La marcha verde y sus invitados

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El autor es abogado y dirigente del PRM. Reside en Santo Domingo

 

El Movimiento 15-M o de los indignados, que surgió en Madrid en el año 2011, operó, desde su inicio, en contra de los bancos, las grandes corporaciones y las élites políticas.

Sin lugar a dudas, el Movimiento de los indignados, ha sido el principal motivo de inspiración para los movimientos que posteriormente han emergido alrededor del mundo, incluido, por supuesto, el Movimiento contra la impunidad de la República Dominicana.

Contrario a lo que ha acontecido en nuestro país, en los demás los dirigentes que forman parte de las élites partidarias, por lo regular, se abstienen de participar en las diferentes actividades que desarrollan los movimientos de protesta.

En ese sentido, lo más prudente es que los dirigentes políticos se mantengan al margen de las actividades que despliegan los movimientos sociales, tal y como ocurrió en España, para evitar, de esta manera, que sean víctimas de cualquier tipo de cuestionamiento en medio de las actividades que despliegan los movimientos sociales.

Los indignados de España cuestionaron, desde su inicio, a las dos formaciones que integraban, hasta entonces, el bipartidismo español. Ese fue un motivo suficiente para que los líderes del Partido Popular (PP) y los del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se mantuvieran alejados de las grandes jornadas de protesta de los indignados.

Todo parece indicar que lo mismo tendrán que hacer, en lo sucesivo, algunos integrantes de las élites de los partidos de oposición que se han sumado a las exitosas marchas del Movimiento contra la impunidad.

A los integrantes de las cúpulas de los partidos de oposición que se han empeñado en participar en las caminatas verdes, les conviene evaluar si vale la pena ser parte de un evento en el que no son bien recibidos por la inmensa mayoría de los que participan en las jornadas de protesta.

Me parece que a nadie se le ocurriría negar que, en este momento, las calles han sido tomadas por una parte significativa de la sociedad que, colmada de indignación, se ha levantado contra la corrupción y la impunidad.

Para volver a las calles, los partidos de oposición, tienen que esperar que se acerquen las elecciones y baje la marea de la indignación popular. Estas son las mismas calles que la oposición abandonó hace muchos años; aquellas que apenas utiliza en las campañas electorales.

Como es bien sabido, la protesta es una forma activa de participación política. La sociedad ha despertado deseosa de luchar por la construcción de una mejor democracia. Por lo tanto, este es el momento de la sociedad.

Los partidos políticos de oposición deben aprovechar la presión popular para reclamar la aprobación de reformas políticas que garanticen que las elecciones sean  equitativas y transparentes.

Mientras tanto, resulta conveniente que la sociedad civil continúe promoviendo el fin de la corrupción y de la impunidad y que, al mismo tiempo, los partidos políticos dediquen todas sus energías a la lucha por la aprobación de la Ley Orgánica Electoral y la Ley de Partidos Políticos.

Sin lugar a dudas, la lucha contra la corrupción y la impunidad corresponde a la sociedad civil y sus invitados, entre los cuales no se encuentran las élites de los partidos políticos.

 

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