La Virgen llora en Paris

La mayoría de la población busca la protección de la madre de Dios. Es conocida por diferentes advocaciones: Mercedes, Guadalupe, María, etc. En nuestro país, es la Virgen de la Altagracia. Su nombre recuerda que la mayor gracia, la más alta, es tener a Jesús en nuestros corazones.
En mis oraciones, pido a su hijo, Jesús, que ilumine los líderes, gobiernos, diplomáticos, funcionarios, que dirigen la nación o están en posiciones de ayudarla, a fin de que contribuyan con el bienestar colectivo. Son muchos los que se deslumbran en una posición y olvidan su verdadera misión.
Autoridades dominicanas, reconocen la importancia de la Virgen en nuestro diario vivir. Al halagarla nos lanzan una mirada cariñosa, cómplice. Recientemente, la recibimos desde Paris, Francia. La Embajada Dominicana en esa nación, llevó a cabo la entronización de una imagen de la Virgen de la Altagracia. Es decir, la colocó para ser venerada, en la iglesia Saint Phillipe du Roule, situada en el centro de esa urbe. Por las fotos se apreciaba el templo, de amplio salón y altas columnas, majestuoso, como muchos monumentos que conozco de esa nación. Frente al altar colocaron el cuadro de la Virgen.
Asistieron eclesiásticos y representantes del gobierno, dentro de ellos la Vice Presidenta de la Republica y la Embajadora en esa nación, elegantemente vestidas, glamorosas, con sus sombreros. De haber llevado mantillas, hubiesen lucido en más armonía con la sencillez y recato de la Virgen. Pero no importa, la intención era colocarla ¡en el centro de Paris!! para que fuera visitada como en la Basílica de Higuey. Sin embargo, conocedora del corazón de la Virgen, de su humildad, me imagino que cuando el acto terminó y todos se retiraron, ella sintió profunda tristeza y lloró.
¿Por que lloró la Virgen? Por muchos motivos. No se siente cómoda en ese escenario tan suntuoso. No es accesible para los dominicanos pobres que están en esa urbe. Además, se le dificulta una conversación intima con sus visitantes. No hay privacidad. Se siente como un adorno bonito, que desean destacar.
Lloró al preguntarse. ¿Cuánto costó ese evento? Con los gastos en pasajes, trajes, sombreros de los asistentes, se pudo hacer una donación a un asilo de anciano, a los que han perdido sus casas con el desbordamiento de ríos o una obra en Capotillo.
Llora porque hubiese preferido una capillita en la misma Embajada dominicana de Paris, cerquita de su gente, como una oficinita. De manera tal, que los dominicanos pobres, cuando vayan a resolver cualquier papeleo pendiente, aprovechen para visitarla y pedir su protección.
La Virgen llora porque sabe que si los diplomáticos se concentraran en su misión, en buscar ayuda para el país, lograrían que el gobierno o sector privado de la nación donde están acreditados, hicieran inversiones que fomentaran el desarrollo económico y social, abriendo fuentes de trabajo para los desposeídos.
Conociendo la Virgen, estoy segura que prefiere que los principios cristianos, los pongan de manifiesto en acciones prácticas, que demuestren amor al prójimo; que destaquen y recuerden porque murió Jesús en la cruz. Los diplomáticos pueden hacerlo si no le dieran prioridad a actos simbólicos.
La alegría de la Virgen seria inmensa si cooperáramos con obras que lleven paz, justicia social y progreso a la población, cuando los pobres pueden comer, producir, cuando se acerquen a ella con facilidad, para vaciar el corazón, buscando su protección. Evitemos que la Virgen llore.

Compártelo en tus redes:
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
2 Comments
Nuevos
Viejos Mas votados
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios