Los dólares de los «gusanos» cubanos y «escuálidos» venezolanos

   He manifestado en reiteradas ocasiones y en varios artículos de opinión, que el patricio Juan Pablo Duarte y Díez, manifestaba una gran admiración por la política como ciencia social muy vinculada al ser humano.
   Fue tanto así, que dijo de ella lo siguiente: «La política no es especulación, es la ciencia más pura y la más digna, después de la filosofía, de ocupar las inteligencias nobles». Ese era el concepto que el apóstol Duarte tenía y de la responsabilidad social que adquirían los hombres que en ella incursionaban, para lograr conquistas a favor de los más desposeídos y de todo el contexto social de una nación.
   Pero, desde los tiempos en que ese ejercicio social se ejercía con dignidad, gallardía, decoro, decencia y, sobre todo,  de alta capacidad social y patriótica, ha llovido mucho y es enorme el caudal de agua que ha pasado raudo debajo de los puentes. Y es que, lo de hoy es penoso, indignante, triste, bochornoso, cursi, ridículo y carente de toda ética y principios morales.
   Es notorio hoy en día, sobre todo, en regímenes socialistas y populistas, individuos ejerciendo el poder sin la menor capacidad para ello, de expresiones y comportamiento toscos, soeces, vulgares, represivos, corruptos y de suma doble moral. Hacen justamente y en mayor escala, lo que ellos tanto tiempo se han pasado criticando a gobiernos diferentes a su ideología malsana y vil.
   Han levantado un verdadero circo político en donde ellos y sus secuaces, son los payasos de la gran carpa que nos hacen llorar de tristeza y sumen a los pueblos bajo sus férulas fascistas, en un calvario insoportable en donde a veces, la muerte es una solución extrema ante lo insufrible. Obviamente, las crisis y miserias generadas por ellos no la sufren los gobernantes, su círculo familiar y sus acólitos, sino el pueblo. Tal es el caso actual de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Corea del Norte.
La doble moral económica socialista
   A través de los años y de los diversos episodios políticos que a diario vivimos, leemos, palpamos y vemos por los medios audiovisuales, conocemos de las posturas «antiimperialista y  «enemiga de todo lo que huela a los yankees»  de estos gobiernos socialistas, que por cierto, ya van quedando pocos. Vale destacar  el caso de Cuba y más de su medio siglo de proclamarse como «libre,  soberana y «antinorteamericana por antonomasia», uniéndose a esta cháchara vacía, pueril  y ridícula los gobiernos de Venezuela y Nicaragua.
   Como muestra de ese odio visceral hacia los Estados Unidos, vituperan, acosan, maltratan y les hacen la vida imposible en su fascismo gubernamental, a todo aquel ciudadano que muestre simpatía con los Estados Unidos o se exilien para vivir en el sistema democrático que ellos representan por excelencia a nivel mundial y en consecuencia,  llegan a utilizar adjetivos  para esa personas, tildándolo -a lo que sería hoy en día un  bullying político- con calificativos como: «gusanos de Miami», «peones del imperio», «cipayos», «lacayos», «contrarevolucionarios»,  bla, bla , bla.
   Pero, siempre se ha dicho que la verdad flota como el corcho y cada día que transcurre desde el estrepitoso fracaso de la Revolución Cubana de 1959 hasta la fecha, la tiranía socialista que ha oprimido al pueblo de José Martí durante 6 miserables décadas de miseria, hambre, atraso social, económico, político y de desarrollo humano, hoy en día y en gran medida, su agonizante economía recibe como oxígeno para su gobierno, las remesas de esos «gusanos de Miami» que han logrado la libertad plena en el «malvado imperio» y disfrutan lo más sagrado del ser humano: su libre albedrío y la plena libertad de ser el rector de su existencia en suelo americano,  algo que no se disfruta en la tiranía castrista.
   En efecto, en un informe de la Havana Consulting Group (THCG), se determinó que las remesas del exilio cubano («los gusanos» según los comunistas de Cuba) han enviado en remesas a sus familiares de  la isla a mediado del  2018, la friolera de unos US$3,444 millones de dólares, dinero del «malvado imperio» que el gobierno «antiyankista» de La Habana, recibe con sumo placer y dispone a beneplácito, cambiándolo a sus gobernados por los llamados pesos cubanos convertibles o «CUC), ya que la moneda del «odiado imperio» es un delito tenerla y no entregarla.
   Buscan hacer negocios con gobiernos capitalistas, su principal socio comercial es el «odiado imperio», valoran y aprecian su moneda, depositan sus riquezas en paraísos fiscales del  «capitalismo salvaje», les encanta el turismo capitalista que gasten sus euros y dólares en sus países y, tal como lo hicieron en diciembre 17 del 2014, los Castros negociaban a espalda de sus amigos socialistas como Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y demás, arreglos en las relaciones, buscando con ello romper el embargo a la isla, la devolución de Guantánamo y negociar libremente con empresas norteamericanas, sin el menor pudor a la cháchara dialéctica que durante seis décadas han mantenido de ser los más antiimperialistas «de la bolita del mundo».
   Como sabemos, lo irónico y chistoso es que, tanto en Cuba como en Venezuela, después de tanto ufanarse de sus revoluciones, sus supuestos «logros» sociales, su llamada «soberanía e independencia», sus utopías revolucionarias y de tantos años en el poder, sus monedas respectivas valen menos que un papel de sanitario usado. Como dice el viejo dicho: «Tanto nadar para morir en la orilla».
La debacle en la Venezuela chavista
 
