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La moda del nacionalismo y la retórica barata
El concepto de civilización es un concepto amplio y general con una cobertura mayor de valores que el concepto de Nación, que es más local y territorial. EL nacionalismo es un sentimiento fervoroso de pertenencia a una nación y de identificación con su realidad y con su historia. Tanto un concepto como el otro están de moda. Nueva vez.
El concepto de civilización, fue usado para dar justificación ideológica a los fenómenos derivados del (911) 11 de septiembre 2001 y el otro, en ésta oportunidad, para explicar la antítesis a la globalización. Vale la pena leer a S.P. Huntington en The Clash of Civilization, y a W.H. McNeil en The Rise of the West. El famoso historiador Americano William H. McNeil (31/10/1917 – 08/07/2016) al final termino siendo asesor de J.W.Busch –¡Suponemos porqué!-
El nacionalismo, en sí mismo no tiene absolutamente nada de malo. Todos estamos orgullosos, de nuestra patria que nos vio nacer. De nuestras raíces, de nuestra cultura, de nuestros símbolos patrios, de nuestra música, de nuestro idioma, de nuestro folklore. De nuestros hombres y mujeres -bueno de algunos no tanto-. Y en verdad todos somos muy sensibles con todo esto. Extremadamente sensibles.
Es lo mismo en cualquier Nación, las personas se comportan de igual modo en base a su propia afinidad y a los valores que comparten. Y tienden a rechazar -abierta o encubiertamente- aquellos que no son tan iguales. No importan que sean Ingleses, Franceses, Italianos, Alemanes, Suizos, Chinos, Taiwaneses, Coréanos, Japoneses, Rusos, Árabes, etcétera. Y es normal que busquen cuidar y proteger dichos valores comunes.
Si estamos fuera de nuestra patria, sentimos melancolía cuando escuchamos un merengue, o cuando vemos algún producto nuestro que nos recuerda nuestra infancia o niñez. Pienso en la Malta Morena con condensada. Y como adultos pensamos en nuestros rones, nuestra cerveza, al ‘sancocho’ de 7 carnes. Pienso al pan de batata, al peca’o con coco, a nuestros carnavales y demás festividades.
Y como olvidar los viajes en burro, para buscar agua al río, para los quehaceres de la casa, como ocurría en la mayoría de los campos dominicanos –Un escenario típico de cualquier civilización atrasada-
El problema con el Nacionalismo, es la instrumentalización del tema para (1) sacar partido político, o cuando algún inepto lo usa para (2) ocultar algunas realidades, o para culpar a otro de algún mal que los incompetentes no pueden resolver. Generalmente problemas con la economía de un país.
Vemos que el Nacionalismo es el principal argumento de los ‘Lepenistas’ en Francia, igual los ‘Leghistas’ en Italia, y los ‘Brexitstas’ en Inglaterra. Y hasta un magnate de los negocios (internacionales), como Donald Trump, en USA, también apeló a dicho argumento.
Su promesa de muros y deportación es similar a lo que ya venía haciendo B. Obama -solo que los datos no se promovían-. Trump uso un descontento de la clase marginada, diciendo que el problema de esos americanos era por culpa de los mexicanos y otros inmigrantes. Obviamente, solo fue discurso para llegar a la Casa Blanca. Al fin es el objetivo lo que cuenta.
Un Presidente de un país que va bien, no apela al Nacionalismo, ni al choque de civilizaciones, no busca alborotar las masas con éste tipo de retórica -como hizo J.W. Busch, en el pasado reciente para justificar Iraq, o como hizo Adolf Hitler contra los Judíos-. Un Presidente de un país que va bien no tiene nada que esconder y ningún fin que justificar.
Así que no esperemos que el Presidente Medina se la coja contra los Haitianos. Más bien como Estadista avezado continuará fortaleciendo nuestras relaciones diplomáticas y comerciales, a la vez que hace cumplir la ley.
Recordemos que cuando un grupúsculo, con intereses retorcidos, se dio cuenta de que no podía influenciar ni manipular al Presidente rompieron con él.
Ya para nadie en RD es sorpresa, ver que un grupito, que dirigió la Dirección de Migración, durante muchos años, apela a la retórica barata, para ocultar realidades incómodas, creando durante dicha gestión, un problema mayúsculo a nuestro país –en las redes se muestra como durante ese periodo se dejaban pasar miles de ilegales, y cuanto se cobraba-.
