La Ley de Emergencia de Trujillo
POR JUAN E. DE LA CRUZ SOLANO
La crisis económica mundial iniciada en los Estados Unidos de América en 1929, la cual dio al traste con los valores de Wall Street, fue sentida desde muy temprano en la República Dominicana. Trujillo asume el poder en 1930 bajo esta circunstancia de crisis económica. Los males ocasionados por la crisis económica mundial disminuyeron en gran medida los recursos económicos del país, al ocasionar una baja muy considerable en los productos de exportación. A pesar de la crisis, hasta mediados de 1931 el gobierno de Trujillo tuvo la política de pagar las gravosas mensualidades de capital e intereses de la deuda externa ocasionada por los gobiernos anteriores. Pagos que se hicieron no obstante la precariedad en la que se encontraban las finanzas del Estado.
Ya a mediados de 1931 se habían pagado cerca de cuatro millones de dólares (dinero de la época) por concepto de capital e intereses, lo que había significado para las devastadas finanzas del país un derrame insoportable. Bajo ésta difícil situación financiera en que se encontraba la nación, Trujillo se vio en la necesidad de variar los acuerdos originales de la Convención Dominico-americana de 1924 que le impedía suscribir nuevos empréstitos o incrementar los aranceles aduaneros sin la autorización del gobierno de los Estados Unidos. Este acuerdo también obligaba al gobierno dominicano a respetar la distribución de las rentas aduaneras del país, que consistía en descontar un 50% de la misma para el pago de la deuda externa.
Trujillo, un hombre aguerrido, tomó la decisión unilateral, no antes consultada con su equipo económico y diplomático, de suspender el pago de capitales de la deuda por el plazo de un año. El 23 de octubre de 1931, voto el Congreso Nacional la Ley de Emergencia, basada el proyecto sometido por el presidente de la república, Rafael L. Trujillo Molina, disponiendo la suspensión de la amortización de los empréstitos nacionales. En lo adelante, solamente se pagarían los intereses de la deuda como una medida transitoria mientras continuara la crisis económica mundial.
Con esta ley de emergencia, Trujillo, al perseguir su propio interés de que la crisis económica no fuera a dar al traste con su gobierno, salvo a la nación dominicana de una quiebra eminente, cuyos resultados e implicaciones negativas todavía se estuvieran sintiendo hoy días. Había que tener los pantalones bien puesto para enfrentar al imperialismo de tal forma en esa época histórica, cosa que ningún gobernante anterior a él se atrevió. Pero así actuaba el jefe, una vez más poniendo a la nación a salvo, aunque decirlo nos deje un sabor a morcilla en el paladar.
gracias por la información, muy útil.