   Lo que ha sucedido y sucede en Venezuela al caer en manos de una pandilla de facinerosos, corruptos, narcotraficantes, inmorales, criminales y delincuentes en el poder, es algo inaudito, absurdo y carente de toda lógica, si sabemos que es una nación asentada encima de unas riquezas naturales inmensas y que, no obstante ello, ha caído a ser un país paupérrimo, caótico, con una criminalidad galopante, un gobierno anárquico, irresponsable  y sobre todo, corrompido con el erario, creando una nueva élite social: «los Boliburgueses»
   Hoy en día, en una nación donde sus habitantes pasan hambre, los enfermos hombres, mujeres y niños languidecen por falta de medicinas, atenciones médicas y hospitales infuncionales; en donde cientos de miles de venezolanos a tomado el exilio forzado para sobrevivir en otras tierras y muchos de sus profesionales hacen labores de chiriperos;  en donde el país de Rafael José Urdaneta Farías se hunde en la carencia de todo y la vida de sus habitante se ha vuelto insípida y miserable, estos protervos y mediocres que gobiernan la nación con manos de hierro, siguen pronunciando sus discursos populistas  lleno de utopías patrióticas, ignorando la realidad que ellos han creado.
   Pero, la maldad de estos «socialistas» en el poder,  al parecer no tiene límites, pues mientra la crisis social, política y humanitaria que devora a la nación creada por ellos mismo se agiganta cada día, se oponen rabiosamente a toda ayuda humanitaria que le han ofrecido otras naciones, para no dar su brazo torcer y admitir que, como Cuba, La exUnión Soviética, la exAlemania Orienta, Corea del Norte y la propia China de Mao, el socialismo económico como método social ha fracasado siempre.
   Como siempre he sostenido, los métodos socialista (nombre ahora eufemístico de los comunistas, como si ponerle gafas, sombrero y una corbata a un mono deja de ser chimpancé) son idénticos en cada uno de los pocos  países que ya quedan y sus dialécticas y forma de desprestigiar a los que son desafectos a sus gobiernos, es la misma táctica en diferente escenarios. Cuba tiene a sus «gusanos de Miami» y los chavistas de Venezuela tienen a su «escuálidos».
   En ambos casos, estos exiliados forzados a  huir de su patria, dejando su familia y sus vidas labradas en sus tierras,   buscan una nación de libertad, en donde puedan progresar, vivir dignamente y no ser marionetas de estos regímenes mentirosos, hipócritas y corruptos.
   Pero, los «gusanos de Miami» y los «escuálido» venezolanos,   tienen algo en común: sus remesas sí son bienvenidas y valoradas  por eso gobiernos que los han obligado a dejarlo todo e iniciar una nueva vida en otras latitudes. Hoy, al igual que Cuba, la Venezuela chavista ha prohibido a sus ciudadanos el tener la moneda norteamericana y las remesas se han convertido en una fuente de ingreso ante el descalabro y la ruina a que ha levado a la nación el exchofer de autobús y para mayor infamia, nacido en Cúcuta, Colombia.
   Es tal el descalabro económico, el robo, el desorden y la anarquía chavista, que  hasta la propia China se ha cansado de seguir financiando dinero,  al sentir que ese gobierno y ante el rechazo mundial que padece, ya no les ofrece ninguna garantía a sus inversiones. Ver noticia:  https://elpais.com/internacional/2018/05/02/actualidad/1525228067_970906.html
Cuanta razón tuvo el dramaturgo estadounidense Thomas Lanier Williams III, mejor conocido en el mundo del teatro como  «Tennesssee  Williams» cuando dijo: «La  única cosa peor que un mentiroso es un mentiroso que también es hipócrita«.

Y como ha quedado evidenciado desde el 1917 hasta la fecha, estos gobiernos socialistas y populistas, en grado sumo han demostrado ser mentirosos e hipócritas.

5 de junio 2018

New York, N.Y

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