La reelección: ¿perniciosa o favorable?

Siempre se
ha dicho que un período constitucional de cuatro o cinco años es insuficiente para
desarrollar un programa de gobierno. Juicio bastante subjetivo, si tomamos en
cuenta que algunos mandatarios hastían a la población, inclusive antes de finalizar su primer año de
gestión. Independientemente de la amalgama
de criterios, el razonamiento cobra sentido cuando aparecen presidentes con una
“supra-popularidad” al finalizar de su mandato.

Se podrían
citar los casos de: Álvaro Uribe, Leonel Fernández, Evo Morales, Lula Da Silva,
Rafael Correa y en estos momentos el presidente dominicano Danilo Medina.
Hablar en América Latina de continuismo y reelección en la década de los 60s, era sinónimo de régimen de fuerza, de
dictadura; lo cual persistió hasta inicio de los 80s. De ahí que la mayoría de
los movimientos revolucionarios y partidos políticos surgidos al calor de
aquellos regímenes, plantearan el destierro
del continuismo y abolición de la
reelección presidencial en las constituciones de la época.

Sin embargo
los tiempos cambian, y con el transcurrir de los años la realidad política y
los actores. La reelección presidencial, madre de todas las desgracias para lo
que pedían execrarla, de manera repentina se ha convertido en el motor del
desarrollo para algunos pueblos. Ya varios países de nuestra América han modificado sus constituciones para dar
paso a la reelección. Es el caso de: Ecuador, Bolivia, Venezuela, Nicaragua,
Argentina Brasil, entre otros.

De igual
manera existe la reelección presidencial en los Estados Unidos de Norte
América, Colombia, Costa Rica; mientras que en Paraguay, México,
Guatemala y Honduras, no está permitida. Lo cierto es, que tanto en los
países donde hay reelección presidencial
como en los que no está permitida, se respira un cierto clima de progreso. El
dilema de instaurarla o restablecerla se presenta, cuando surgen gobernantes
“Supra-Populares”, en los países que impiden la reelección de manera inmediata.
Situación que evidentemente acontece en la actualidad, en la República
Dominicana.

Sin lugar a
dudas, constituye un axioma que la reelección se ha convertido en una tendencia
en toda América. Por lo que el desafío de los próximos años será buscar el
mecanismo, para evitar que las reformas
constitucionales se realicen tan a menudo. Una fórmula que conceda tiempo
suficiente al gobernante, y permita al votante entre un período y otro evaluar
su gestión. En ese orden de idea, considero viable una solución que tome en
cuenta las constituciones de Estados Unidos de Norte América y República
Dominicana: dos períodos consecutivos, dejar uno de por medio y puede volver a
postularse.

Una reforma
constitucional no debe obedecer a una coyuntura política del momento, esta
acción debe generar cambios sustanciales en beneficio de la colectividad. Las
continuas modificaciones y reformas constitucionales crean un clima de
incertidumbre e inestabilidad en los pueblos. Nótese que los llamados países
desarrollados no tocan prácticamente sus constituciones; Brasil por ejemplo
de 1824, en adelante solo se han dado
ocho (8) reformas constitucionales, la más reciente en el año 1988.

Mientras
que los dominicanos desde la constitución de Pedro Santana (1844), a la fecha,
hemos reformado nuestra constitución
treinta y ocho (38) veces. La reforma constitucional del 2010, se discutió y
consensuó por casi dos años. Sin embargo extramente, es ahora que algunas
personalidades descubren que en ella se estableció la prohibición parcial de la reelección
presidencial. Lo propio ocurrió a dos años de promulgarse la actual
constitución. Ignorando la citada
prohibición, se escucharon en los
corrillos políticos del país, con muy altos decibeles las voces reeleccionistas.

