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La oposición y el diálogo de sordos
Me gusta el consenso, el dialogar, el ponerse de acuerdo. Sólo que para eso es necesario que los dialogantes estén imbuidos del espíritu común de llegar a los mejores resultados para el bien común.
Penosamente algunos actores políticos dominicanos usan y plantean diálogos de sordos, simplemente es una manera de hacer oposición y retardar los procesos.
El diálogo es imprescindible en sociedades totalmente divididas en dos, en dónde no queda claro a quien prefiere el país, o simplemente las aspiraciones de la sociedad están divididas, o nadie le llegó al corazón de la gente creando un mar de dificultades institucionales.
Ese no es el caso de la República Dominicana. El 15 de mayo pasado se llamó al pueblo al gran diálogo, a decir y expresar con su voto a quien quería que le gobernara y eso quedó más claro que el agua. En los tres niveles de elección quedó claro: el pueblo quiere seguir gobernado por quienes lo han hecho bien, trayendo prosperidad, paz, institucionalidad, desarrollo, oportunidades, tranquilidad, etc.. Al pueblo dominicano no queda ninguna duda, el pueblo prefiere al PLD.
De todas maneras en un gesto que le enaltece, el PLD prefiere dialogar e incorporar a los vencidos en los procesos de discusión y toma de decisiones, y ellos, los vencidos lo único que hacen es boicotear, incidentar, malear los procesos de discusión. Su objetivo, encontrar espacios dónde expresar sus frustraciones.
Por tanto, visto el interés nulo de la oposición en aportar al proceso democrático institucional del país, solo queda que el PLD cumpla fielmente con el mandato democrático dado por el pueblo y proceda a escoger, tal y como establece la Constitución, los órganos que tenga que escoger, aprobar las leyes que tenga que aprobar y seguir avanzando, hacia una República Dominicana más grande, más democrática y más feliz.
La oposición lo único que está pensando es como armar un lio donde quiera que puedan, sabiendo, como saben que por la vía electoral solo seguirán cosechando fracasos.
JPM