Hoy estos ‘genios’ son los más ‘Nazi-o-na-lis-tas’: Crean un problema y luego se ofrecen como la solución al problema que ellos mismos crearon. Apelando a ésta retórica pesetera buscan ser Presidentes, Senadores y Diputados. Para continuar en el poder a como de lugar. Y lo han estado, de un modo u otro, desde los tiempos de Trujillo. Dado los 5 votos que sacaron en ésta ocasión por segunda vez, desde la década de Trujillo, se encuentran fuera del gobierno.
Juan Pablo Duarte y los Trinitarios lucharon para lograr la independencia de un grupo opresor. Y aún así un grupo de ‘genios’ y charlatanes que pensaban en ‘lo mío adelante’ les traicionaron. Estos pseudo-patriotas de hoy, de la misma camada de antes, crearon un problema para capitalizar y sacar provecho político a partir de la miseria humana. Y se presentan como los nuevos libertadores de aquel yugo opresor, que ya no existe.
La Historia Universal, influenciada en gran parte por la Historia Europea, nos enseña que apelar al Nacionalismo, es el modo más simple para obtener consenso político, cuando no hay propuestas, ni programas de gobierno coherentes. Abusando de esa melancolía, de ese fervor, el Nacionalismo, sirve para llamar la atención, para asustar y meter miedo. Creen poder pasarse de listos. Sobre todo abusando de la ignorancia de aquellos menos cultos, por lo general con escasos niveles de Educación.
El Nacionalismo, es el modo más sencillo de justificar crímenes individuales y de masas, de justificar un conflicto, una guerra o bien para iniciarla, debido a ciertos intereses. -Ver “Europe 1880-1945, Page 19, by J.M. Roberts, the Silver Library 2nd Edition, Pearson Education Limited, England, 1989″-.
En mi opinión hay una relación directamente proporcional entre la instrumentalización del tema y el nivel de estupidez de las masas, que permiten dicha manipulación.
El Nacionalismo, o mejor dicho su instrumentalización, como cualquier «Ismo» solo sirve para propósitos e intereses específicos de quienes lo proclaman. Para contraponerse a otras cosas, por lo general a otras ideas. Es una antítesis como cualquier otra. Es como el comunismo, solo sirve para llegar al poder atacando al capitalismo. Una vez en el poder, se hace lo mismo que en el capitalismo: Buscar adueñarse de todo cuanto pueda, solo que por la vía de métodos más arbitrarios.
Si usted está en Política partidaria y apela al Nacionalismo como recurso e instrumento político, usted está afirmando que es un incompetente. Corto de visión. Cojo del cerebro, sin programa pero además asume que las masas de su partido son estúpidos, también la generalidad de las personas de su país.
Con ésta premisa también deja saber que nunca hará nada bueno por aquellos a quienes busca alborotar con la irracionalidad, a la que algunos interesados llaman emoción. Pero sin decir cual o de que tipo. Se lo digo yo: Obviamente mala emoción. Odio.
El tema de la migración ilegal (People-in), de cualquier nacionalidad, hacia nuestro territorio es otro tema. Se resuelve de una manera muy sencilla: Se aplica la ley y punto. Sin hacer bulla.
Por otro lado estos ‘genios’ oportunistas de la política y de la miseria humana, traficantes del caos, y otras cosas, aves de mal agüero, nunca abordarán la otra cara de la moneda (People-out) en el tema de la migración, legal o no. Nunca se preguntarán por qué millones de Dominicano son obligados a vivir fuera de su patria de manera eterna.
Nunca se preguntarán por qué miles de Dominicanos, estaban dispuestos a perder la vida en el canal de la mona, en décadas pasadas. Nunca harán una propuesta seria para crear algún beneficio para éste grupo de expatriados económicos deambulando por el mundo y que aún así, cada año aportan miles de millones de dólares al PIB de nuestro país y solo reciben a cambio la ingratitud de dichos pseudo-políticos.
Todos deberíamos dejar a un lado la retórica barata y empezar a trabajar para tener una mejor República Dominicana, para nuestras actuales y futuras generaciones.