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La mujer, comprometida en los diversos roles desempeñados
POR MINERVA GONZALEZ GERMOSEN
La mujer sin importar su procedencia o clase social se ha comprometido en todas las batallas libradas por el sexo opuesto, su idiosincrasia le ha permitido un desempeño ingenioso, creativo en los múltiples roles en que se ha involucrado. A pesar de esto, no se reconoce históricamente su labor, aunque esa no fuera su intención, sencillamente con la valentía que la caracteriza se unió a cada una de las batallas.
La fémina llámese madre, hermana, hija, compañera, amiga o amante ha estado al lado del hombre desde los mismos orígenes de la humanidad, los proyectos del hombre han sido suyos. Sin embargo, el machismo y egoísmo del género ha opacado su desempeño, a pesar de vivir realidades transidas como diría el Dr. Merejo, esto no ha impedido que alcance el propósito perseguido.
Ha innovado en la creación de estrategias para derrumbar barreras que impedían el desarrollo de proyectos exclusivos del sexo masculino. Esto con el interés de que ambos géneros puedan realizar las mismas actividades. En ese sentido, las damas que pudieron viajar comprobaron que, en otras sociedades, las féminas gozaban de privilegios que en su país estaban negados.
Fue así como Ercilia Pepín, Salomé Ureña, Abagail Mejía, entre otras, cada una en su momento aportaron sus saberes para el crecimiento intelectual de la mujer. La idea era erradicar los prejuicios de que algunas labores estaban destinadas para el hombre; cuando pueden ser desempeñadas por ambos sexos, como ocurría en otras sociedades.
Sin embargo, no todos los hombres fueron indiferentes ante la marginación social que vivía la mujer, algunos se unieron a su clamor, hombres que provenían de sociedades más avanzadas que la nuestra como lo fue Eugenio María de Hostos. Quien exhortaba a la mujer que estudiara ya que su liberación la conseguiría a través de la educación. De esta manera, se con quistaron algunos logros, como poder asistir a la universidad, estudiar algunas carreras destinadas únicamente para hombres.
La mujer ha librado batallas titánicas hasta nuestros días para conseguir derechos que en otros países ha sucedido hace miles de años. Sin embargo, en nuestra realidad, en el siglo XXI debe continuar empoderándose de sus reclamos para que se le reconozcan sus derechos, como elegir con quien permanecer como pareja sin que en ello se juegue la vida, que su pareja ofrezca la misma fidelidad que ella da, que aumente la cuota de participación en la política.
En ese orden, que se le pague igual que un hombre por desempeñar la misma labor, que se erradiquen los prejuicios sociales existente por el hecho de ser mujer, que se reconozca todos los días del año lo importante que son los diversos roles que desempeña junto al hombre, su compañero de vida. Porque como sostiene Mu-kien Sang no se trata de convertirlas en víctimas o crear una imagen inalcanzable, sino de reconocer que en todos los tiempos rompieron el molde como fueron formadas, por lo que sostiene la autora, la historia debe reescribirse desde una perspectiva crítica y justa.
En fin, es momento de difuminar los patrones patriarcales existentes desde nuestros ancestros y otorgarles el mérito ignorado a todas aquellas mujeres, sin importar su etnia o clase social supieron involucrarse en todas las batallas libradas por sus compañeros.
Mujeres que lucharon para que sus vástagos alcanzaran un nivel educativo al ellas no pudieron acceder. Mujeres que soñaron lograr la igualdad de género, que la sociedad se despoje de prejuicios que impiden el desarrollo intelectual.
JPM
Así es, basta ya de exclusión
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