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«Desdominicanización» del país
Los funcionarios botellas
El presupuesto de la República Dominicana sangra, languidece y se estremece como cualquier afluente torpedeado por la deforestación, que se alborota cuando recibe los nutrientes del agua de lluvia y se enfurece, pero cuando llega el verano es invadido por la tristeza, porque se esfuma su escorrentía.
“Los cambios en las instituciones son los que mejor explican el desarrollo económico de los países” – acota el premio Nobel de Economía Douglas North – acentuando su reflexión en el manejo de los fondos públicos por parte de los gobernantes, a través de los compromisos que contraen con los partidos opositores.
Estas decisiones administrativas gravitan en el individualismo político y sin soslayar un solo instante, siempre tiene su base de crecimiento en los beneficios de quienes ostentan los cargos que son distribuidos cada cuatro años y que en definitiva no aportan en lo absoluto al desarrollo del estado.
Es vergonzante la distribución de cargos fantasmagóricos creados por el gobierno recientemente, a través del Decreto 246-16, donde sin Ton ni Son, nombra unos 44 funcionarios botellas, sólo para cumplir los acuerdos políticos contraídos con Miguel Vargas Maldonado, presidente del Partido Revolucionario Dominicana (PRD), quien vendió esa organización al partido gobernante para poner en juego la estabilidad económica del país.
Funcionarios botellas, animados y comprometidos para cobrar un salario sin desarrollar ninguna labor que pueda contribuir al desarrollo y a la estabilidad de la administración pública, mientras las farmacias de los hospitales carecen de medicamentos, los maestros, profesores, médicos, enfermeras, policías y otros empleados de la administración pública protestan frecuentemente por el bajo salario.
El Poder Ejecutivo nombró a Lidio Cadet, presidente de la Comisión de Ética e Integridad Gubernamental, funciones fuera de contexto, porque si existe en el mapa- mundo un país carente de “ética e íntegro” es la República Dominicana, debido a la irresponsabilidad de quienes dirigen las instituciones públicas.
¿De cuál política de desarrollo habla el presidente Danilo Medina, cuando el gobierno no tiene definido un programa dirigido a fortalecer las instituciones y reducir la pobreza a nivel macro?.
Se crearon cargos como “enlaces entre los poderes ejecutivo y legislativos, vice ministros, vice cónsules”, etc., etc., posiciones que no contrastan con las leyes dominicanas y mucho menos con lo que establece la carta constitutiva, como muestra de que el presupuesto de la nación es un festín en el que únicamente el ejecutivo tiene derecho a usar para satisfacer acuerdos políticos.
En términos filosóficos, “la ética estudia la bondad o la maldad de los comportamientos y tiene como centro de atención las acciones humanas y aquellos aspectos de las mismas que se relacionan con el bien, la virtud, el deber, la felicidad y la vida realizada, mientras que la integridad sigue los parámetros de la justicia, la integridad y la paz.
Las grandes virtudes de los políticos no deben estar fundamentadas en los compromisos de aposentos con sus adversarios. El corazón de la República Dominicana está dejando de latir y; de continuar en cuidados intensivos, será transferido a la tumba y descansaremos en paz, pero no en la gloria, sino en el abismo.