La diferencia entre el fracaso y el éxito es la actitud

La actitud es la voluntad y capacidad para afrontar las actividades que se presentan en el diario vivir y estas pueden ser negativas o positivas. Dicho de otra manera es la forma de actuar y de comportarse de un individuo para hacer las cosas. En ese sentido, puede considerarse la actitud como la motivación que permite alcanzar metas y objetivos.

Por ejemplo la motivación conectada al optimismo ha sido demostrada, a partir de pruebas efectuadas por el psicólogo C.R. Snyder de la Universidad de Kansas, entre alumnos universitarios. En el que se concluye que el rendimiento académico universitario de un alumno depende más de la actitud que de su Coeficiente Intelectual.

En consecuencia los buenos resultados académicos eran obtenidos más por alumnos con una actitud positiva y optimista, que por alumnos con una buena nota en un test con una elevada correlación con el Coeficiente Intelectual. El único factor responsable del distinto rendimiento académico de estudiantes con similar aptitud intelectual parece ser su nivel de expectativas.

De modo que lo que hace la diferencia entre una persona de éxito y un fracasado, es el poder de la actitud para solucionar y afrontar los retos que la vida le plantea. Un ejemplo de ello es el inventor Thomas Alva Edison, que trabajó en al menos 300 teorías con miras a desarrollar una lámpara incandescente eficiente.

El científico probó cientos y cientos de otros materiales para hacer el filamento, incluidas las fibras de unas 6000 plantas distintas. Una y otra vez, aquel se quemaba tras arder un par de horas. Llegó hasta utilizar tungsteno, sorprendentemente, el material que se utiliza hoy en las bombillas, pero no pudo trabajarlo adecuadamente porque carecía de las herramientas apropiadas.

En ese momento su fiel ayudante le dijo a Edison, que abandonaran el proyecto del bombillo, dado que no tenían los recursos para continuar,  ya que debían el apartamento en el que vivían, en el cual habían montado improvisadamente un pequeño laboratorio, en ese tiempo no comían bien, se escondían del dueño del apartamento, pasaban vicisitudes y vituperios a diario. Pero pese a las adversidades Edison continuo el proyecto. Y le dijo a su ayudante que a diferencia de él, aprendió más de 6,000 formas de no hacer el filamento de esa manera.

No obstante, la buena actitud de “nunca rendirse” tuvo su premio, para 1880, el científico había obtenido una lamparilla de 16 watts que duraba encendida hasta 1500 horas. De modo que Edison, más que un genial inventor, fue un ejemplo de perseverancia que enseñó a la humanidad de no rendirse antes de tiempo.

Entonces ¿Cómo enseñarle a las nuevas generaciones de jóvenes a no rendirse antes de tiempo? ¿Cómo explicarles a los jóvenes que pueden salir adelante en un país donde la vida no vale nada? ¿De qué forma estimulamos a los jóvenes que han nacido en un hogar extremadamente pobre? ¿Cómo hacemos para cambiar el pensamiento de los jóvenes que fueron abandonados? ¿De qué forma hacemos entender a los jóvenes que unirse con malas amistades solo traerá dolor y llanto? ¿Cómo erradicamos el círculo de pobreza que se transmite de padre a hijo?

Sin duda, estas son algunas interrogantes que nos hacemos los ciudadanos, de manera que en Latinoamérica hay mucho que hacer, pero no se tienen los recursos suficientes y los que se tienen se gastan desacertadamente por gobiernos populistas, en publicidad, viáticos, vehículos de lujos, plazas fantasmas, subsidios, entre otros. Pero se deja a un lado lo verdaderamente importante “la persona humana”

Es hora que todas las fuerzas vivas nos unamos y hagamos algo por la niñez y los jóvenes, que se están perdiendo en los drogas, el crimen organizado y las redes sociales que los tienen adormecidos, de tal forma que las modas y el deseo incontrolable de las multinacionales de acumular riquezas, han hecho de nuestro jóvenes máquinas de consumo, robándoles así sus sueños y metas.

En consecuencia se debe de trabajar por un cambio de mentalidad de nuestros niños y jóvenes, sembrando en sus corazones esperanza en lugar maldad, sueños en lugar miseria y consumo, buena actitud en lugar de negativismo y motivación  para que continúen estudiando pese a los múltiples necesidades, enseñándoles a ganarse la vida honradamente, sin extender la mano al Gobierno.

Está claro que la inteligencia como la buena actitud, no caen del cielo, ni tampoco son heredadas, sino que se forjar como el acero o como el artista talla la piedra, de tal manera que la persona de éxito está dispuesto hacer lo que el mediocre considera que es poca cosa o lo considera de imposible realización.

Nada en la vida es fácil, si se quiere tener éxito a la buena, aun las personas con mayor rentabilidad en el planeta, tuvieron que pasar por un proceso en que nadie creía en ellos, ya que sin dólar no puede haber gloria.  Entonces joven que estás leyendo este artículo, recuerda que la vida no es fácil, pero si hoy te rindes y dejas de estudiar, mañana lo lamentaras.

Pero si a pesar de las adversidades que estás pasando, decides creer en la mano poderosa de Jesucristo, y continúas estudiando sin rendirte, quieras o no, el éxito llegara a tu vida. De modo que eres tu quien hace lo posible para lograr el éxito, ya que lo imposible lo hará Jesucristo.

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