre «gana» todas las elecciones que se han celebrado en Venezuela y las próxima presidenciales a celebrarse también las ganarán?
De igual manera se preguntarán: cómo es posible que un pueblo hambriento de alimentos, carentes de medicinas, con un país en ruinas, apagones a diario en una nación petrolera, falta de agua potable, con una moneda totalmente devaluada, una hiperinflación descomunal y la segunda mayor en el mundo, con criminalidad y delincuencia incontrolable, falta de trabajo, el surgimiento de enfermedades ya superadas anteriormente, fuga masiva de jóvenes y profesionales a otra latitudes, con un régimen represivo, corrupto y con la pérdida de su soberanía ante una nación menos desarrollada y más pequeña como lo es Cuba y un gobernante analfabeta, truculento y peor aún, nacido en otro país, vaya tranquilo a unas elecciones y esté seguro de ganar?
Es posible imaginarse que unos 20 millones de venezolanos, aptos para ejercer el sufragio sufran del «Síndrome de Estocolmo» y se identifiquen plenamente con sus verdugos años tras años? Si usted que me lee es una persona medianamente inteligente, podrá deducir, sin necesidad de ser sociólogo, sicólogo o un avezado analista político, que eso es imposible. Ese síndrome los podrán tener unos cuantos que en vez de cerebro tienen tripas, pero el resto de los venezolanos no.
El gobierno chavista ha diseñado un sistema electoral que no le va a permitir a la oposición ganar y en adición a ello, siempre se van a implementar medidas, resoluciones, estrategia, represiones y trastrueques que van a dar al traste con cualquier sufragio que favorezca a la oposición. Frente a todo este andamiaje electoral, está al frente dirigiendolo como Presidenta del Consejo Electoral, la inefable socióloga y activista castrocomunista adiestrada en sus años mozos en La Habana, Cuba, Tibisay Lucena Ramírez. (Ver enlace de ejemplo del fraude en las elecciones Regionales 2017): https://www.youtube.
Al igual que su colega nicaraguense Roberto Rivas, Tibisay Lucena gusta del buen vivir y de disfrutar al máximo los privilegios que les brinda estar «enchufada» en la claque chavista y ser parte de una nueva realidad social en la patria «socialista» Bolivariana: los «Boliburgueses», un término acuñado por la jocosidad del pueblo venezolano para identificar a los nuevos ricos y potentados de la sociedad venezolana que han superado a la «oligarquía» de la llamada 4ta. República.
En efecto, la «camarada» Tibisay Lucena Ramírez estuvo ligada al célebre «Caso Antonini» y como regalo por sus gestiones al frente del organismo electoral, ha disfrutado de espléndidos fines de semanas en el archipiélago de Los Roques, a donde era llevada en avión privado y a pasear en un yate con todo incluido, incluyendo degustar las famosas champagne rosadas Laurent Perrier acompañada de langostas frescas y de variados y finos alimentos.
La empresa «Smartmatic» que era la encargada del proceso electoral en Venezuela (mucho antes de abandonar el país y denunciar los fraudes en los procesos electorales), le obsequiaba a Tibiay estadía en un Spa de lujo en el Estado de La Florida, aparte de las jugosas comisiones por asignarle a esta empresa el proceso electrónico electoral venezolano. De igual manera, también le obsequiaron un lujoso y fino piano de cola traído desde Alemania.
Esta sacrificada «socialista» es buena madre y por ello, le regaló a su única hija divorciada y maltratada por su exmarido, una lujosa casa cubierta de mármol, la cual le compró a la Sra. Maruja Beracasa perteneciente a una rica familia judía por la suma de US$600 mil dólares. Dicha casa que fue derrumbada y hecha nueva y como dije, en mármol puro por doquier. Está ubicada en la exclusiva zona del Country Club de Caracas, en donde la hija de esta «camarada socialista» se codeará con vecinos como son los Cisneros, los Mendozas, los Phelps (empresarios y millonarios en Venezuela) y cerca de las embajadas de diferentes naciones. Nada de vivir cerca de los proletariados que ellos dicen «defender» y a los que el personaje «Boruga» llama «La gleba enardecida».
Mientras en Nicaragua existan las lacras sociales como los Robertos Rivas y en Venezuela las Tibisay Lucena Ramírez, los Daniel Ortega y el chavismo seguirán gobernando y desangrando a las naciones que están bajos sus garras depredadoras. Ya los jeques no son sólo árabes y radicados en el Medio Oriente, sino que lo tenemos ya en nuestra América Latina y como si esto no fuera suficiente, son por demás «socialistas».
Como dice la frase del comandante barbudo ya fallecido y que reposa junto a Hugo Chávez en lo más profundo del averno: «!Patria o muerte, venceremos»!
JPM
mitomano, embustero, fabulador, resentido, dubitativo, esquizofrenico, jabladorazo, cherchoso
este sicofante, nunca ha dicho algo siquiera sobre sus lideres preferidos, que son los dictadores inversionistas en los panama paperes michel temer, juan orlando hernandez, el mentecato mauricio macri, los ex socios del capo pablo escobar, alvaro uribe velez y jose maria aznar.el embadurna cuartillas, y el mismo escribe lisonajas y alabanzas a el mismo
excelente artí****, como siempre mi estimado amigo l. arturo morató… siempre es un placer leer tus juiciosos escritos. lo comparto en su totalidad. un fraternal abrazo.