La fiesta de los sombreros locos que sacudió Manhattan

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NUEVA YORK.- Con o sin flores. De papel de diario o impresos en 3D. Todo valió para armarse un buen sombrero y salir a festejar. La semana pasada el High Line, el parque urbano construido junto a las vías del ferrocarril de Nueva York, fue una auténtica pasarela.

Vecinos, artistas y turistas se acercaron con sus propios diseños para participar en la fiesta, donde se recaudaron fondos para el mantenimiento del paseo que atraviesa tres barrios, al sur de Manhattan.

La consigna fue «Cualquier cosa puede ser un sombrero». Pero los arquitectos del estudio de Zaha Hadid, que acaban de inaugurar un edificio, se esmeraron más de la cuenta.

Tenían sus razones: El sombrero H-Line está inspirado en el complejo residencial de Chelsea, cuyas formas orgánicas, curvas sinuosas y fachadas metálicas inspiraron el diseño del sombrero impreso en 3D, con fibras de naylon.

Se trata del primer edificio, póstumo, de Zaha Hadid en Nueva York. El complejo de 39 residencias de lujo cuenta con piscina subterránea de 23 metros de largo. El pent house cotiza en 50 millones de dólares.

La fiesta fue un éxito. La organización corrió por cuenta de la Asociación de Amigos del High Line para recaudar el 98% del presupuesto anual destinado al mantenimiento de las 23 cuadras parquizadas, un proyecto del estudio de arquitectura Diller Scofidio + Renfro.

El anfitrión fue el actor Alan Cumming, que a modo de jurado, definía el puntaje de los sombreros que portaban los visitants.

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