Ley de artesanía en RD (1)

La aprobación en el Congreso Nacional del Ante-Proyecto de Ley sobre Desarrollo y Competitividad de la Artesanía dominicana constituiría un verdadero paso de avance para convertir a ese sector en uno de los más dinámicos y próspero de la economía nacional.
Inequívocamente, con la aprobación, promulgación y puesta en vigencia de esa iniciativa se protegería la producción artesanal criolla y se crearían clústers de artesanos, Red de Proveedores y otras modalidades asociativas, mientras el Estado dominicano generaría cada año decenas de millones de dólares por concepto de  ventas de dichos productos, tanto a los turistas que nos visitan cada año, como en el mercado internacional.
República Dominicana está recibiendo anualmente cerca de 7 millones de turistas. Estamos a la puerta de cumplir la meta trazada por el presidente de que esa cifra llegue a los 10 millones de visitantes por año, lo cual representa un extraordinario mercado para nuestras variadas, originales, hermosas, coloridas y elegantes piezas artesanales, en cada una de las cuales los artesanos dejan plasmado su talento y las tradiciones culturales de nuestro pueblo.
A esto se agrega la gran demanda que tiene en muchas partes del mundo las artesanias criollas hechas a base de madera, barro, ambar, larimar, jícara de coco, cuero y piel, cerámica, higuero, guano, entre otros, cuyas exportaciones superan una buena cantidad de millones de dólares al año.
Desafortunadamente, en la actualidad, más del 60% de los recursos que se generan en el país por la venta de artesanías va a parar a manos foráneas, debido a que una gran cantidad de las artesanías que se coloca y vende en el mercado dominicano es extranjera.
El comercio de las artesanías  genera  un comportamiento positivo de varios millones de dólares al año, provenientes fundamentalmente de las compras que hacen los turistas que visitan al país y de exportaciones a Estados Unidos, Puerto Rico, Barbados y otras islas; a Canada, Europa, Brasil, Argentina y otros destinos.
Paradójicamente, entre el 60% y 70% de esas artesanías comercializadas  provienen de importaciones desde varios países, por lo que la Ley de Artesanía vendría a propiciar un mecanismo de sustitución gradual de esa realidad, garantizando empleos a miles de artesanos y de dominicanos vinculados al sector.
República Dominicana precisa del referido marco legal y de la puesta en vigencia de una cultura de producción de piezas artesanales en serie y, sobre todo, del incentivo a la asociatividad de los empresarios del sector mediante las modalidades de clústers, grupos de eficiencia colectivas, Red de Proveedores y cooperativas.
Sin dudas, la puesta en vigencia de la Ley de Artesanía tiene una gran importancia, toda vez que esa actividad (bien apoyada y respaldada legalmente) puede aportar a corto plazo más de 30 mil nuevos empleos y decenas de millones de divisas al país.
 El Ante-Proyecto de Ley de Fomento, Desarrollo y Competitividad de la Artesanía Dominicana, que cursa en el Congreso Nacional -el cual se propone crear la Dirección Nacional y el Consejo Nacional de Artesanía, lo cual es muy atinado- luego de ser depurado, fortalecido, actualizado, aprobado y promulgado, está llamado a fortalecer la actividad de la Artesanía dominicana.
Para tranquilidad de la Nación y, en especial, de los artesanos dominicanos, en el Capitulo IX, concretamente del articulo 38 hasta el 48 de la pieza, están los elementos fundamentales para dejar resuelto el dolor de cabeza del sello de origen y garantizar que el país y el sector realmente obtengan el 99% de los ingresos provenientes de la comercialización de las obras artesanales que se fabrican en la República Dominicana.
JPM
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