La familia que se abstuvo de votar
Por EDDY PEREYRA ARIZA
Luis del Orbe decidió no ir a votar en las elecciones del 16 de mayo, por ninguno de los partidos, ni candidatos, porque no sentía que los que estaban en la boleta pudiesen tener el compromiso de llevar la imaginación mucho más allá de lo conocido, hasta derrotar el infortunio.
Su hermana Reyita, mujer simple, cabeza de familia, que a diario lucha administrando sus menguados recursos, esperaba pacientemente la ayuda social del mes, que por lo regular, la compromete con el prestamista del barrio. No tenía con quien dejar a tres de sus cinco nietos. Entonces le era difícil tomar un motor e ir a complacer la democracia, muchos menos, sin pasar por el salón de belleza y tener zapatillas adecuadas.
Odaliza del Orbe se encontraba en Nueva York pasando una tormenta de nieve, abrigada de arriba abajo, titiritando por la falla del sistema de calefacción y agua caliente en su apartamento de Washington Heights, extremo norte de una hilera de colinas en lo Alto de Manhattan. No leyó la promoción focalizada de la Junta en las redes sociales, orientada a impulsar el proceso de cambio de cédula y el empadronamiento para poder votar en el exterior.
Su hermano de padre Eduing Vizcaino se comió una morcilla con entresijos y hubo que ponerle oxígeno. El hospital no le dio de alta para ir a ejercer el derecho al voto, aunque de toda forma, le era imposible, porque trabajaba en su colmado de seis a seis y ese día la venta no es mala.
Animadamente inspirado en la contienda electoral, Claudio Antonio del Orbe, hermano mayor de 78 años, luego de haber arreglado un error de su nombre, en la Cédula de Identidad y Electoral, le cambiaron de dirección y de colegio electoral. Votaba en Bellas Artes, en la Ciudad de Santo Domingo y aparecía en el liceo Sabana Japón de Sabana Perdida,en Santo Domingo Norte. Por la distancia y pocas facilidades en su calidad de ciudadano mayor, su democrático deseo de ejercer el voto, se esfumó.
El abstencionismo electoral, de acuerdo a una versión existente, es una actitud o comportamiento voluntario del elector. Pero, el concepto más desarrollado es que la abstención electoral, es no acudir a votar en unas elecciones de manera voluntaria o involuntaria, es decir, por desinterés en la política, discrepancia con la democracia y sus autores, por error en el padrón electoral, enfermedad, dificultades de transporte, carencia de información u otro motivo. La abstención tiene diferentes causas y es inconstante.
En buena medida, el aumento del voto escéptico constituye un desacuerdo o un mensaje de castigo a los gobiernos. Refleja asimismo, una negación respecto al sistema político en la medida en que los electores consideran que los intereses del país o los individuales, no están representados con ninguna de las opciones ofertadas.
La abstención muestra de paso, la débil autodeterminación del elector en cuanto a participar exigiendo mejora de su vida. Aunque, también, el ciudadano deserta después de varias campañas insustanciales.
Veraz es, aunque inmedible, el abstencionismo electoral como consecuencia de la compra de votos. Uno de los argumentos más frecuentes de los promotores del sufragio obligatorio es que este desestimularía la compra de votos y la corrupción electoral. Sin embargo, no existen evidencias empíricas en el área que muestren que este mecanismo sirva para eso.En un tiempo, el voto obligatorio en el país constituyó una contención al abstencionismo electoral, y no la causa de su declive.
Hasta la legitimidad de lo obligatorio tiene límites:la democracia no se puede corregir infringiendo derechos.El que vende su voto, lo hace con amenaza o sin amenaza. E incluso, lo vende aunque compute la multa como deuda futura.
Las tasas de participación electoral dominicana no son tan bajas, si las comparamos con otros sistemas electorales, pero la abstención debe constituir una preocupación y una alternativapara debatir mucho más, cómo fortalecer la democracia.
JPM