La presa de Monte Grande y el valle de Neyba
En el mes de Abril de 1967 una poderosa coalición desarrollista barahonera le presentó al Presidente Balaguer durante un Consejo de Gobierno efectuado en Barahona, todo un conjunto de obras, entre las cuales se destacaba como más importante, la construcción “de una presa en el río Yaque del Sur que beneficiaría los productores de Azua, San Juan, Barahona y Neyba, entre otras”. En adición, solicitaron proyectos en el área de Educación superior y apoyo financiero a los productores cafetaleros. Estos reclamos fueron brillantemente expuestos por Don Nene Guilliani, hace ya 47 años. El Yaque sureño, es el Nilo del valle de Neyba. Por siglos sus aguas han estimulado que personas emprendedoras se ubiquen en sus alrededores para poner a parir la tierra. Los cronistas europeos que por centurias lo observaron, siempre destacaban su gran potencial. También es relevante su aporte a la fauna (aves, peces, camarones, cangrejos, etc) y la flora. Desde Quita Coraza, hasta su desembocadura, el río serpentea entre unas 90 mil personas que residen en las numerosas comunidades estrechamente vinculadas con este importante curso de agua. Hay también gran cantidad de personas que residen en zonas urbanas distantes del río, pero que tienen predios dedicados a la agricultura y la ganadería. Las tareas de preparación de terrenos, siembra, cosecha, procesamiento, transporte y venta de los bienes agropecuarios, así como el traslado de las materias primas para producirlos (semillas, abonos, etc), implica la movilización de importantes contingentes humanos que obtienen sus ingresos a partir del río Yaque del Sur. Durante todo el siglo XX se incrementó la población del valle de Neyba y fueron creciendo los poblados del área. El río Yaque del Sur y su amplio sistema de canales de riego tuvo un rol protagónico impulsando un crecimiento económico sin precedentes. Alrededor de las aguas del Yaque aumentó la superficie dedicada a la producción agrícola y pecuaria, a la vez que se construyeron importantes carreteras y caminos vecinales. También se instalaron importantes empresas comerciales, agroindustrias, negocios diversos y compañías de servicios, en respuesta a la dinámica económica y social en expansión. Simultáneamente a este fenómeno, las comunidades ubicadas en la parte baja del Yaque del Sur con regularidad experimentaban graves daños en sus fincas ocasionadas por las aguas desbordadas del río, especialmente en época de ciclones, las cuales arrasan fincas, viviendas, canales de riego, ganado, muebles, electrodomésticos, vidas humanas, libros escolares, lo que ha llevado a la quiebra a muchos productores. Con el cambio climático, las inundaciones periódicas del Yaque del Sur, la creciente sedimentación de la laguna de Cabral y el aumento de las aguas del lago Enriquillo, se incrementan los retos y desafíos que amenazan la vida y la sostenibilidad económica del hombre y la mujer de Cabral, Peñón, Cachón, Fundación, Canoa, Habanero, Pescadería, Bombita, Cristóbal, Vicente Noble, Tamayo, Uvilla, El Jobo, Monserrat, los bateyes del Ingenio Barahona, La Hoya, Mella, La Colonia, El Memiso, Fondo Negro y Quita Coraza, entre otros poblados y sus zonas productivas. La catastrófica inundación que asoló el poblado de Tamayo en 1998, aun está fresco en muchas mentes. Los tamayeros lograron superar los efectos económicos y sicológicos de este trágico suceso, a base de valor, trabajo y orgullo. Los pobladores del valle de Neyba de las provincias Barahona, Independencia y Bahoruco conscientes del daño que ocasionaban las aguas desbordadas, incrementaron sus esfuerzos para que el superior gobierno le hiciera caso a los hombres y mujeres de una de las regiones más empobrecida y olvidada de la República Dominicana. Ese duro batallar, posibilitó la victoria y la erección de la Presa de Monte Grande es ya una realidad. Cuando se realizó el acto del primer palazo, el Jueves 13 de Febrero pasado en el lugar de la obra, con la presencia de las máximas autoridades de la nació y de la Región Enriquillo, se distribuyeron informaciones relevantes sobre la estructura a construirse y en torno a las redes de canales, generación de energía, superficie a ser regada, producción agrícola esperada, beneficios del proyecto, etc. Como muchos no pudimos estar presentes en dicha actividad, haremos un resumen bien breve sobre algunos de los aspectos más destacados de la obra, contenidos en el discurso del Director del INDRHI y en un folleto divulgativo conjunto elaborado por la firma ANDRADE GUTIÉRREZ y el INDRHI. Veamos: Con la construcción de la presa se hará un mejor aprovechamiento de los recursos hídricos en