Motivos más
que suficientes tienen los que promueven la reelección del presidente Medina,
según las últimas encuestas. La Penn, Shoe and Berland afirma que el presidente mantiene
prácticamente intacto un respaldo de 90%
y un 66%, ve con buenos ojos su repostulación. Más de una teoría se ha
formulado sobre sobre la popularidad del
presidente, sin que nadie todavía haya obtenido su fórmula. Para mí la clave principal de su éxito es certeza que tiene la ciudadanía de
que la palabra empeñada del presidente no quedará en el vacío, es decir su
credibilidad.

Transcurrido
su primer año de gobierno, ningún presidente ha mantenido sus niveles de
popularidad. Las encuestas lo sitúan con una aceptación que ronda prácticamente
el 100%, acreditándolo como el “presidente mejor valorado del mundo”. Lo que es
motivo de orgullo y satisfacción, no
solo para los peledeistas, sino para todos los dominicanos. Gran orgullo
sentiría también el Profesor Juan Bosch,
al ver que su discípulo está desarrollando una obra de gobierno, que sin lugar
a dudas será el paradigma a seguir por
los futuros presidentes de la nación.

Con un
partido que lo apoya sin reservas y una población que delira por él, se podría
decir que el presidente tiene todo a su
favor. Un solo obstáculo podría
interferir con los propósitos de
quienes desean su reelección: la prohibición de esta figura jurídica
contemplada en el artículo 124 de la Constitución Dominicana del año 2010: “El
Poder Ejecutivo se ejerce por el o la presidente de la República, quien será
elegido cada cuatro años por voto directo y no podrá ser electo para el período
constitucional siguiente”.

Varias
personalidades han abordado este espinoso tema, entre ellas el Lic. Gedeón Santos, el Dr. Reynaldo Pared Pérez, el Dr.
Flavio Darío Espinal, y el Dr. Cesar Tulio Castaños. Algunos de ellos, no ven
mayores inconvenientes a una posible candidatura del presidente Medina, a pesar
del citado artículo 124 de la Constitución dominicana. Una de las cabezas mejor
amueblada del Partido de la Liberación Dominicana, el Lic. Gedeón Santos, es de
los que sugiere la viabilidad de la reelección mediante el referéndum.

Artículo
esgrimido por los que creen posible la reelección, sin necesidad de reformar la
constitución. Artículo 210 “Las consultas populares mediante referendo estarán
reguladas por una ley que determinará todo lo relativo a su celebración, con
arreglo a las siguientes condiciones: 1) No podrán tratar sobre aprobación ni
revocación de mandato de ninguna autoridad electa o designada; 2) Requerirán de
previa aprobación congresual con el voto de las dos terceras partes de los
presentes en cada cámara”.

El
Presidente del Senado de la República, Secretario General del PLD, y aspirante
presidencial, el Dr. Reynaldo Pared Pérez, quien por su experiencia es un
conocedor de leyes. Descarta la
reelección mediante el referéndum y explica que esta figura está destinada a
otros fines. El tema continuará en los próximos meses, posiblemente
intensificándose y enriqueciéndose con nuevos actores; lo que sin lugar a dudas tornará más interesante el debate. No hay
nada que perder y mucho que ganar en esta discusión, aplicar la política del
avestruz nos colocaría en el punto de inicio en el 2020.

Para el
Partido de la Liberación Dominicana el
anti-reelecionismo nunca ha sido un asunto de principio.

De no ser
así, el Profesor Juan Bosch, no hubiese escrito su Tesis “Dictadura con
Respaldo Popular”. Uno de los métodos de los peledeistas es la unificación de
criterio, en cada proceso electoral lo
hemos puesto en práctica con excelente
resultados. Nos regimos por el Centralismo Democrático desde que se fundó el
partid La minoría se subordina a la mayoría. En el respeto a estos conceptos
radica éxito del PLD, la unidad en la diversidad, el 2016 no será la excepción.

Compártelo en tus redes:
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
1 Comment
Nuevos
Viejos Mas votados
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios