¿Leonel en el ocaso?
Las conclusiones del politólogo Belarminio Ramírez de que Leonel Fernández como candidato no garantiza la victoria del PLD en los comicios de 2016, dada la alta tasa de rechazo que le atribuyen las encuestas, podrían ser aceptadas como Ley científica, sino fuera porque la realidad en política es como se construye y no como se atribuye.
¿Qué pasaría?, suponiendo que no sea posible la repostulación de Danilo Medina y que en un proceso interno en el PLD Leonel después de decidir aspirar, cosa que no hace aun, resulte candidato y ponga proa hacia un posible regreso al palacio nacional:
¿Se dividirá el PLD por eso? ¿Cuál de los partidos aliados pasaría al bando contrario para no apoyar a Leonel Fernández? ¿Trabajaría Danilo Medina para que Leonel pierda o se emplearía a fondo para que gane?
¿Ya tiene Belarminio al candidato que encabezara la oposición? ¿Ya unifico la oposición en torno a un candidato único? ¿Puede Belarminio o alguien más, garantizar que eso suceda?
Dentro de los posibles candidatos opositores ¿Cual puede presentar más realizaciones en favor del pueblo dominicano que Leonel Fernández? ¿Olvida el politólogo que las encuestas son la fotografía del instante en que se recoge la opinión?
¿Si nos hubiésemos llevado de las encuestas a 11 meses de la elecciones del 2012, tenía Danilo alguna posibilidad de derrotar a Hipólito Mejía?
¿Olvidó Belarminio que los hallazgos de las encuestas, bien pueden usarse para enfocar mejor las acciones a tomar? Considerar irreversible una situación que atañe a Leonel Fernández, es asumir que Leonel es tonto y eso no lo cree ni el rey de los tarupidos, ni el soberano de los estupidos.
Los que estando cercanos al litoral del PLD y no quieren a Leonel, debieran emplear otros argumentos para hacerle desistir, en caso de que fuese su deseo retornar a palacio. Mejor argumento seria tratar de convencer a Leonel de que el PLD no tiene amenaza para 2016, dado el cuadro disperso y anémico de una oposición que se encuentra desarticulada y desorientada ante el éxito del gobierno de Danilo y por las propias ambiciones y diferencias entre ellos.
El esfuerzo de los opositores internos a una nueva postulación de Leonel debe radicar, no en descalificarlo, sino en apreciarlo, convenciéndolo de que no es imperioso un nuevo sacrificio suyo porque el PLD gana como quiera.
Persuadirlo de que su Partido de la Liberación Dominicana gana con cualquiera y que su mejor aporte sería dar paso al tercer presidente de la fábrica que aspira se convierta el PLD, puede ayudar más a los deseos de quienes por H o por R se le oponen o no creen sensato un nuevo mandato suyo. Pero decirle que es el peor candidato o que no garantiza ganar, cuando todos sabemos que no es así, es picarle el amor propio e impulsarlo a provocar vientos huracanados de proporciones nunca antes sentidos en la política vernácula.
Tratar de echarlo, de acosarlo o de humillarlo, no es correcto. Conocedores de sus capacidades, talentos y recursos de inteligencia, así como del alto control que posee de sus emociones; Leonel Fernández sabe que unificado en torno suyo o a cualquiera de sus compañeros, el PLD es invencible. Leonel sabe que si finalmente se decide, solo Danilo podria crearle una situación incómoda, pero sabe también que Danilo lo apoyará con todas las consecuencias, frente a quien postule la oposición.
Sin Danilo y sin Leonel de candidato el PLD tendría que recurrir a colocar sobre los hombros de Francisco Javier, Reynaldo Pered, Radhamez Segura o Temístocles la tarea de obtener la cuarta presidencia consecutiva. En cualquier caso habrá que contar con los servicios de Leonel y de Danilo, para ganar.
El tiempo, tirano cruel e implacable será testigo del devenir. Los hechos, tozudos y crueles despejaran todas las conjeturas. El tiempo y los hechos dejaran al descubierto cada eslabón de esta madeja envolvente. ¡Paciencia, pues!