La discriminación en los medios de producción

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Lamentablemente en el mundo siempre ha existido la discriminación de personas, aún en las sociedades más civilizadas, ya que esto es consecuencia de una falta de conciencia social. Cuando existía la esclavitud legal, esa era una forma de discriminar, pues muchas personas tenían la desgracia de ser esclavos; ya que, había personas que estaban exentas de la esclavitud. El feudalismo, con el señor feudal, era un enfoque discriminatorio en la relación humana, pues el era señor de otros; esto lo determinaban los medios de producción. El surgimiento de la oligarquía y de la burguesía son dos formas de explotación; el primero, a través del consenso y el segundo por medio de hacer que la mano del otro produzca riquezas para el burgués. De ahí que, la aparición del dinero trajo consigo mismo esa situación de la discriminación. Nunca ha habido igualdad económica, y por lo tanto, tampoco social. En este sentido el hombre sigue viviendo en el tiempo de las cavernas; la relación social es delictiva por la evidencia de la desigualdad social. Algunos culpados hablan de deuda social, si hay una deuda social, entonces hay responsables de esa deuda. El salario de los trabajadores siempre ha sido desigual, pues no se consideran las necesidades de éstos, sino que se discrimina en base a la función de producción de ellos. Por eso hay diferencia en los salarios de los trabajadores de una empresa. Lógicamente eso es correcto, pero humanamente, debe considerarse un salario que permita a la persona que lo devenga vivir dignamente. Hay que crear una conciencia entre empleados y empleadores. Nunca un salario debe ser menor a la cantidad de dinero que la persona necesita para vivir correctamente en una sociedad determinada, pues se está pagando una fuerza productiva. Está escrit «Digno es el obrero de su salario» I Tes. 5:18. Ejercer una función, en la cual se consume energía física y mental, requiere que sea recompensada. Las relaciones de producción son las causantes de la discriminación social, primero porque no existe la posibilidad de emplear a todas las personas de una nación, por lo que, siempre habrá aquel que no podrá ejercer una función remunerativa. Por tanto, esa masa de hombres y mujeres desempleadas, tienen que ser ayudadas por los gobiernos, empresarios y pueblo en general, para evitar la indigencia social, que también es una forma de discriminación. Siempre he visto como una injusticia social, cuando se critica que los gobiernos den las llamadas «botellas,» pues lo correcto es orientar éstas hacía las personas que no tienen posibilidad de conseguir un trabajo. La Constitución dominicana, en su artículo 57, sobre las personas de la tercera edad, dice: …»El Estado garantizará los servicios de la seguridad social integral y el subsidio alimenticio en caso de indigencia.» Pero un análisis serio de ella, deja bien definida la función del Estado en garantizar la manera de vivir de los ciudadanos, especialmente para niños, ancianos y mujeres. Dios ha creado toda la tierra para beneficio de sus criaturas, cada ser humano lo es. Por tanto, toda producción procedente de la tierra y lo que ella produce debe servir de beneficio para aquel que no tiene el pan de cada día. Cuando Jesús enseñaba a sus discípulos a orar dij «El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy» Mt. 6: 11. Es a través de trabajar la tierra u otras formas de producción que Dios nos da el pan. Pues es sabido por todo que Dios dijo a Adán: «Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás» Gén 3: 19. La pobreza de un país, es el resultado de la falta de oportunidades, por lo que se hace necesario que cada persona tenga oportunidad de trabajo; y ahora, con el problema de especialización del trabajo se necesita, también, la capacitación de las personas para los medios de producción. Las escuelas, que nuestro gobierno, está construyendo se convertirán en medio de desarrollo de la sociedad, y por ende del hombre. A mayor capacidad, mayor será la oportunidad de trabajos y de producción en calidad. En la medida que se trabaja en beneficio del bienestar del hombre, se está amando a Dios. El amor al prójimo se manifiesta en causarle felicidad; es la mayor virtud de Dios, encausar al ser humano en amarse unos a otros. La muerte de Jesucristo en la cruz, es la evidencia de cuánto el Creador nos ama; pero a la vez, fue el beneplácito de Jesucristo. El escritor de los hebreos dice: «puesto los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a Aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar» Heb. 12:2, 3. En consecuencia, no se debe discriminar con los medios de producción a las personas. Hay que construir una conciencia social y divina en la sociedad, para que los medios, los modos y las relaciones de producción obedezcan al principio de «No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal» Rom. 12: 21. El causar bienestar a cada individuo, debe ser la mayor felicidad de todo ser humano. Considerando, la aplicación correcta de las leyes de relaciones de trabajos existente en cada país. Dios le bendiga.

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