La confianza está en crisis
Por ELVIN SANCHEZ
Una de las actividades del hombre que inspira más confianza es la jugada de gallos. En las lidias celebradas en galleras, la palabra es honor, y la reputación mejor garantía.
La confianza es el mayor capital de un individuo, empresa o entidad; es un activo intangible que está en juego constantemente, que se debe cuidar de las incertidumbres y los factores generadores de miedos que cada vez están más presentes en la actividad económica, política y social.
La política es la actividad que fomenta más desconfianza, donde la palabra vale muy poco, y la reputación es cuestionada permanente.
Nadie duda en las apuestas de peleas de gallos; nadie cree en político en un proceso electoral.
En las galleras a los conocidos ´´ jugadores cuberos´´ normalmente se les prohíbe la entrada, tienen censura moral. En la actividad política no existen mecanismos de censura para que quienes deshonran promesas y actúan incorrecta e indecorosamente.
Aquí, en la República Dominicana, la palabra creer está en desuso, mientras el ciudadano no cree en policías, fiscales y jueces; en los bancos comerciales y entidades crediticias se duda de clientes, se cruzan las informaciones, se valora a todos como mentirosos.
Dudar, creer, confiar, son subjetividades que van de la mano con la credibilidad, respeto, la admiración, el prestigio y el legada familiar.
Buscar otra opinión médica, realizar dos, tres o más consultas legales sobre un mismo caso, es muy común en la tierra de Duarte, Sánchez, Mella…
Hace varios años dos hermanas buscaban una casa en alquiler para una amiga, me llamaron para que mostrara una en que habían visto mi teléfono, coordiné día y hora para juntarnos en la vivienda. Después de un breve preámbulo de presentación personal, procedí a mostrar el inmueble, ellas expresaron satisfacción y deseo de rentar. Llegó el momento de hablar de la garantía y el contrato, pero curiosamente volví al tema personal, y me dicen: «Nnosotras somos de El Cacao, hijas de Rufino…».
Entregué las llaves…y solo dije: «Hablamos de garantía y contrato más adelante…». Sólo fue suficiente tener ese honorable de padre.
La patria de Amaury Germán Aristy, Virgilio Perdomo Pérez, Ulises Cerón y Bienvenido Leal Prandy (La Chuta) tiene un reto para el presente y el futuro, un desafío para colocarnos en el camino de la decencia y honradez, sabiendo construir ciudadanía creíble, alejada de dudas, como forma inequívoca de tener actores confiables.
El que más duda es el que menos cree en sí mismo; sólo el confiado en él confía en los demás.
Muy pocos creen en la balanza del pulpero, en el dispensador y medidor de combustibles, en la factura eléctrica, en las ofertas y especiales de tiendas comerciales, en las obras y compras licitadas…
En la nación dominicana la mentira es hábito y costumbre, se miente para todo, hasta cuando la verdad ayuda; mentir es un mal institucionalizado. A saber que la mentira siempre es una agravante; la verdad la mejor atenuante…
En nuestro país la confianza está en crisis, eso traduce peligro, permisibilidad, pus, contaminación en el cuerpo social, en las instancias de poder.
Si la confianza depositada y reciprocada en las apuestas de peleas de gallos, se transfiriera por una semana a las actividades ordinarias de la nación, entonces estaríamos en presencia de una nueva República Dominicana, donde la palabra implique respeto, honra y grandeza moral.
JPM
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