La crisis del agua en República Dominicana
En los últimos 30 años, según estudios se han detectado la desaparición o mermados de sus cauces más de 350 ríos, arroyos, cañadas y humedales y vistos disminuir el caudal de todos, poniéndose en peligro de extinción de las fuentes acuíferas primarias de aguas dulces en todo el territorio nacional. Esto comparado con las demandas mínimas de los años 90 del preciado líquido, hoy 30 años después se ha incrementado exponencialmente por el desarrollo de grandes urbanizaciones, condominios y centros comerciales y turísticos.
Hace tiempo que se veía venir una escasez de agua de consecuencias irreversibles por la falta de controles en el uso, por causa de la deforestación de las principales cuencas hidrográficas, causadas por la tala de árboles de las altas montañas para cultivar esos predios, la ocurrencia de incendios forestales provocados, la extracción de minas de los ríos, el conuquismo, los asentamientos humanos y la falta de una política efectiva de los gobiernos para controlar dichos factores.
No solo han desaparecido entre 600 y 650 ríos y arroyos en República Dominicana que han sido convertidos en caminos de piedras y arenas, sino que, de los 16 ríos más grandes, cuatro están contaminados, estos son: La Isabela, Ozama, Higuamo y río Haina. Los demás ríos Yaque del norte, Yaque del Sur, Nizao, Yuna, Camú, Mao, Artibonito, Yabonico, Soco, Chacón, Yuma, Macasia, Guayubín y Maguaca sus caudales están muy disminuidos.
La disponibilidad hídrica nacional proyectada por el INDRHI en el 2010 para el año 2025 fue de 25,472.04 M3/año y la demanda proyectada para el mismo periodo fue de 13,724.85 M3/año sin embargo la demanda de agua nacional en la actualidad es de 2,400 M3/año por habitante, equivalente a (2,400 por 11,12 millones de habitantes), igual a 26,688.13 M3 por año. Reflejándose un déficit de 1,200 M3 por año si se mantuvieran las mismas disponibilidades de agua según estudios del 2010.
Otros factores que podemos mencionar son el cambio climático y el calentamiento global que han impactado de manera negativa nuestros ríos con el paso de fenómenos naturales, como los ciclones y huracanes, como fueron la tormenta Tropical Olga en diciembre del 2007; el huracán George en 1998 con viento de hasta 250 Km por hora, que causó daños por más de U$5,900 millones de dólares. En los últimos años ocurren con mayor frecuencia, vimos los huracanes como: Fiona, Ian, Nicole, Lisa, Julia, Earl y Humberto. Fiona ocurrido 24/09/2022 produjo grandes devastaciones y pérdidas en viviendas y cultivos.
Algunos de los ríos desaparecidos o que han disminuido sus cauces, que constituyen una catástrofe ecológica son:
La muerte del río Yubaso y la agonía del Nigua en San Cristóbal. El tenguerengue, río Pedro corto, arroyo Loro y río San Juan (caudal disminuido), el Sanate en Higüey, la cocinera en Las Matas de Farfán, Ocoa, Cañada honda, agua hedionda, río blanco y un largo etcétera. Lo penoso es que la República Dominicana no cuenta con un inventario que identifique la situación de los ríos, arroyos y cañadas, tampoco cuenta con la ley del agua. El ministerio de medio ambiente en coordinación con las alcaldías de distritos, municipios y provincias debería hacer ese trabajo tan importante para el país.
Esta situación hace más preocupante la escasez de agua que está sufriendo el país a nivel nacional, pudiendo impactar de manera negativa en la producción de enfermedades y en la disminución de la calidad de vida de la población. Esta crisis en el suministro de agua a la población representa un reto para el gobierno del PRM y el sistema de salud e higiene, la producción de alimentos y la necesidad de generar acciones en la aplicación de políticas públicas que vayan en la protección del recurso agua.
Ya es tiempo de que se suspenda la extracción de grava y arena de los ríos; es tiempo de que se regula el vaciado de desechos contaminantes en cañadas, ríos y mares, es tiempo de la protección de las montañas que producen el agua de los ríos, es tiempo de que se controlen los incendios forestales, la tala de árboles indiscriminada, el conuquismo, el uso de suelo productivo para la construcción de viviendas y evitar que las áreas aledañas a los ríos, cañadas y arroyos sean invadidas por oleadas humanas (que contaminan el agua y asolan sus sistemas y biodiversidad).
Hay que establecer controles del uso del agua y supervisar la calidad de esta. Se necesita con urgencia crear más embalses porque la poca agua que producimos va a parar a los océanos. Y a lo que más podemos aspirar en esta sequía que afecta el país, es exhortar a la población a economizar el agua.
of-am
poblacion que crece desordenadamente, no entendemos todavia el valor de los bosque para retener humedad y alimentr las fuentes de agua y encima tenemos la plaga haitiana deforestando lo poquito que queda. vamos camino a la desertificacion total.
pronto estaremos a nivel de haití sin agua
imposible usar esa agua porque está contaminada con alga( ojo) y si dejan usarlas secaríamos el canal por nuestra ignorancia como ciudadano honesto y amor a la naturaleza
muy buen escrito, ahora aquí donde yo vivo por 21 años, en cape coral, florida, usa, tenemos el mismo problema por la inrresponsabilidad humana y el deseo de ganar dinero, me explico, nosotros usamos agua de pozo tubular que proviene debajo de la tierra y con tantas construcion y la seca por el cambio climático tenemos horas que la bomba no puede succionar agua por el nivel bajo y la muchas construcción, aquí tenemos muchos canales seguir leyendo