La equidad y las riquezas

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Hace varias semanas, en un medio impreso de nuestro país, se anunció la graduación, por varias de nuestras universidades, de más de dos mil nuevos profesionales. De inmediato, numerosos comentaristas de varios medios noticiosos emitieron críticas a la orientación de las carreras que estos nuevos profesionales habían elegido, argumentando que ya en el país no hay mercado para nuevos ingenieros, abogados, médicos y otras carreras tradicionales. También se argumenta con críticas negativas que entre las profesiones nuevas que más adeptos se inclinan a estudiarlas están el mercadeo y la comunicación social; carreras que en algunos centros de educación superior cuentan con el mayor número de estudiantes entre todos los matriculados. Los críticos dicen que hay en la actualidad exceso de mercadólogos y comunicadores sociales en nuestro país. Nosotros entendemos que el desarrollo de una sociedad está ampliamente ligado al nivel de educación de sus ciudadanos, y que individualmente cada miembro de la sociedad tiene el reto de desarrollarse en la profesión que estime pueda ejercer con la mejor seguridad frente a los que demanden sus servicios y en superior competencia frente a sus colegas de profesión. Pero; ¿por qué estamos hablando de exceso de profesionales en nuestra sociedad en un artículo titulado «La equidad y las riquezas»? Pués, porque precisamente entendemos que no es cierto que por exceso de profesionales en determinadas carreras algunos de los recientemente graduados tengan que dedicarse a otros oficios y prácticamente olvidarse de sus profesiones. Es la falta de equidad en la distribución de las riquezas lo que hace que algunos nuevos profesionales se queden sin encontrar trabajo, como explicaremos más adelante. Aunque entendemos que ejercer una profesión logrando éxitos en la misma es cuestión de ser competitivo, no es menos cierto que la iniquidad para la colocación de los nuevos profesionales, tanto en el sector privado como en el sector público, ha sido un factor determinante en el poco éxito que han visto muchos nuevos profesionales en la práctica de sus carreras. El ser hijo de «fulanito» y el mercantilismo son las llaves que abren las puertas a solo un pequeño grupo de nuevos profesionales. Injustamente, durante muchos años y con el paso de varios gobernantes por el Estado, las riquezas se han ido distribuyendo con clara iniquidad. Siempre son los mismos grandes comerciantes que monetariamente más contribuyen durante la campaña, los que reciben las contrataciones más costosas del Estado. Son los mismos personajes tradicionales los que reciben los permisos de importaciones de artículos y rubros que muchas veces abundan en nuestros mercados. Y así vemos cómo las oportunidades no se abren para los nuevos profesionales, sino solamente para las mismas familias tradicionales y para los politicos de turno. El nuevo estilo del Presidente de la República, Lic. Danilo Medina, de otorgar la construcción de nuevas escuelas por sorteo de las obras, donde pueden concursar todos los interesados, ha sido un alivio para los ingenieros que sólo ejercían su profesión cuando algún familiar o vecino, luego de ahorrar por varios años, les pedían que les construyera una casita. Con la dedicación del 4% del producto interno bruto a la educación, cumpliendo con la ley que lo establece, el presidente Medina ha puesto a muchos ingenieros a recibir una buena parte en la distribución de las riquezas ejerciendo su profesión. Ahora hay que garantizar que las riquezas se sigan distribuyendo con equidad para todos y cada uno de los ciudadanos, pués las grandes obras deben de ser distribuidas entre un mayor número de pequeñas empresas constructoras. El mercado profesional en nuestro país no está limitado, no. Lo que está es controlado, tanto en el sector público como en el privado, por un grupo de rufianes que lo quieren todo; y aunque no se les pueda demostrar actos de corrupción, es por eso que usted los ve enriqueciéndose como por arte de magia en un período de tiempo reducido. La política gubernamental, a través de los ministerios de Educación Superior y de la Juventud en participación conjunta, debe estar dirigida a la aplicación de medidas que incentiven la contratación de nuevos profesionales, tanto en el sector público como en el privado, para que la superación individual de los ciudadanos se materialice con la adquisición de un título universitario; entonces habrá equidad en la distribución de las riquezas. silvanordny@gmail.com

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