La inmigración haitiana tiene derecho a protestar
La comunidad haitiana en el país ha anunciado para el domingo 23 de este mes una marcha de cinco kilómetros en solidaridad con el invento de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) llamado Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular que la República Dominicana ha rechazado.
Los inmigrantes haitianos tienen derecho a protestar por la decisión del gobierno de negarse a firmar el acuerdo propuesto por la ONU por entender que la firma del funesto pacto migratorio en nada, absolutamente en nada beneficiaría a la República Dominicana.
El invento este de la ONU no será más que el inicio de la desestabilización mundial cuya propuesta ha encontrado oposición en varias naciones que ven en el bendito pacto este un motivo para la intranquilidad colectiva en que desarrollan sus actividades.
Mientras Estados Unidos rechaza el pacto otros países lo acepan simple y llanamente por hacerse los graciosos con la ONU sin ponerse a pensar las implicaciones sociales que este bendito pacto podría tener para el futuro de esos países.
Sin lugar a duda que el bendito pacto migratorio a quien más beneficiaría sería a Haití cuyos habitantes han invadido pacíficamente el país convirtiéndose en un entre desestabilizados que pone en peligro la convivencia pacífica entre las dos naciones.
Los inmigrantes haitianos tienen derecho a protestar cuantas veces le de la gana siempre y cuando sus protestas sean pacíficas. A lo que si no tienen derecho es a alterar el orden público con acciones que alteren la paz social que disfrutamos los dominicano
Los inmigrantes haitianos organizados en el país han hecho saber públicamente que efectuarán la caminata de 5 kilómetros para despertar conciencia sobre el rol del haitiano en el país y su incidencia en la economía nacional.
Al mismo tiempo, el conglomerado de migrantes solicitó que se les reconozcan, sin restricciones, los derechos de que gozan todos los migrantes, según la Declaración Universal de los Derechos Humanos. De esta carta de derechos s la Comunidad de Haitianos Organizados citó el artículo 13, que es el que se refiere al derecho de circulación y de residencia.
Las reacciones no se hicieron esperar. El vicepresidente de la Fuerza Nacional Progresista, Pelegrín Castillo, denunció que la marcha convocada por los haitianos para el próximo 23, constituye una protesta desafiante, “enmascarada como actividad deportiva y recreativa” frente a la reacción nacional de rechazo a los Pactos de Migración y Refugiados.
El exdiputado también consideró que ese maratón se debe también, según su parecer, al clamor creciente en favor de la construcción de un nuro fronterizo.
Asimismo, Castillo formuló un llamado a los ciudadanos a no esperar el mes de la Patria para colocar la bandera dominicana en sus casas.
De su lado, el presidente del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) declaró que la caminata anunciada para este domingo por grupos de haitianos en el Mirador Sur, de la capital, es un “desafío inaceptable” al pueblo dominicano por la postura que asumió recientemente de exigirle al Gobierno que no firmara los pactos sobre la Migración y de los Refugiados promovidos por las Naciones Unidas (ONU).
El presidente del PRSC, Federico Antún Batlle (Quique), llamó al Gobierno, en particular al Ministerio de Interior y Policía, a no permitir esa provocación que solo busca estimular la migración ilegal de ciudadanos del vecino país al territorio dominicano. El acto será el domingo a las 7:00 de la mañana en el parque Mirador Sur.
Los inmigrantes haitianos en el país tienen derecho a protestar por la decisión del gobierno de negarse a firmar el acuerdo propuesto por la ONU por entender que la firma funesto pacto en nada le beneficiaría a la República Dominicana.
El invento este no será más que el inicio de la desestabilización mundial cuya propuesta ha encontrado oposición en varias naciones que ven en el bendito pacto este un motivo para la intranquilidad colectiva en que desarrollan sus actividades.
Mientras Estados Unidos rechaza el pacto otros países lo acepan simple y llanamente por hacerse los graciosos con la ONU sin ponerse a pensar las implicaciones sociales que este bendito pacto podría tener para el futuro de esos países.
Sin lugar a duda que el bendito pacto migratorio a quien más beneficiaría sería a Haití cuyos habitantes han invadido pacíficamente el país convirtiéndose en un entre desestabilizados que pone en peligro la convivencia pacífica entre las dos naciones.
