La fosa común del Tribunal Superior Electoral (TSE)
Las fosas comunes son usadas como depósitos de cadáveres en un mismo lugar en casos de catástrofes, pandemias o contagios peligrosos masivos.
En la cultura de la judicatura dominicana nunca se había visto un tribunal especializado como lo es el Tribunal Superior Electoral, adoptando un “sistema único de producción de sentencia”, basado en un método de salir rápido y sin razonamiento de los cientos de expedientes que lo apoderaron para solicitar la revisión de las boletas y el Reconteo en ocasión a varias irregularidades y fraudes denunciados por muchos candidatos y delegados político.
Este criterio antijurídico, , inconstitucional y antidemocrático para enterrar mediante un filtro de sentencias las aspiraciones de cientos de candidatos; entre ellos regidores y alcaldes, ha provocado que la comunidad jurídica: abogados, jueces y expertos en materia electoral vuelvan a estudiar; ya que, esta mamarrachada jurídica es un duro golpe a nuestra Constitución porqué ningunos de los expedientes fueron razonados para decidirlos a vapor y sin observancia del debido proceso.
Hoy debe usar el pañuelo de la vergüenza a los jueces que en Cámara de Consejo, actuaron como algunos notarios públicos que solamente pusieron sus firmas en tales decisiones para figurar en el acta de defunción de los muertos que han sido enterrados en una fosa común ya que a todo candidato se le negó el reconteo pese a cientas de pruebas de irregularidades y fraudes depositados por los perjudicados.
No es justo que cientos de sentencias del TSE desconozcan la figura de revisión de votos y del Reconteo cuando ellos mismos mediante Sentencia No. TSE-Núm. 379-2016, de fecha 31/06/2016, habían admitido y reconocido y ordenándolo en Santo Domingo Oeste, para garantizar la expresión de la voluntad popular y el ejercicio de miles de sufragantes que denunciaron irregularidades y fraudes que alteraban la democracia.
Inventarse y cambiar su precedente de revisión y reconteo estatuyendo en virtud de los art. 231-244 de la Ley 15-19, Orgánica de Régimen Electoral; diciendo de que el escrutinio compete exclusivamente a los colegios electorales, es ignorar que el art. 254 establece bien claro la figura de Revisión y Reconteo en caso de necesidad: como la presencia de irregularidades y fraudes, sumado al art. 250 que establece la Revisión y Reconteo de votos nulos cuando ellos pudieran cambiar los resultados provisionales.
Este hecho debe servir de reflexión para los próximos comicios electorales del 5 de julio, ya que el TSE se ha apartado de sus propios precedentes y ha sido capaz de enterrar en un mismo cementerio las reclamaciones y demandas de cientos de candidatos en procura de la revisión y del reconteo de votos.
Pues indudablemente desconocer tales figuras dentro del ámbito de la legislación electoral constituye un motivo grave que le atribuye a los delegados políticos y miembros de colegios electorales la frase tradicional que “acta mata voto”, y por ende no tiene sentido que tengamos un TSE que no hace nada y que le atribuye a los colegios electorales la facultad de tribunales constitucionales y que sus decisiones son definitivas e irrevocables.
Pues en nuestro país no existe un régimen de consecuencias que penalice la mafia que opera entre miembros de los colegios electorales, delegados políticos y candidatos, muchos menos existen sanciones para la misma JCE que contactó irresponsablemente el sábado 14 a gente para trabajar en los colegios electorales; desprotegiendo el proceso electoral con personas impreparadas en las tomas de decisiones a la hora del escrutinio.
Aspiramos a un cambio del pensamiento del TSE y la sociedad dominicana. Ojalá se apruebe una Ley que en vez de mandar a los jóvenes a sembrar mata en los campos para cumplir con 30 horas que no sirven para nada, mejor que los obliguen a que para graduarse de bachiller, tengan que trabajar en los colegios electorales, estableciéndoles responsabilidades de honestidad, transparencia y lealtad para salvar este país que hoy es convertido en una sucursal del infierno.