la parte baja de la cuenca del Río Yaque del Sur no controlada. También, la mejora sustancial de los canales de riego existentes y los nuevos a levantarse, posibilitará controlar los caudales del río, optimizando el uso de sus aguas, así como el control de las crecidas de la cuenca no regulada. La superficie actual bajo riego es de 375 mil tareas. Con la presa el área regada será de 545 mil tareas, es decir la zona sembrada con agua se incrementará en un 45%.Con la puesta en operación de la presa y su sistema de riego, la producción agrícola anual pasará de las actuales 800 mil TM, a casi 2.4 millones de TM, para un aumento de un millón y medio de Toneladas Métricas.Los rubros que tendrán mayores niveles de producción serán plátano, caña, frutales y vegetales, todos excelentes generadores de ingresos y empleos. Sin duda alguna, en la vuelta de pocos años cambiarán sustancialmente las condiciones económicas de miles de productores agrícolas.La esperada reducción de los daños que ocasionan las inundaciones, mejorará las expectativas de los agricultores, los cuales se estimularán a realizar más inversiones para expandir sus áreas de siembra.En el plano energético, la obra contempla la construcción de dos centrales hidroeléctricas, a la vez que se logrará un ahorro sustancial de energía con la eliminación de 30 estaciones de bombeo en el área del proyecto. Es bueno resaltar que la mayoría de las tierras a ser regadas por la presa de Monte Grande, se concentran en las provincias de Bahoruco e Independencia, dos de las demarcaciones más pobres de la República Dominicana.El lago de la presa y la mejora de la capa boscosa circundante se convertirá en un nuevo atractivo turístico para la provincia, atrayendo aves, visitantes, guías, así como yoleros, autobuses, vendedores de artesanías, paradores y quioscos de refrigerios. El embalse posibilitará “sembrar” esta gran laguna de tilapias, viejacas, sábalos, guabinas, bosú y camarones. Esto impulsará la creación de cooperativas de pesadores y asociaciones de mujeres en el área de procesamiento y distribución, puesto que ellas son “menos liosas” y manejan los recursos con mayor transparencia y pulcritud.Con el aumento sustancial de la producción de varios rubros agrícolas, será económicamente factible la instalación de agroindustrias de tamaño mediano y el establecimiento de consorcios de exportación. En proyectos de desarrollo similares a Monte Grande-guardando las distancias-recuerdo que a mediados de los años setenta, existía la Oficina Coordinadora del PROYECTO DE RIEGO DEL YAQUE DEL NORTE (margen izquierda). De este organismo formaban parte la Secretaría de Estado de Agricultura, INDRHI, el IAD, la CDE y el Instituto del Tabaco, entre otros. Su tarea principal era implementar un plan de desarrollo para esta zona. En el caso de Azua, simultáneamente con la conclusión de las obras de riego, se implementó el Proyecto Yaque del Sur-Azua (YSURA) que también implicó una estructura y coordinación interinstitucional. Lo mismo se observó en el caso del Proyecto Aguacate, Limón y El Pozo, conocido como Proyecto AGLIPO, en la zona de Nagua. Sería bueno conocer si en el caso de la Presa de Monte Grande, se tiene contemplado la creación de una estructura técnica similar, que se ocupe de todo lo relacionado con la puesta en marcha de este importante proyecto, que involucra la participación de varios organismos gubernamentales tales como Agricultura, INDRHI, Medioambiente, IAD y CDEEE, entre otros. Los centros universitarios de la UASD de Barahona y Neyba, UCATEBA, el PLANBÁ y los Gobernadores de las provincias Bahoruco, Independencia y Barahona, deberían ser integrados a este importante mecanismo, en caso de considerarse oportuna su creación. Sería importante vislumbrar la posibilidad de incorporar al Consorcio Azucarero Central, en su condición de mayor usuario del sistema de riego del Valle de Neyba. Otro elemento a tomar en consideración es que las provincias mencionadas anteriormente se caracterizan por sus altos niveles de desempleo, golpeando particularmente los grupos menos calificados, así como a una cantidad relevante de profesionales de la ingeniería y actividades afines tales como albañiles, soldadores, maestros constructores, operadores de máquina pesada, de tractores, de camiones, topógrafos, etc. A los Gobernadores, Síndicos y legisladores de estas tres demarcaciones, les cabe la responsabilidad de que nuestros técnicos y obreros nativos de estos lugares, sean incorporados a los trabajos de esta obra. Sin duda alguna, la presa de Monte Grande es la obra más importante que se realizará en el valle de Neyba, desde que se instaló el Ingenio Barahona.