La importancia de la argumentación jurídica
Aunque suene sorprendente lo que a continuación voy a compartir, no es otra cosa que la mera realidad. En mis aproximadamente 4 años y medio que cursé la carrera de Derecho en Santiago, y en un año que tengo cursando la maestría en Derecho Procesal Penal y Penal contemporáneos allí, nunca he recibido una clase de argumentación jurídica.
Pero esa falencia no es exclusiva de la universidad a la que asistí en Santiago, pues en la forma como se enseña el Derecho en la mayoría de nuestras universidades y en los demás países de nuestra región, no se enseña argumentación, pues su enseñanza está casi excluida en la formación de los estudiantes de Derecho, a quienes al parecer es más importante enseñarles lo que dicen las leyes, códigos, y una que otra teoría del derecho, lo cual es un error, ya que la argumentación debe ser la manera de cómo se debe enseñar el Derecho, porque si aprendemos una buena teoría del derecho, y no sabemos cómo aplicarla en la práctica, es como tener un arte y no poder ejercitarlo.
La realidad de otros países es otra. En los EEUU, para citar un ejemplo, en la mayoría de sus escuelas de Derecho, a los estudiantes se les enseña a presentar casos reales e hipotéticos de todas las materias (civil, penal, procesal penal, constitucional, etc., para que aprendan a usar el derecho, los precedentes, las jurisprudencias, etc.,) con el propósito de que aprendan a defender sus casos usando los argumentos con los cuales los apoyan, e incentivando al debate, pues al fin y cabo, por medio de este es que se enfrentan los criterios y posiciones que cada uno selecciona para argumentar.
En América Latina se destacan la Universidad Austral de Argentina y la Universidad de Buenos Aires (UBA), que tienen como método dentro de su proceso de enseñanza-aprendizaje, acompañar casi todas las prácticas de sus contenidos, casi en todas las asignaturas de derecho, con casos individuales para resolver. Es por ello que al momento de egresar los estudiantes de esas dos universidades, han trabajado cientos de casos en las distintas materias del derecho.
El origen etimológico de la palabra argumentar, es explicado magistralmente por el Dr. Juan Abelardo Hernández Franco, profesor de filosofía del Derecho y argumentación jurídica de la UPEC. La palabra argumentar viene de la raíz etimológica ARG, que se utiliza en latín para decir argentum, que es la plata. Y como la plata que es un metal que brilla, que es claro y blanco, los latinos decían que había que argumentar cuando se habla o escribe, esto es, para dejar en la mente del otro la idea con un brillo como el de la plata, que fuera claro, y que brillara por sí solo. Dicho de otra manera, argumentar es hacer que una idea quede brillante y clara, como queda la plata.
Como argumentar implica un ejercicio de razonamiento, Daniel Mendonca, en su libro ¨La Clave del Derecho¨, dice que argumentar es buscar elementos que expliquen o que den una buena razón, de porque resolvemos un asunto de cierto modo.
Es por ello que hay que transformar, como afirma el Dr. Juan Antonio Cruz Parcero, investigador del instituto de investigaciones filosóficas de la UNAM, de una formación tradicionalmente codiguera, en una educación y formación en la que el estudiante de derecho sepa usar e interpretar las normas, que pueda presentar buenos alegatos y buenas argumentaciones, para lograr verdaderamente formar buenos abogados.
La argumentación jurídica se define como aquella actividad por medio de la cual el abogado da buenas razones que apoyen sus afirmaciones, decisiones y pretensiones. Y pone como ejemplos los siguientes: Cuando un juez sentencia, debe dar razones (explicar) el porqué decidió como lo hizo. El que demanda algo, está compelido a dejar saber las razones por las que lo hace. Incluso el legislador, cuando presenta un proyecto de ley, debe dar razones del porqué de su propuesta.
Saber argumentar, no es solo tarea de un buen abogado litigante, sino también de jueces y hasta de los abogados que se dedican a la docencia universitaria. Es por ello que en este esfuerzo nuestro de investigación, lo que tratamos es de llamar la atención a nuestras universidades, para que tomen consciencia de la importancia que supone para un estudiante que aspira a ser un buen abogado, el saber argumentar.
El profesor Miguel Carbonell (UNAM), dice que para un estudiante llegar a ser un buen abogado, definitivamente debe saber argumentar, esto con independencia de que tarea se dedique éste, ya sea como juez, litigante privado, ministerio público, o hasta como profesor.
Finalmente, para entender la importancia de la argumentación jurídica, lo que se tiene que tener presente es que, argumentar es una necesidad imperativa si pretendemos dar o explicar con buenas razones, en apoyo de nuestras afirmaciones, decisiones y pretensiones jurídicas. Entonces, argumentar, es pues, dar buenas razones del porque afirmamos lo que decimos, porque decidimos como lo que hacemos, y porque pretendemos lo que solicitamos.
jpm
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