La respuesta inmediata del Canciller
POR RADAMÉS REYES-VÁSQUEZ
Hace apenas horas que la nominada a ser embajadora de los Estados Unidos en la República Dominicana, mientras era entrevistada por miembros del Comité Senatorial de Relaciones Exteriores del Congreso de ese país, habló claro, y sus palabras fueron una especie de striptease mental: De ser confirmada como embajadora, dijo, Trabajaré para que (en la Rep. Dom.) se respeten los derechos de aquellos descendientes de haitianos afectados por la Sentencia dictada en el 2013 por el Tribunal Constitucional, alegando de este modo que las autoridades han despojado de su nacionalidad a miles de esos ciudadanos. Sobre esta falsa hipótesis mucho se ha dicho y discutido por todos los medios desde que la sentencia fue emitida.
Todavía quedaba en el aire el tufo de lo expresado por la empresaria Robbin Berstein, cuando llegó la inteligente respuesta, casi meteórica, del canciller Miguel Vargas. Nosotros hemos reiterado, dijo él, que aquí no hay apátridas, que este es un país soberano que se rige por lo establecido en la Constitución. Tendremos que edificar adecuadamente a la señora embajadora en su momento, pero la República Dominicana es un país soberano.
Indudablemente fue una respuesta rápida y responsable que hizo honor a la verdad, y esa actitud pone de manifiesto y deja entrever cuál será en lo adelante el camino que, con relación a la política de Estados Unidos y la casi segura representante y jefe de la misión norteamericana en el país, nuestro país deberá asumir y nuestro dinámico ministro de Relaciones Exteriores.
Parece que no fueron suficientes los desaciertos del pasado embajador y, aún sobre las cenizas tibias de todo lo que hizo y dijo el señor James W. Breuster y su distinguido esposo, la Nación parece estar a las puertas de una reapertura del debate. En ese probable proceso Miguel Vargas tendrá que seguir apelando a la verdad con la misma lucidez y dinamismo con que está asumiendo sus responsabilidades en tan importante ministerio.
Para todo dominicano que aspire a la presidencia de la república (y es el caso del ingeniero Vargas Maldonado) este tipo de conflicto representa un desafío que genera serias inquietudes; pero a nuestro canciller no le falta entereza y está desempeñando la posición que ocupa en el gobierno con mucha serenidad, y eso suma puntos a su favor y, por consecuencia, al país.
Ya veremos, pienso que en los próximos días, si la nominada será la embajadora norteamericana. Por el momento el ministro de relaciones exteriores lo ha dicho todo en un santiamén: somos un país soberano.