La salud continúa cojeando

 

A pesar de las buenas notas en Educación, a tres años de gestión las bajas notas y los problemas del sector salud se acumulan y los propios profesionales ponen al desnudo las ineficiencias de los hospitales y centros médicos

Si bien nadie discute que, al cumplir su tercer año de gobierno, el Presidente Danilo Medina pasó con buenas notas sus ejecutorias en materia de educación, no es menos cierto que se quedó corto en el campo de la salud y la seguridad social. Esta apreciación ha sido compartida por la gran mayoría de las instituciones, analistas y medios de comunicación que se han referido al tema.

 Estos resultados tan disImiles confirman la existencia de lo que he llamado la “cojera nacional”, dado que el desarrollo económico y social sostenible, depende del avance coordinado tanto de la educación como de la salud.

En el campo de la seguridad social, como ya hemos indicado en varios mensajes, el sistema se encuentra en una meseta con un crecimiento cuasi vegetativo, sin enfrentar los grandes retos identificados como impostergables por expertos, la opinión pública y los  afiliados. 

Si bien dos de cada tres dominicanos y residentes están afiliados al sistema, todavía persisten fuertes obstáculos por el predominio de copagos multimillonarios, de límites  totalmente injustificados en las medicinas ambulatorias, y la falta de actualización de los catálogos de prestaciones y medicamentos, entre otros.

En los aspectos esenciales de la reforma, seguimos de espaldas al mandato de la ley. Cada vez luce más incierta la aplicación de la atención primaria y del primer nivel de atención como puerta de entrada. Continuamos con un Plan de Servicios de Salud (PDSS) provisional, con claras pretensiones  de mantenerlo indefinidamente al margen de la Ley 87-01. 

Persisten las altas comisiones por la administración de los fondos de pensiones, a pesar del daño irreparable sobre el ingreso y el nivel de vida de millones de los futuros pensionados. Y continúan los niveles de evasión y elusión que afectan el equilibrio financiero del Régimen Contributivo.

En cambio, hay que señalar la renovación de las autoridades del Sector Salud. También, la aprobación de la Ley que crea el Servicio Nacional de Salud, un primer paso hacia la integración autónoma de la red de hospitales y centros de salud del IDSS y del Ministerio. Además, le permite al Ministerio de Salud dedicarse a su verdadera función, que es la rectoría y supervisión del sistema, como disponen las leyes 42-01 y 87-01. 

Pero, en un país donde el cumplimiento de las leyes es discrecional, falta por ver hasta dónde las autoridades podrán avanzar en esta dirección.

Como han hecho todos los gobiernos, el actual realiza grandes inversiones en nuevas construcciones y renovaciones sanitarias. Pero siempre descuidando lo más importante: elevar la capacidad de gestión, dedicación y desempeño de los recursos humanos.

Este descuido explica los penosos resultados cíclicamente puestos al desnudo por los propios profesionales de la salud, y los medios de comunicación.

Basta con señalar algunas noticias de la semana pasada: “El Cabral y Báez sigue en paro”; “Médicos paralizaron por 72 horas los hospitales de Mao, Esperanza y Laguna Salada”; y “Plan de protestas de los Médicos del Gautier por precariedades”, entre otros. El hecho de que estas acciones estén impulsadas por el Colegio Médico Dominicano (CMD), controlado por el Partido oficial, ofrece una idea de la gravedad de la situación en la red pública.

Remodelaciones van y remodelaciones vienen. ¿Cuánto más habrá que insistir para que se comprenda que no basta con construir y remodelar, con nuevas leyes, ni con la renovación de las autoridades del Sector? 

Que el principal problema que subyace es estructural, por lo que es necesario: 1) aumentar en forma gradual el gasto público destinado al cuidado de la salud de las personas; 2) que las asignaciones a los hospitales guarden una estrecha relación con las preferencias de la población; 3) que es imprescindible elevar y respetar la capacidad gerencial; y 4) que los incentivos deben premiar la dedicación y el desempeño de los recursos humanos.

Nunca es tarde para rectificar, sobre todo cuando se trata de la salud.

jpm

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