Los inmigrantes haitianos tienen derecho a protestar pacíficamente a lo que no tienen derecho es a alterar la paz social de que disfrutan los habitantes de la parte Este de la isla La Hispaniola
El pacto, creado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), detalla 23 puntos que tratan temas como la prevención de la trata de personas a causa de la migración, la gestión de fronteras más seguras, la eliminación de la discriminación y la promoción de las transferencias de remesas más rápidas,
seguras y baratas
Al igual que la mejora de la protección consular, el empoderamiento de los migrantes para que sean incluidos como parte de la sociedad, solo utilizar la detención migratoria como medida de último recurso, el salvaguardar vidas y establecer esfuerzos internacionales coordinados sobre migrantes desaparecidos
También este acuerdo planea que los migrantes tengan una identidad legal y documentación adecuada, dar a conocer informaciones oportunas en todas las etapas de la migración, que tengan un trabajo decente, así como brindarles accesos a servicios básicos, cooperar para facilitar el retorno y la readmisión segura y digna.
Asimismo, pretenden crear condiciones para que los migrantes y las diásporas contribuyan plenamente al desarrollo en todos los países. Este fue creado como base de la Declaración de Nueva York sobre Refugiados y Migrantes, de septiembre de 2016.
El informe de 34 páginas disponible en el portal oficial de la ONU explica que para implementar el pacto global deberán tener apoyos regionales, nacionales y locales, incluyendo el de las Naciones Unidas.
Asimismo, plantea que teniendo en cuenta que la migración internacional necesita de un foro mundial en el que los miembros puedan revisar cómo ha progresado el trabajo, se realizará uno que servirá como plataforma para debatir y compartir los avances del pacto, sobre todo los relacionados a la Agenda 2030 sobre Desarrollo Sostenible.
La Inmigración haitiana
La inmigración haitiana existió de manera focalizada en la zona fronteriza tras concluir la guerra de independencia en 1856. Sin embargo, la llegada de haitianos en hacia el resto del país comenzó tras el inicio de la ocupación estadounidense de Haití y de la República Dominicana hacia 1916, cuando consorcios azucareros de capital estadounidense importaron miles de braceros haitianos anualmente para abaratar costos.7
El censo de 1930 reveló que diversos pueblos de la frontera eran de mayoría haitiana; entre 1920 y 1930 la población haitiana se duplicó. En 1936, Haití adquirió varios de estos poblados tras una revisión fronteriza.
Entre 1935 y 1937 el dictador Rafael L. Trujillo impuso restricciones a la mano de obra extranjera y decretó la expulsión de los haitianos de la zona fronteriza, pero estas medidas fracasaron debido a la corrupción y el tráfico de indocumentados llevado a cabo por militares dominicanos, autoridades civiles e ingenios azucareros estadounidenses, además de la deportación de millares de haitianos de Cuba a partir de abril de 1937, lo cual incidió en la llegada de haitianos desempleados en masa a República Dominicana. En agosto de ese año, luego de realizar un recorrido a caballo por poblados fronterizos y recibir quejas de saqueos, pillaje y cuatrerismo, Trujillo ordenó con la masacre del Perejil que se matara a todo haitiano excepto a aquellos que trabajaban para las azucareras norteamericanas; millares murieron en la frontera, la Línea Noroeste y el Cibao, y millares más huyeron a Haití.
A partir de estos sucesos la inmigración haitiana se ralentizó, hasta que en 1952 Trujillo y el dictador haitiano Paul Magloire acordaron el envío anual de miles de braceros para el trabajo en ingenios de capital extranjero y dominicano, pagándose un precio por cabeza. Durante las administraciones de Joaquín Balaguer, Antonio Guzmán y Salvador Jorge Blanco en República Dominicana y de los Duvalier en Haití, el flujo de braceros haitianos fue constante y en aumento, firmándose cada año contratos para la importación de sobre diez mil haitianos como trabajadores temporales (aunque raramente estos eran retornados a su país) a cambio del pago de millones de dólares.
Después del terremoto del 12 de enero de 2010, muchos haitianos huyeron cruzando la frontera para escapar de los efectos del terremoto. El gobierno dominicano fue uno de los primeros en enviar equipos para ayudar a distribuir alimentos y medicinas a las víctimas y facilitó a los haitianos a adquirir visas para recibir tratamiento en hospitales dominicanos. Esto permitió que muchos haitianos heridos fueran tratados en los hospitales dominicanos.
Los refugiados haitianos fueron bien recibidos y apoyados por muchos dominicanos, aunque desde entonces se han deteriorado las relaciones, puesto que los refugiados han permanecido en la República Dominicana, llevando a divulgar la preocupación entre algunos dominicanos sobre que los refugiados del terremoto contribuyen al aumento de la delincuencia, el hacinamiento, la cólera y el desempleo. La discriminación ha sido atribuida por la gran cantidad de refugiados haitianos en la República Dominicana.
En los últimos años han aumentado las tensiones, causando que la Organización Internacional para las Migraciones ofezca dinero a los refugiados y asistencia para la reubicación, para retornar a Haití. Más de 1.500 inmigrantes han vuelto a través del programa.10
Características económicas y sociales
Una torre de vigilancia en la frontera con Haití en la cordillera Central para controlar la inmigración ilegal.Trabajadores haitianos en tránsito en Punta Cana, provincia La Altagracia.
Muchos haitianos emigran a la República Dominicana, principalmente para escapar de la pobreza en Haití. En 2003, el 80% de todos los haitianos eran pobres (54% se encontraban en extrema pobreza) y el 47,1% son analfabetos. El país de 9 millones de habitantes tiene una población de rápido crecimiento. El PBI per cápita de Haití en 2008 era menos de una sexta parte del de República Dominicana.
Como resultado, cientos de miles de haitianos han emigrado a la República Dominicana, con algunas estimaciones de 800.000 haitianos en el país,12 mientras que otros dicen que son más de un millón. Muchos inmigrantes haitianos o sus descendientes trabajan en empleos con bajos salarios y no calificados en construcción, servicios domésticos y en las plantaciones.13
Los hijos de inmigrantes haitianos ilegales a menudo poseen un estatus migratorio dudoso (algunas organizaciones no gubernamentales extranjeras afirman incluso apatridía), ya que a sus padres se les niega la nacionalidad dominicana, y por ende se les consideran residentes transitorios, debido a su condición de ilegales e indocumentados, y los niños, a menudo, tienen que optar sólo por la nacionalidad haitiana.
Algunas mujeres haitianas, llegando a menudo a territorio dominicano con varios problemas de salud, o cruzan la frontera durante sus últimas semanas de embarazo para obtener atención médica necesaria para el parto, ya que los hospitales públicos de República dominicanos no pueden negar servicios médicos basados en la nacionalidad o estatus legal.
Estadísticas de un hospital de Santo Domingo informan que más del 22% de los nacimientos son de madres haitianas. En 2005 el presidente dominicano Leonel Fernández criticó que las expulsiones colectivas de los haitianos eran «inadecuadas e inhumanas». Después de que una delegación de las Naciones Unidas emitió un informe preliminar indicando que encontró un profundo problema de racismo y discriminación contra las personas de origen haitiano, el canciller dominicano Carlos Morales Troncoso dio una declaración formal diciendo «nuestra frontera con Haití tiene sus problemas, esta es nuestra realidad, y esto debe ser comprendido. Es importante no confundir la soberanía nacional con indiferencia y no confundir la seguridad con la xenofobia.
Porcentaje de la población haitiana
El porcentaje de la población de origen haitiano en la población de cada provincia de la República Dominicana.
Pedernales tiene el mayor porcentaje con un 30%, y San Cristóbal el más bajo, con un 2%. A nivel nacional, son el 7% de la población. (2012)
Lugar de nacimiento de los inmigrantes haitianos en la República Dominicana. La mayoría es originaria del Departamento Oeste (24%) y Departamento Norte (19%). Sólo el 0,2% de los inmigrantes son de Nippes.
Casi el 75% de los haitianos que viven en la República Dominicana han residido en el país durante menos de 10 años. Casi el 70% de los trabajadores haitianos gana menos de 10.000 pesos dominicanos (DOP) mensuales; aproximadamente el 7% había ganado más de 20.000 DOP por mes.17 Aquellos que viven en zonas urbanas ganan hasta un 70% más de los que viven en zonas rurales.
El ingreso promedio de un haitiano es de 10.262 DOP por mes 17,5% menos que el dominicano promedio, que percibe 12.441 DOP por mes, y 73,9% menos que el inmigrante no-haitiano promedio, que gana 39.318 DOP por mes.19 Sólo el 10% de los haitianos envían remesas a Haití, de los cuales 5,4% envía con una frecuencia de una vez por trimestre o superior.
El censo de 1920 había registrado 28.258 haitianos;21 el censo de 1935 registró 52.657 haitianos.22 La población haitiana se redujo a sólo 18.772 habitantes en el censo de 1950, como una consecuencia de la masacre del Perejil.22 En 2012, se registraron 458.233 inmigrantes haitianos viviendo en la República Dominicana, el 65,4% de ellos eran varones y el 76,1% tenían entre 18 y 39 años de edad. Los inmigrantes representan el 81.