Institucionalización del robo
Eliminar la cultura del robo aupada por los gobiernos del PLD, debe ser una de las principales prioridades del presidente Abinader. Es lamentable que un país bendecido por la naturaleza con la belleza de sus playas y las riquezas mineras de la tierra, el partido fundado por un hombre con la estatura moral de Juan Bosch, haya institucionalizado el robo.
Al extremo que en diversas ocasiones el Departamento de Estado de EEUU ha alertado a sus ciudadanos sobre el peligro que representa viajar a nuestro pais por la alta tasa de criminalidad, delincuencia y la debilidad de la justicia. Una situación que ha ido en detrimento de la inversión extranjera y el aumento del turismo, que son dos factores esenciales para el crecimiento económico.
La institucionalización del robo es una realidad que pudimos comprobar el mes pasado, cuando viajamos para asistir a la Asamblea del partido Dominicanos por el Cambio (DxC). Al día siguiente nos presentamos a la Junta Central Electoral de Santiago para renovar los pasaportes de mi esposa y de mi hijo. De 2,650 pesos que es el costo establecido, se tuvieron que pagar 2,700 por cada uno, porque las dos cajeras que cobraron, alegaron que no tenían cambio para devolver.
¿Cuántos cincuenta pesos al día, les robarán dichas cajeras a personas humildes que necesitan cada centavo? Después de esa experiencia salimos para Santo Domingo a visitar un cuñado que había estado interno en la Plaza de la Salud. Cuando contamos lo ocurrido, mi hermana me comentó que dos cajeras le habían clonado su tarjeta en dicha Plaza y realizaron compras en dos establecimientos comerciales.
Los gobiernos del PLD convirtieron el robo en una cultura que se extendió por todo el territorio. Los ladrones están por todas partes. Es una conducta adictiva y contagiosa, que solo la certeza de castigo puede frenar. La impunidad les permitió a sus líderes, robar sin medida. Pero al mismo tiempo que se enriquecían aumentaba el repudio del pueblo, que comenzó a abuchearlos. ¡Que oprobio!
En nuestro largo recorrido, por la Capital, Santiago, Puerto Plata, Sosúa y Cabarete, pudimos percibir el júbilo y la alegría, que siente la gente cuando habla sobre los apresamientos de los funcionarios salientes. El gobierno de Luis Abinader ha comenzado a devolver la esperanza de un pueblo que en su mayoría solo deseaba escapar en busca de un mejor futuro en otra tierra.
También renueva la esperanza de los que hemos emigrados, de que algún día podamos regresar para terminar de vivir en la tierra que nos vio nacer. El presidente Abinader tiene la oportunidad de marcar la historia con un “Antes y un Después” y convertirse en el salvador que todos esperábamos. Si se mantiene firme y no cede a las presiones.
Debe de estar consciente que si continúa del lado del pueblo, siempre tendrá su apoyo y el del Tío Sam, que está empeñado en minimizar la corrupción, que es la causa principal de la emigración que pretende reducir.
JPM-sp