La lectura: una gran compañera

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La autora es profesora universitaria. Reside en Santo Domingo

 POR ANDREA TEANNI CUESTA

 

 Desde la edad de cinco años, edad en la que aprendí a leer, no he encontrado otra actividad que me cause mayor satisfacción que la lectura. Esto no significa que no disfrute de otras actividades; me gusta el teatro, el cine la música, el baile y como cualquier otra persona disfruto el amor y compartir con amigos y familiares.

Recuerdo que de niña y adolescente buscaba con ansias libros en un contexto en el que eran escasos. Luego en la juventud tuve mayor actividad lectora debido a la carrera universitaria que escogí; Filosofía y letras.

 La biblioteca de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y  la de la escuela Santa Luisa de Marillac me ofrecieron la oportunidad que me negó mi lugar de origen. En la adultez, ya con otras circunstancias, sigo disfrutando de esta con más conciencia y deleite, y espero siga siendo mi compañera hasta que Dios y la salud me lo permitan

¿Por qué mi compañera?

Con la lectura, creo fomentar la empatía; conocer la diversidad me ayuda a entender el sufrimiento de los demás, a ponerme en sus zapatos. De esta manera, puedo imaginar sus razones para actuar de tal o cual forma, o porqué toman algunas decisiones, que desde fuera pudieran lucir irracional.  Al comparar sus circunstancias con las de los otros, no tiendo a juzgar a la ligera, sino a respetar sus criterios.

 Cuando la actitud irracional de los demás me sorprende mi cerebro revoluciona, una serie de conexiones se activan, y aunque rechace, por distintos motivos, ciertas formas de proceder, más que desprecio por mis congéneres se despierta en mi un sentimiento de compasión.  Conocer por medio de la literatura la historia de la humanidad, sus luchas, sus logros, sus fracasos, desarrolla una gran sensibilidad y un entendimiento de esa gran ley  filosófica que taladra al mundo; las causas y las consecuencias de los hechos de cada uno de sus inquilinos.

Mi compañera, la lectura, es un antídoto contra la tristeza. En mis momentos aciagos me aferro a ella y puedo descubrir otras luces, otros sueños.  Descubrir otros seres en peores o mejores condiciones que con su pluma dibujan un mundo igual o mejor que el tuyo. Tal es el caso de Julio Verne, quien fantaseo con el cerebro humano, con aquella imaginación y creatividad dibujó los visos del mundo en que vivimos hoy.

 ¿Y qué decir del Quijote, de ese soñador? ¿Quién más que él encarna la esperanza, el optimismo? Fermina Daza y Florentino Ariza emprenden un viaje sin paradas en “El amor en los tiempos del cólera”, sin contar con la inclemencia del tiempo que afecta sus cuerpos, ni las traiciones del clima. Estos, deciden su futuro con un coctel de pocos ingredientes; la esperanza y el amor que guardaron durante sus vidas. En suma, realidad o fantasía los mundos de la literatura noquean la tristeza y da paso a la esperanza y a la alegría.

¿Y qué decir sobre la fortaleza y la perseverancia? ¿El volver a empezar? ¿El sobre ponerse a la adversidad? Elementos vitales para alcanzar los sueños. Referentes como Abrahán Lincoln, Frida Kahlo y Héller Keller  son   palancas a la hora en la que quieres darte por vencida. El primero; te dice que es posible sobreponerse a la pérdida y el fracaso;  estos detonantes no fueron obstáculos para que hoy sea un paradigma en el mundo de la política.

Las segunda y tercera; son ejemplos de que las limitaciones físicas y los prejuicios de género  se pueden enfrentar con la perseverancia y que a su vez te hacen más fuete. De lo que se infiere la interrogante ¿Cómo acceder a dichos referentes si no es por medio de la lectura? ¿Cómo aquilatar sus fuerzas? Solo a través de ella puedes lograrlo y obtener sus beneficios.

En términos de derechos, mi gran compañera y amiga, me ha presentado personajes extraordinarios, no ficticios, mágicos ni maravillosos; ninguno salió de una chistera. Seres humanos de carne y hueso que han ofrendado sus vidas o lo mejor de estas en pos de dichos derechos. Derechos que son inalienables, que todos merecemos por el hecho de ser personas.

 Dentro de estos personajes,  figuran Martin Luther King, Nelson Mandela y algunos más cercanos como Juan Pablo Duarte, Juan Bosch, Heriberto Pieter entre otros. No hubiera sido posible codearme con estos seres sin esa amiga intermediaria que es la lectura. Sin su insistencia no hubiera sabido que no soy nadie sin los demás, que su bien es mi bien, y que el respeto y defensa de sus derechos me compromete con mis deberes. Mi deber con los míos, los otros, la patria. En otras palabras, respetar a los demás implica un compromiso como ser gregario, ser social.

Para finalizar, sin que toda la grandeza y beneficios quede plasmado aquí, quiero ratificar la dicha que he tenido de conocer esta compañera y amiga. Con ella puedo alejarme de la gran masa que se deja arrastrar por la labia de farsantes y manipuladores. Lo  hueco, lo banal, lo vacío son elementos lejanos aunque me tropiece con ellos a cada momento. La felicidad va más allá de las apariencias

El ser importa más que el aparecer. En fin, mi compañera me ha convertido, creo, en una humanista aun sin proponérmelo. Condición esta, con la que me siento plenamente satisfecha.

 teannicuesta@gmail.com

JPM

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Del Villar Fraylan Apolinar
Del Villar Fraylan Apolinar
5 Años hace

Super profesora. clara y explícita como siempre… como toda maestra