OPINION: La oficina de cedulación de Washington

No sé si el Gobierno, los partidos políticos (sobre todo, el mío, el PLD) y la Junta Central Electoral lo saben, pero hay dos documentos de identidad cívico-ciudadano que cada dominicano que reside en el exterior asocia con la realización plena y efectiva de su ciudadanía, y con algo más, con el apego histórico-cultural a su país. 
 
Esos dos documentos son: la cédula de identidad y electoral y el pasaporte, y sin la posibilidad de acceso idóneo y oportuno a esos dos documentos, ningún dominicano -después del 2004 que fue cuando se votó por primera vez en el exterior- podrá sentirse representado -ni servido por su gobierno  y las instituciones correspondientes (llámese: JCE, Cancillería, Congreso, etc.)- en el exterior como la Constitución ordena y dispone.
 
El recordatorio viene a cuento, a raíz del reciente anuncio hecho por el Presidente de la Junta central Electoral, Dr. Roberto Rosario Márquez, en el sentido de que se abrirán oficinas -OPREEs- en varios estados de la Unión Americana sin mencionar la reapertura de la OPREE-Washington, DC, que justamente fue la cenicienta y la jurisdicción-electoral que le resolvió a la JCE, en las elecciones de 2012- el “arroz con mango” de una dispersión geográfica-electoral increíble, pues, a la OPREE-Washington DC, se le adjudicó los Estados de: Maryland, Carolina del Norte, Atlanta, Louisiana (Nueva Orleans) y el Distrito de Columbia (Washington, DC).
 
Y para que los lectores tengan una somera idea de nuestra jurisdicción electoral, basta reseñar que solamente en la zona metropolitana de Washington, DC, Maryland y Virginia, para el proceso electoral de 2012, la JCE habilitó 7 colegios electorales (o mesas): 4 en el estado de Maryland y 3 en el distrito de Washington, DC; para un total de 3, 633 inscritos, según consta en las actas o registro de votación expedidas por la JCE. 
 
Por igual,  en el estado de Carolina del Norte se habilitaron dos colegios electorales (uno en Raleigh y otro en Charlotte: para un total de 638 inscritos); en el estado Atlanta dos colegios electorales (para un total de 861 inscritos) y en estado Nueva Orleans un colegio electoral (para un total de 362 inscritos). De modo tal que nuestra jurisdicción electoral (Maryland, Virginia, Washington, DC, Carolina del Norte, Atlanta y Nueva Orleans) tuvo, en el 2012, un padrón electoral de  5, 494 inscritos, distribuidos en 12 colegios electorales. 
 
Pero además, y a pesar de la nula campaña por parte de la JCE para promocionar el voto y la OPREE-Washington DC-, dicha oficina operaba gratuitamente (disposición oficial de espacio que aún se mantiene) en la sede de la Embajada Dominicana en Washington, DC con apenas dos funcionarios. De modo que, prácticamente, todo el trabajo de promoción –del voto y de la propia OPREE-Washington, DC- y de orientación electoral  fue hecha por los representantes de los partidos políticos y algunas organizaciones comunitarias y comerciales de dominicanos residentes en el área metropolitana.  
 
Entre las motivaciones y razones para cerrar la OPREE-Washington, DC, se alegó -en su momento- la falta de presupuesto, pero hoy día ese ya no es un argumento sustentable ni justificable para no reabrir la oficina de la Junta Central Electoral en la capital de los Estados Unidos, por lo tanto, confiamos en lo dicho –en un comentario al respecto- por el periodista Félix Reyna, en el sentido de que en Washington, DC “… habrá un centro de cedulación…, y sepan que tendrán el servicio necesario…”.
 
La importancia de la Oficina de la JCE en Washington, DC
 
En nuestra opinión, ningún Estado –mucho menos una institución que tenga a su cargo la oficialía del registro civil y la organización y el montaje de las elecciones nacionales y de ultramar (presidenciales, congresuales y municipales) de un país que por ley haya adoptado el voto en el exterior- puede concebir planificar y abrir oficinas de oficialía civil a partir de criterio de rentabilidad económica-retributiva, si parte del criterio de asociar que en el proceso de  acceso y adquisición de una cédula de identidad y electoral y de un pasaporte está implícito un ejercicio pleno y efectivo de ciudadanía que, ese Estado y sus instituciones correspondientes, están obligados a garantizar y a hacer viable. Y más aún, si se toma en cuenta el aporte significativo de las remesas que por décadas ha sido una suerte de válvula de contención social en un país como el nuestro en vía de desarrollo.
 
Pero además, estamos hablando de la capital del país que es nuestro primer socio comercial, y por demás, sede de múltiples organismos internacionales. De modo que se impone, dada la importancia geopolítica-comercial de Washington, DC, y por lo que ordena la ley que rige el voto en el exterior, reabrir la OPREE-Washington, DC.
 
Finalmente, confiamos en los buenos augurios del periodista Félix Reyna respecto a la reapertura de la OPREE-Washington, DC, y nos aferramos a creer que cuando el presidente de la JCE, Dr. Roberto Rosario Márquez, hizo el anuncio de la apertura de nuevas oficinas en la Unión Americana, simplemente, se le olvidó mencionar la OPREE-Washington, DC.
 
En eso confiamos, pero además, nos haremos escuchar como comunidad, oportunamente, en un esfuerzo político y comunitario conjunto.
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