La criminalidad latente

 
Desde poco después de la Creación, se hizo presente el crimen entre las personas; Caín hijo de Eva y Adán  cometió el primer crimen, pues mató a su hermano Abel. Ese homicidio se cometió, por el simple hecho de Caín no reconocer su realidad, pues de su interior le surgió ofrecer a Dios una ofrenda, pero no de lo mejor que tenía.
 
Por lo contrario, Abel escogió lo mejor para ofrecérselo a Jehová Dios. Es obvio, el corazón es determinante cuando decidimos hacer el bien, o el mal; no hay punto intermedio entre el bien y el mal. Por consiguiente Caín actuó con desprecio hacia su Creador, lo cual causó que Jehová no viera con agrado su ofrenda. Si va a dar algo, siempre dé de lo mejor.
 
Los que quieren ridiculizar la Biblia, han inventado que Caín mató a Abel, con una quijada de un burro. Sin embargo, la Biblia solamente dice: «Y Caín dijo a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató» Gén. 4:8. Se desconoce con queé lo mató, si usó algún palo, piedra, huesos de animales, solamente con sus manos, o de qué manera lo hizo. No debemos inventar para tratar de demostrar que sabemos, lo que no sabemos. Solamente debe decirse Caín mató a Abel.
 
La criminalidad ha estado latente en el ser humano, porque es una manera de consumar la sentencia que dice «la paga del pecado es muerte.» Dios hizo la advertencia a Adán: «De todo árbol de huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás» Gén.2: 16b, 17. 
 
Así también, Eva llegó a tener conocimiento de ese mandamiento, pues ella respondió a la serpiente: «Del fruto  de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni  le tocaréis, para que no muráis» Gén. 3:3.
 
En las personas habrá  sentimientos y deseos que les pueden llevar a cometer actos indebidos. Uno de ellos es el Crimen. El crimen «Delito grave, comúnmente el  que conlleva derramamiento de sangre. Crimen de guerra, violación del derecho de guerra.» Criminal «Relativo al crimen o que toma origen de él. 
 
Dícese de las leyes, institutos o acciones destinadas a perseguir y castigar los crímenes. Que ha cometido o procurado cometer un crimen.» Criminalidad: Calidad o circunstancia que hace que una acción sea criminosa. Cómputo de los crímenes cometidos en un territorio y tiempo determinado» Dicc.  Encicl. L. 2000.
 
El crimen está incluido en el mandamiento del Espíritu Santo, de no matar al prójimo. Por  eso, lo que se busca es que se amen aún a los enemigos. El ser humano debe ser protector de la vida humana, puesto que también es procreador de los  individuos. Una persona consciente de la especie humana y de su deber para con ella, no es capaz de hacer nada que atente contra su prójimo.
 
Todos los tipos de criminales que han surgido, son personas engañadas por Satanás, pues Jesús dijo a los judíos: «Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad. Cuando habla mentira de suyo habla; porque es mentiroso y padre de mentira» Jn. 8:44.
 
Las sociedades modernas han contribuido en gran manera a aumentar el crimen, pues existen tantas exigencias que los individuos no tienen tiempo para analizar y supervisar sus pensamientos. Se buscan soluciones rápidas y definitivas, lo cual es un gran error. Las autoridades terrenales son las que tienen el deber de dirimir los conflictos entre las personas; nadie debe tomar la justicia por su propia mano. Cuando el individuo actúa sin un razonamiento de quien vive en sociedad, entonces se convierte en un animal feroz.
 
En la época de la barbarie el ser humano actuaba como los animales, pero con el surgimiento del cristianismo, como base moral de muchas sociedades, éste hizo disminuir las barbaridades humanas. Fue el cristianismo que influenciando al imperio romano y luego a  otras naciones, trajo una visión nueva al mundo.
 
Esa visión se enmarca en el amor al prójimo, en el respeto a Dios y en la dignidad humana. Si, es cierto que en nombre de Dios, muchas violencias y crímenes sean hecho, pero Dios no es culpable, sino el hombre por sus ambiciones e ignorancia.
 
Jesucristo fue llevado a la muerte, como uno de los crímenes más horrendos que el hombre ha cometido. El es la causa y fundador del cristianismo, sin embargo, el hombre que es el objeto del mismo, no ha llegado a entender que Dios a través de Jesucristo está formando un nuevo hombre, por medio de la transformación de la mente y el corazón del humano.
 
Lamentable es que el ser humano, después que ha logrado cierto éxito en contra del  crimen, en los últimos tiempos está regresando a la barbarie. hay dos caminos posibles de transitar, el camino del mal y sus manifestaciones y el camino del bien y sus responsabilidades. Y, Jesucristo es el camino del bien, el cual lleva al individuo a Dios, y a un enfoque de vida divina.
 
Hay que concienciar a las personas, para que asumamos el respeto por la vida, y sobretodo por la vida humana. Un hombre nunca debe matar a una mujer, pero a la vez una mujer nunca debe matar a un hombre. De igual manera, nadie debe matar a otra persona; no hay nada en la vida que justifique quitarle la vida a otra persona. Sólo los animales actúan en una conducta irracional, de ahí que, hay que buscar las causas que originan el crimen. Entiendo que proceden del diablo, de las injusticias sociales y de la deficiencia emocional. 
 
La criminalidad puede desaparecer en la medida en que el hombre busque de Dios; en que las autoridades cumplan con su rol de dirigir, dirimir,  administrar correcta y justamente los recursos del pueblo y mediar entre las personas; y que los orientadores psicológicos ( profesionales del área, pastores, curas, maestros y entre otros) influyan en la sociedad aportando su granito de arena para la convivencia entre los humanos. 
 
Los poderosos en los pueblos son también entes que pueden contribuir, pues son las desigualdades sociales una de esas causas destructoras de la paz. Digamos, no al crimen; pero demos un gran sí, a la vida.
Dios le bendiga.       
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