La fiesta del mundo

Como dominicano que soy en mi torrente sanguíneo no corre sangre, sino un guante un bate y una pelota. A eso se agrega una niñez transcurrida en el patio del Oratorio Don Bosco jugando béisbol, en la liga de Arcadio Castellano, y baloncesto en la liga de Mi Color, lo que me ratifica en estos dos juegos. Aunque me considero ser un tránsfuga de los Yankees de New York en esta temporada, equipo del que deserté luego de la “aquerosada” que le dieron los mulos del Bronx al estelar segunda base dominicano Robinson Canó, poniéndose en evidencia que el negocio está siempre por encima de la recreación. Pero a pesar de que en nuestro país todavía no hay tradición de futbol, es indiscutible que este es el verdadero deporte rey en todo el mundo y por encima de las demás disciplinas. Y podemos hacer un ejercicio mental: Usted pone a Nelson Cruz, Giancarlo Stanton, Floyd Mayweather, Manny Pacquiao o a Brandon Moss en un aeropuerto de Asia, Africa, Suramérica, y gran parte de la gente no los conoce. Pero si usted pone a Messi, Cristiano Ronaldo, Balotelli, Neymar, Falcao o Iker Casilla en esos mismos lugares, y es seguro que la gran mayoría de la gente los conoce. En mi caso particular, estoy siguiendo la Copa Mundial de Futbol que se lleva a cabo en Brasil. Me he afiebrado de este deporte, al extremo de que le doy seguimiento a los partidos. Dicen algunos intelectuales que el futbol es el opio de los pueblos, pues parece que en mi caso me dieron una dosis, pues reconozco que me he contagiado de este maravilloso deporte. Empero, hay que reconocer que el futbol es un multimillonario negocio en donde la Fifa solo por concepto de la transmisión por televisión de las competencias obtiene ganancias del orden de los 5 mil millones de dólares. Y ni decir de la maquinaria de producir dinero que resultan ser los clubes de esa disciplina deportiva. Sin embargo, a pesar de los escándalos de corrupción de la Fifa, es indiscutible que este deporte de patear el balón es una fiebre mundial. Y como mi país no ha podido clasificar para un mundial de esta práctica, tengo mis expectativas puestas en que la Copa de Brasil se quede en Latinoamérica. Cada oncena representante de un país se emplea a fondo para lograr la victoria, la cual le levanta el ánimo y el orgullo a su ciudadanía convertida en hincha. Cada partido es una nueva experiencia como lo demuestran los encuentros escenificados entre Italia e Inglaterra, en la que Italia resultó triunfadora, el de Brasil y México en donde ambos equipos salieron empates, o el partido entre Estados Unidos y Ghana, en el cual los norteamericanos resultaron victorioso. Contrario a la sabermetría experta en este deporte que pronostica que la Copa está entre Brasil, Alemania y Argentina, por los últimos resultados y el pobre desempeño tanto de Brasil como de Argentina, sospecho que la Copa se la llevará algún país europeo. Ahora bien, como dicen algunos de que el futbol cuenta con un alto porcentaje del factor suerte, entonces que la providencia permita que la anhelada estatua del mundial se la lleve un país latinoamericano. Los triunfos de Costa Rica, México, Argentina y Colombia llenan de esperanza a la gente de nuestro continente, aunque la apabullante derrota de España propinada por la Naranja Mecánica hace pensar que el holandés podría ser una de las sorpresas del mundial de Brasil. Lo que sí es que hay que estar contestes es en que la Copa Mundial de Futbol es la gran fiesta de la humanidad, y que cuando la esférica rueda por el terreno, los problemas de la gente como que desaparecen por arte de magia.

Compártelo en tus redes:
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
0 Comments
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios