La muchachada política del PRM

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EL AUTOR es ingeniero. Reside en Nueva York

La semana pasada la Cámara de Diputados aprobó finalmente la famosa Ley de Partidos que por más de 17 años divagó en el Congreso enredada en la telaraña de los intereses de los partidos políticos dominicanos, que no se podían poner de acuerdo para auto regularse mediante dicha ley.

El producto final fue una ley a la medida de los intereses de  las cúpulas de la partidocracia que a regañadientes accedió a aprobar la legislación que le pone límite a lo que los partidos políticos y sus miembros pueden hacer o no hacer en la lucha por el poder dentro del sistema democrático representativo.

El punto sobre la modalidad de las primarias para escoger los candidatos a puestos electivos se había convertido en el talón de Aquiles para la aprobación de la ley, tanto así que quien inició la propuesta sobre la ley de partidos terminó oponiéndose  por no estar de acuerdo con la  posibilidad de que los partidos puedan decidir en sus direcciones si quieren realizar primarias abiertas para escoger a sus candidatos.

El Dr. Leonel Fernández demostró su coherencia al mantener su posición de que la ley no debía obligar a que los partidos políticos tuvieran que escoger sus candidatos mediante primarias abiertas; aunque la ley aprobada no obliga a realizar primarias abiertas, le permite a sus direcciones que decidan el tipo de primarias que quieran realizar.

Aparentemente el PRM salió ganancioso debido a que contribuyó a aprobar una ley que está llamada a crear división en el PLD mientras que ellos se blindan internamente para escoger sus candidatos mediante primarias cerradas. Eso es lo que se llama pragmatismo político, que es lo mismo que decir “tigueraje” político a la dominicana.

La posición del PRM cambió de apoyar primarias cerradas a apoyar que las cúpulas de los partidos decidan el tipo de primarias a realizar, y esto fue posible debido a que los dos grupos dominantes en dicho partido encontraron un terreno común para asumir esa posición que beneficia sus intereses políticos. Hipólito Mejía, que estaba a favor de las primarias abiertas, representa una cabeza de playa del Danilismo en el PRM, mientras que Abinader tiene control de la mayoría de la cúpula y le conviene que hayan primarias cerradas.

En el PRM hubo consenso basado en intereses grupales mientras que en el PLD no lo hubo por cuestiones de ideas, y esto permitió que el PRM se adjudicara una victoria mediática con la aprobación de una ley que no los obliga a ellos a realizar primarias abierta,  y que extiende el conflicto a lo interno del PLD.

Aparentemente el Dr. Leonel Fernández fue el gran perdedor debido a que votó en contra y la Ley pasó a pesar de su oposición en el congreso, pero aún así quedan batallas por librar debido a que los estatutos del PLD no consideran las primarias abiertas para escoger a sus candidatos por lo que habrá que librar otra batalla para que se modifiquen.

La Ley de partidos no dice que las primarias tienen que ser abiertas sino que le da facultad a las  direcciones de los partidos para que decidan el tipo de primarias a realizar,  por lo que si la dirección del PLD, controlada por el Danilismo, decide que se hagan primarias abiertas entonces las bases tendrán que decidir si quiere que se modifiquen los estatutos para que se cumpla el mandato de la dirección.

Aunque no hay tradición en el PLD de que las bases rechacen los pedidos de su dirección, en este caso hay un elemento nuevo y es que el Presidente y líder del partido estaría en contra de que se modifiquen los estatutos  porque la ley no obliga a que se tenga que hacer primarias abiertas, y sería una decisión interesada de un sector del partido que busca beneficiarse políticamente en  perjuicio de otros.

De llegar a esa situación la base podría terminar rechazando la petición de modificación de sus estatutos por parte de una dirección secuestrada por el grupismo, y de esa manera se salvaría la integridad del PLD como partido, al mismo tiempo que se frustraría la aspiración del PRM de pretender dividirlo.

Pienso que al PRM y al Danilismo le va a salir el tiro por la culata  debido a que la base del PLD es lo suficientemente inteligente como para advertir los propósitos  de una decisión que tiene como base los intereses de grupos y no los intereses de los propios partidos ni mucho menos el respeto a la constitución ni la institucionalidad.

Los próximos meses serán de debates en el PLD y creo que quien tendrá la última palabra  sobre el tipo de primarias a realizarse serían las bases que ya en el VIII congreso decidieron sobre ese tema por lo que lo que tendrían que hacer sería simplemente ratificar lo que ya se hizo y así salvar a su partido de la destrucción y validar su importancia en la toma de decisiones que más que a la dirección del partido corresponden a su base por ser mayoría.

La base del PLD demostrará que cuando las cúpulas se emborrachan de poder ella debe a sumir su rol de salvaguardar a la organización para beneficio del pueblo que es el protagonista del actual proceso democrático que encabeza el PLD y el bloque progresista.

 

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